
Tesalonicenses (Serie)
En esta serie, exploramos dos de las primeras cartas del Nuevo Testamento, escritas por el apóstol Pablo a una iglesia joven que enfrentaba presión, persecución y confusión cultural. Esta serie te ayudará a mantenerte firme en la fe, el amor y la esperanza mientras sigues a Jesús.
1 Tesalonicenses
Una tribu nueva (1:1-4)
Una tribu nueva (1:1-4)
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Puntos de conversación:
- Las 13 cartas de Pablo abarcan décadas, pero 1 Tesalonicenses fue una de las más antiguas, escrita alrededor del año 50 d. C. durante su segundo viaje misionero. Hechos 17:1-9
- Tesalónica era una ciudad culturalmente diversa con cuatro tipos de asambleas o ekklesia: reuniones cívicas, cultos mistéricos paganos, celebraciones imperiales del César y sinagogas judías. 1 Tesalonicenses 1:1
- Pablo llama a los creyentes tesalonicenses a salir de estas tribus culturales y a integrarse en una nueva: el pueblo de Dios. Su identidad ahora se basa en la pertenencia a «Dios Padre y al Señor Jesucristo». 1 Tesalonicenses 1:1
- Esta nueva identidad transforma sus acciones: demuestran una fe que obra, un amor que trabaja y una esperanza que perdura. Estas cualidades definen lo que significa pertenecer a Cristo. 1 Tesalonicenses 1:2-3
- Su camino de fe no comenzó con sus propios esfuerzos. Pablo les recuerda (y nos recuerda a nosotros) que fue el amor y la elección de Dios lo que los trajo a esta nueva comunidad. 1 Tesalonicenses 1:4
Hoy comenzamos una nueva serie sobre Tesalonicenses. En esta primera lección, abordaremos la historia y la cultura de la ciudad de Tesalónica, el nacimiento de su iglesia y la situación que llevó a Pablo a escribir dos cartas a las iglesias de la zona.
Primero, pongámonos un poco intelectuales. Quiero recurrir al índice del NT para ofrecerles una visión general de las 13 cartas de Pablo y cuándo fueron escritas en el contexto del Libro de los Hechos (la serie de libros más reciente que terminamos).
1 Tesalonicenses es una de las primeras cartas de Pablo, escrita a una iglesia joven en la ciudad de Tesalónica. Antes de explicar la demografía de la ciudad te explico una nota sobre las 13 cartas de Pablo.
Las 13 cartas de Pablo:
- Gálatas (48 d.C.): Posiblemente el libro más antiguo del NT; escrito después del primer viaje misionero de Pablo al sur de Galacia.
- 1 Tesalonicenses (50 d.C.): Escrito desde Corinto poco después del informe alentador de Timoteo.
- 2 Tesalonicenses (51 d.C.) Escrito poco después de 1 Tesalonicenses para aclarar la enseñanza sobre el regreso de Cristo.
- 1 Corintios (55 d.C.): Escrito desde Éfeso para abordar la división de la iglesia y cuestiones morales.
- 2 Corintios (56 d.C.): Escrito después de la dolorosa visita de Pablo y su reconciliación con la iglesia.
- Romanos (57 d.C.) Una obra maestra teológica escrita antes del viaje de Pablo a Jerusalén.
- Cartas de prisión: mientras estaba bajo arresto domiciliario en Roma, como se describe en Hechos 28:16, 30-31.
- Filipenses (60 d.C.) Una carta llena de gozo desde la prisión, escrita desde Roma.
- Colosenses (60 d.C.) Enfatiza la supremacía de Cristo; probablemente escrito junto con Filemón.
- Filemón (60 d.C.) Una súplica personal en favor de un esclavo fugitivo llamado Onésimo
- Efesios (60 d.C.) Se centra en la iglesia como el cuerpo de Cristo; posiblemente una carta circular.
- 1 Timoteo (63 d.C.) Escrito después de la liberación de Pablo, con instrucciones para el liderazgo de la iglesia.
- Tito (64 d.C.) Similar a 1 Timoteo; da instrucción pastoral para el ministerio en Creta.
- 2 Timoteo (67 d.C.) La última carta de Pablo, escrita desde la prisión antes de su ejecución.
Entonces, ¿cuál es la historia de 1 Tesalonicenses? Pablo había plantado esta iglesia durante su segundo viaje misionero (Hechos 17), pero tuvo que irse rápidamente debido a la intensa persecución. Unos meses después, mientras estaba en Corinto (Hechos 18), envió a Timoteo para ver cómo estaban, y cuando Timoteo regresó con un informe positivo, Pablo escribió esta carta para animar a los creyentes a mantenerse fuertes en su fe.
Este momento hace que 1 Tesalonicenses sea uno de los escritos más antiguos del Nuevo Testamento, anterior a los Evangelios. La tradición oral de la vida, muerte y resurrección de Jesús se transmitió fielmente durante décadas antes de ser escrita. La iglesia primitiva se centró en difundir el evangelio, no en escribirlo inmediatamente, especialmente porque muchos testigos oculares aún estaban vivos. A medida que los testigos oculares comenzaron a fallecer, la necesidad de un relato escrito se hizo más urgente (véase Lucas 1:1–4).
Marcos es probablemente el Evangelio más antiguo. Algunos lo datan justo antes o alrededor de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d. C. El Evangelio de Marcos probablemente sirvió de fuente para Mateo y Lucas. Ahora que tenemos los antecedentes del libro, pasemos a la pregunta que responderemos hoy: ¿Qué “tribu” te define más?
Una tribu se refiere a un grupo de personas unidas por una identidad espiritual o tradiciones y creencias comunes. Las tribus modernas en la cultura actual son tribus políticas (liberal / progresista o. conservador/republicano o libertario / independiente), tribus de género e identidad sexual (LGBTQ+, roles de género tradicionales, movimientos feministas/masculinistas), tribus de estilos de vida culturales (urbano vs. rural, educación en casa vs. escuela pública, uso de mascarillas vs. anti mascarillas).
La gente luego usa estas identidades grupales para interpretar el mundo, determinar sus valores, buscar justicia para su grupo y/o ganar o proteger influencia y poder. Sorprendentemente, esto no es nada nuevo. Las tribus eran importantes en Tesalónica hace 2000 años.
1 Tesalonicenses 1:1 (NTV) Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz.
La iglesia o sea la ekklesia en griego significa asamblea. En el antiguo mundo grecorromano, incluida Tesalónica, la palabra ekklesia no era originalmente un término religioso. Se refería en sentido amplio a cualquier asamblea pública oficial, especialmente a una reunión política o cívica de ciudadanos.
Hay cuatro tipos principales de “ekklesia” que existían en Tesalónica. La primera, las asambleas cívicas. Tesalónica, al igual que otras ciudades griegas, tenía una herencia democrática donde los ciudadanos varones libres se reunían como ekklesia para tomar decisiones para la ciudad. Se trataba de reuniones políticas, no religiosas, centradas en la elaboración de leyes, las elecciones y las políticas públicas. Estas asambleas cívicas estaban profundamente ligadas a las estructuras de poder del Imperio Romano.
Segundo tipo eran los cultos mistéricos paganos. Tesalónica era un centro de grupos religiosos paganos: adoradores de Cabiro, Dioniso y otros. Cabirus era una figura protectora, casi mesiánica, una deidad-héroe local que se cree que murió y regresó de alguna forma. Su culto enfatizaba los rituales, el secreto y la esperanza de salvación, especialmente para los pobres y marginados.
Dionisio era el dios griego del vino, el placer, el éxtasis, la fertilidad y el caos. El culto implicaba música frenética y danzas desenfrenadas, intoxicación y frenesí emocional. Los festivales dionisíacos eran conocidos por el exceso sexual, incluida la prostitución en el templo y el placer desinhibido.
Estos grupos a menudo se reunían en asambleas religiosas privadas y, aunque no se los llamaba formalmente “ekklesia”, funcionaban como comunidades reunidas centradas en la devoción espiritual. Los cultos mistéricos prometían conocimiento secreto, purificación ritual y salvación personal: un claro contraste con el evangelio público y abierto de Jesús.
El tercer tipo eran las asambleas Imperiales. Tesalónica era leal a Roma y al emperador, y sus ciudadanos participaban en eventos públicos y festivales que honraban a César como “señor” y “salvador”. Estas reuniones incluirían sacrificios, declaraciones de lealtad y celebraciones de la paz romana. En este contexto, la palabra ekklesia podría aplicarse a las reuniones imperiales donde los ciudadanos expresaban su lealtad a César. Hablaremos más sobre esto la próxima semana.
El último tipo de asambleas eran las asambleas judías. Algunos ejemplos los encontramos en Hechos 17:2 y 17:4. Empero regresemos a la versión 1ra y observemos lo que Pablo está diciendo:
1 Tesalonicenses 1:1 (NTV) Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz.
Con esto, Pablo está diciendo que la identidad de la iglesia ha cambiado fundamentalmente. La tribu que más los definía antes, ahora estaba en segundo plano. Pertenecen a una nueva tribu: al pueblo de Dios y son los “llamados”. Ahora pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo sobre todas las cosas. Lo mismo ocurre hoy en día. Los siguientes versículos desarrollan las implicaciones:
1 Tesalonicenses 1:2-3 (NTV) Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y continuamente los tenemos presentes en nuestras oraciones. 3 Al orar a nuestro Dios y Padre por ustedes, pensamos en el fiel trabajo que hacen, las acciones de amor que realizan y la constante esperanza que tienen a causa de nuestro Señor Jesucristo.
Aquí, Pablo está planteando un punto importante: Esta nueva tribu impacta la forma en que vives. Pablo enumera tres cosas en el pasaje anterior: fiel trabajo, acciones de amor y constante esperanza. Cuando menciona “fiel trabajo” la Reina-Valera dice “obra de su fe”. En ambas traducciones, el énfasis está puesto en la palabra fe.
Cuando habla de las “acciones de amor”, la Reina-Valera dice “el trabajo de su amor” haciendo énfasis en ambos casos en el amor. Por último, habla de la “constante esperanza”. Haciendo énfasis en la esperanza. En una carta posterior Pablo vuelve a esta “trifecta”, pero la reordena:
1 Corintios 13:13 (NTV) Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.
El punto es que esta nueva tribu impacta la forma en que vives. Comenzó en la fe. Así es como entramos en la comunidad. Solo por fe.
Esto lo demostramos con la Flecha 1 del círculo completo: Empezamos confiando en Jesús.
El hecho de poner tu fe en Jesús,te hace amar porque Dios es amor. Esto lo representamos con la flecha 2: Honrar a Dios (por amor, no por obligación) y la flecha 3: ayudar a los demás, una vez más por amor, no por obligación. Y todo esto está anclado en la esperanza porque esta vida no es todo lo que hay. Creemos que hay una vida eterna después de la muerte.
Terminemos por hoy con un versículo más. Esto responde a la pregunta más básica sobre ser parte de esta nueva tribu: ¿Quién recibe el crédito por esto?
1 Tesalonicenses 1:4 (NTV) Sabemos, amados hermanos, que Dios los ama y los ha elegido para que sean su pueblo.
Esta es la primera mención que hace Pablo del concepto de ser “elegidos”. Lo desarrolla más adelante en sus otros escritos, especialmente en Romanos. Este término “elegidos” ha conducido al gran debate entre calvinismo vs. arminianismo. Ver esta serie.
Pero por hoy, el punto está claro y es que Dios recibe todo el crédito por nuestra inclusión en su nueva tribu. No andamos por ahí como si fuera algo que ya hemos logrado. Él nos ha elegido para ser su pueblo. Y es porque nos ama.
Concluyamos con la pregunta del principio: ¿Qué “tribu” te define más? Para aquellos que hemos respondido al mensaje del evangelio Por sobre todas las cosas, pertenecemos a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Más que a tu tribu política porque esta nueva identidad moldeará tu política. Más que a tu tribu cultural porque esta nueva identidad impactará tus puntos de vista sobre la sexualidad, el género, el dinero y la familia.
Éste fue el mensaje de Pablo hace 2000 años y es su mensaje para nosotros hoy. Perteneces a Dios Padre y al Señor Jesucristo por encima de todo. No permitamos que esas otras tribus se conviertan en puntos centrales en nuestras vidas. Y para aquellos que están considerando unirse a esta “tribu” la invitación está ahí porque Dios te ama y quiere transformar tu día a día. ¿Te unirás a esta tribu?
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Qué “tribus” o identidades grupales influyen más en tu vida actual? ¿Cómo moldean tus valores y decisiones?
- ¿De qué manera ves tensión entre la identidad cultural y la identidad cristiana?
- ¿Qué crees que quiso decir Pablo cuando llamó a la iglesia “los que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo”?
- ¿Cómo se manifiestan la fe, el amor y la esperanza en tu vida diaria? ¿Cuál de estas te resulta más fácil o más difícil?
- ¿Cómo impacta la comprensión de la elección y el amor de Dios por ti en tu forma de vivir?
- ¿Qué significa para ti abrazar plenamente tu identidad como parte de la nueva tribu de Dios, por encima de todos los demás?
El evangelio contra el imperio (1:5-10)
El evangelio contra el imperio
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Puntos de conversación:
- La fe de los tesalonicenses se difundió ampliamente, no por su activismo político, sino por su lealtad a Cristo frente al sufrimiento. 1 Tesalonicenses 1:6-8 muestra cómo su ejemplo se extendió por toda la región.
- Los tesalonicenses se convirtieron de los ídolos al Dios vivo, abandonando por completo sus antiguas lealtades religiosas y cívicas. 1 Tesalonicenses 1:9 subraya la naturaleza radical de su conversión.
- El regreso de Jesús, no el reinado de Roma, era la gran esperanza de los tesalonicenses. Confiaban en un rey celestial que los rescataría del juicio venidero. 1 Tesalonicenses 1:10 proclama esta esperanza futura.
- Posteriormente, los cristianos rechazaron el calendario del emperador marcando el tiempo desde el nacimiento de Jesús: Anno Domini («en el año de nuestro Señor»). Este acto de rebelión apuntaba a un reino que nunca se reinicia y a un gobernante que reina para siempre.
La vez pasada preparamos el escenario para las cartas de Pablo a los Tesalonicenses. Esta es una de las primeras cartas de Pablo, escrita a una iglesia joven en la ciudad de Tesalónica. Había estado allí en su segundo viaje misionero (Hechos 17). Poco después, desde Corinto, escribió esta carta a la iglesia (Hechos 18).
Tesalónica era una ciudad bulliciosa en Macedonia con muchas “tribus”. Tribus o grupos como asambleas cívicas, cultos mistéricos paganos. Tesalónica también era un centro de grupos religiosos paganos: adoradores de Cabiro, Dioniso y otros. Ademas, era un lugar de asambleas del pueblo judío – se reunian en las sinagogas.
Entre todos estos grupos, estaban las asambleas Imperiales donde los ciudadanos expresaron su lealtad al César. En esto nos vamos a centrar esta semana a medida que cubrimos el resto del capítulo 1.
Empecemos con nuestra pregunta de enfoque para hoy: ¿Quién arreglará las cosas? Esa pregunta está en la mente de mucha gente hoy en día. El mundo se siente inestable: división política, confusión moral, guerra, incertidumbre económica, presión cultural de todos lados.
Todo el mundo parece estar buscando a alguien que intervenga y lo solucione. Algunos ponen sus esperanzas en un político. Otros confían en políticas, protestas o plataformas. Otros más buscan respuestas en celebridades o superestrellas. Pero en el fondo, todos nos preguntamos lo mismo. Afortunadamente, llegaremos a la respuesta de Pablo a esta pregunta en esta lección.
Primero, demos un poco más de contexto histórico a 1 Tesalonicenses. Así tendrás el contexto antes de leer los versículos. Quizás recuerdes algo de esto de la clase de historia o de literatura inglesa.
Antecedentes históricos: Julio César y César Augusto
- Julio César (100–44 a. C.)
Julio César fue un brillante general, orador y estadista que ascendió al poder durante los últimos años de la República romana. En el 49 a. C., cruzó el río Rubicón, iniciando una guerra civil. Para el 46 a. C., se declaró dictador vitalicio, consolidando el poder y poniendo fin a la estructura republicana tradicional de Roma.
El 15 de marzo del año 44 a. C. —los infames idus de marzo (hace referencia al 15 de marzo en el calendario romano, una fecha que se volvió infame por el asesinato de Julio César)— fue asesinado por un grupo de senadores que temían que se estuviera convirtiendo en un tirano. Tras su muerte, el Senado romano lo deificó, declarándolo Divus Julius («el divino Julio»). Este acto convirtió a su hijo adoptivo y heredero, Octavio, en el «hijo de Dios».
Nota al margen: Gran parte de lo que la gente hoy asocia con Julio César (su traición, sus últimas palabras y su asesinato) proviene de la famosa obra de William Shakespeare, Julio César, escrita en 1599. Versos como «Et tu, Brute?» y «Cuidado con los idus de marzo» han incrustado el legado de César en la cultura occidental.
- César Augusto (63 a. C. – 14 d. C.)
Cayo Octavio, posteriormente conocido como César Augusto, era sobrino nieto e hijo adoptivo de Julio César. Tras el asesinato de César, Octavio se alió con Marco Antonio y Lépido (el Segundo Triunvirato) para derrotar a los asesinos de César.
En el año 31 a. C., Octavio había derrotado a Antonio y Cleopatra, convirtiéndose en el gobernante indiscutible de Roma. En el año 27 a. C., el Senado le otorgó el título de “Augusto”, que significa “exaltado”, marcando el inicio formal del Imperio romano. Augusto no era sólo una figura política: era retratado como un gobernante divino: fue llamado salvador (Sōtēr). Además, fue honrado como hijo de un dios (debido a la deificación de Julio César). También se le conocía como señor y elogiado como el portador de la paz a través de la Pax Romana
La inscripción del calendario de Priene (9 a. C.)
En el año 9 a. C., los líderes romanos de Asia Menor emitieron un decreto que reorganizaba el calendario en torno al cumpleaños de Augusto (23 de septiembre). Este decreto fue grabado en piedra y descubierto siglos después en la ciudad de Priene. A continuación, parte de su contenido:
Es un día que podemos considerar con justicia equivalente al comienzo de todo… pues ha restaurado la forma de todo lo que se desmoronaba y se convertía en desgracia, y ha dado una nueva apariencia al Universo…
“Puesto que la Providencia… nos dio a Augusto… enviándolo como salvador, tanto para nosotros como para nuestros descendientes, para que pudiera acabar con la guerra y establecer el orden en todas partes… el cumpleaños del dios Augusto fue el comienzo de la buena nueva para el mundo…”
Ésta era la versión romana del evangelio: depositar toda su esperanza en el emperador. Las ciudades antiguas solían fechar su año en función de acontecimientos o gobernantes locales importantes. Al declarar el cumpleaños de Augusto como el “comienzo de una buena noticia”, Roma estaba redefiniendo el tiempo en torno a su emperador. Decía: la historia misma gira en torno de la vida de César.
Ahora tenemos el contexto necesario para los versículos de hoy:
1 Tesalonicenses 1:5 (NTV) Pues, cuando les llevamos la Buena Noticia, no fue solo con palabras sino también con poder, porque el Espíritu Santo les dio plena certeza de que lo que decíamos era verdad. Y ya saben de nuestra preocupación por ustedes por la forma en que nos comportamos entre ustedes.
Cuando Pablo y los primeros cristianos usaron la palabra “evangelio” (euangelion), no se trataba de un vocabulario religioso cualquiera: era un desafío directo a la afirmación de César. Recuerda que la semana pasada los cuatro evangelios aún no estaban escritos. En este punto era una tradición oral de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Ésta fue la verdadera “buena noticia” para Pablo. El mensaje que trajo a Tesalónica en Hechos 17.
Hechos 17:3 (NTV) Explicó las profecías y demostró que el Mesías tenía que sufrir y resucitar de los muertos. Decía: «Este Jesús, de quien les hablo, es el Mesías».
Este fue un llamado para unirse a esta nueva tribu (vimos esto la semana pasada). Un desafío directo a la afirmación de César. La buena noticia es sobre Jesús, no acerca de César.
La fe de los tesalonicenses se difundió ampliamente, no por su activismo político, sino por su lealtad a Cristo frente al sufrimiento.
1 Tesalonicenses 1:6-7 (NTV) Así que recibieron el mensaje con la alegría del Espíritu Santo, a pesar del gran sufrimiento que les trajo. De este modo nos imitaron a nosotros y también al Señor. 7 Como resultado, han llegado a ser un ejemplo para todos los creyentes de Grecia, es decir, por toda Macedonia y Acaya.
Para saber de este “gran sufrimiento que se menciona aquí, tenemos que regresar a Hechos 17. En si, Pablo y Silas predicaron en Tesalónica, pero su mensaje provocó oposición entre los judíos, quienes organizaron una turba y acusaron a los cristianos de traicionar al César al proclamar a Jesús como rey. Esto llevó a la persecución de los creyentes y obligó a Pablo y Silas a huir a Berea. Hablaremos más sobre esto más adelante en la serie.
1 Tesalonicenses 1:8 (NTV) Y ahora, la palabra del Señor está siendo anunciada, partiendo de ustedes a gente de todas partes, aun más allá de Macedonia y Acaya, pues adondequiera que vamos, encontramos personas que nos hablan de la fe que ustedes tienen en Dios. No hace falta que se la mencionemos, 9 pues no dejan de hablar de la maravillosa bienvenida que ustedes nos dieron y de cómo se apartaron de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.
1 Tesalonicenses 1:6-8 muestra cómo su ejemplo se extendió por toda la región. Veamos unos puntos importantes de este pasaje:
la palabra del Señor está siendo anunciada
- ¡no el decreto sobre César!
partiendo de ustedes a gente de todas partes
- Ésta era su nueva identidad, su nueva tribu. ¡Y todo el mundo lo sabía!
Con respecto a 1 Tesalonicenses 1:8 el Comentario del NT del Pilar comenta que “Varios miembros de esta iglesia salieron a proclamar el evangelio, algunos de los cuales se mencionan más adelante en el Nuevo Testamento. Aristarco y Segundo, de Tesalónica, viajaron con Pablo y llegaron con él a Siria y Jerusalén (Hechos 20:4). Aristarco también acompañó a Pablo a Éfeso en el segundo viaje misionero (Hechos 19:29) e incluso lo siguió hasta Roma (Hechos 27:2; Colosenses 4:10; cf. Filemón 24). Jason, quien había servido como anfitrión para los apóstoles durante la evangelización inicial de la ciudad, más tarde viajó con Pablo a Corinto (Hechos 17:6-9; 18:1; Romanos 16:21, escrito posteriormente desde Corinto).
Los tesalonicenses se convirtieron de los ídolos al Dios vivo, abandonando por completo sus antiguas lealtades religiosas y cívicas.
1 Tesalonicenses 1:9 (NTV) pues no dejan de hablar de la maravillosa bienvenida que ustedes nos dieron y de cómo se apartaron de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.
1 Tesalonicenses 1:9 subraya la naturaleza radical de su conversión. En otras palabras, los de Tesalónica no mezclaron su nueva fe con sus antiguas creencias religiosas, ni adoptaron a Dios como una más dentro de su panteón. En cambio, tomaron la decisión radical de abandonar por completo los dioses que habían formado parte del culto familiar y comunitario.
En esta sociedad griega y romana, donde el politeísmo y el pluralismo eran ampliamente aceptados, el evangelio no era bien recibido. Si bien la diversidad religiosa era tolerada, el abandono de las lealtades religiosas tradicionales—ya fueran deidades cívicas o familiares—era visto con desconfianza e incluso rechazo. Quizás el ídolo más grande: ¡César!
El regreso de Jesús, no el reinado de Roma, era la gran esperanza de los tesalonicenses. Confiaban en un rey celestial que los rescataría del juicio venidero.
1 Tesalonicenses 1:10 (NTV) También comentan cómo ustedes esperan con ansias la venida, desde el cielo, del Hijo de Dios, Jesús, a quien Dios levantó de los muertos. Él es quien nos rescató de los horrores del juicio venidero.
1 Tesalonicenses 1:10 proclama esta esperanza futura de la venida de Cristo para salvar a los suyos y juzgar al mundo. Para los creyentes, representa la certeza de que Jesús regresará para cumplir sus promesas futuras de completa paz, traer redención completa y establecer su reino eterno. Y es el Hijo de Dios: Jesús, no César.
Jesús nos ha rescatado, no la “pax romana” de César. Proclamar a Jesús como Señor en el mundo romano no era solo espiritual, sino también peligroso. Amenazaba la narrativa de poder y control del imperio.
Desde César Augusto hasta los presidentes modernos, la historia está llena de líderes que prometen paz, progreso y salvación. Pero ningún gobierno o gobernante humano, por poderoso o popular que sea, puede arreglar el corazón humano ni salvar al mundo. Por eso los primeros cristianos no construyeron su identidad en torno a Roma o al César, sino en torno a Cristo y sus reinos eternos.
El mundo puede ofrecer “evangelios” políticos, pero sólo Jesús trae la verdadera buena noticia: paz con Dios, perdón de los pecados y un reino que nunca terminará. ¿Recuerdas el decreto que reorganizó el calendario en torno al cumpleaños de Augusto? Declarando el cumpleaños de Augusto como el “comienzo de una buena noticia”. Eso no duró mucho. Cuando un nuevo emperador llegaba al poder, el conteo se reiniciaba.
Cuando los cristianos comenzaron a proclamar:“Jesús es el Señor” (Romanos 10:9) estaban declarando lealtad a un Rey cuyo reinado nunca se reiniciaría, cuyo reino es eterno. Y cuando la iglesia más tarde cambió a: Anno Domini – “En el año de nuestro Señor” (525 d.C.) estaban rechazando la línea de tiempo del emperador y marcando toda la historia con el nacimiento de Jesús.
- AC = Antes de Cristo
- AD – Anno Domini (Latín: “En el año de nuestro Señor”)
- DC – Después de Cristo
- ¡Así lo hacemos todavía hoy! Aunque en entornos académicos, seculares e interreligiosos, muchos utilizan ahora:
- AEC – Antes de la Era Común
- CE – Era común
Se pretende que los años a. C. y d. C. sean neutrales desde el punto de vista religioso, pero aun así se refieren exactamente a la misma línea de tiempo:
- AEC = AC (antes de Cristo)
- CE = AD o DC (en el año de nuestro Señor o después de Cristo).
Entonces, ¿Quién arreglará las cosas? Sólo mira un calendario. No será un político. No confíes en políticas, protestas o plataformas. No encontrarás respuestas definitivas de celebridades o superestrellas. Jesús es quien arreglará las cosas.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cómo te ayuda conocer el contexto histórico de César y el evangelio romano a comprender mejor el mensaje de Pablo en 1 Tesalonicenses?
- ¿Por qué crees que la fe de los tesalonicenses resonó en toda la región? ¿Qué hizo que su historia fuera tan convincente?
- ¿A qué ídolos o sistemas modernos recurre la gente hoy en día para buscar salvación, paz o identidad?
- ¿Alguna vez has sentido la presión de priorizar la lealtad política o cultural por encima de la verdad espiritual? ¿Cómo gestionas esa tensión?
- ¿Qué significa en el mundo actual decir: «Jesús es el Señor»? ¿Cómo podría eso confrontar la narrativa cultural dominante?
- ¿Cómo puede tu fe convertirse en un ejemplo para otros, al igual que los tesalonicenses? ¿Cómo se vería eso en tu comunidad?
Más que filosofía (2:1-12)
Más que filosofía
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Puntos de conversación:
- A diferencia de los epicúreos, que predicaban placer sin sacrificio, Pablo proclamaba un evangelio que llama a cargar la cruz con valentía, aun en medio del dolor. 1 Tesalonicenses 2:1-3
- A diferencia de los sofistas, que usaban palabras hermosas para ganar fama, el propósito de Pablo era agradar a Dios, no a las personas. 1 Tesalonicenses 2:4-6
- A diferencia de los cínicos, que usaban un lenguaje provocador, cortante y confrontativo, Pablo usaba un lenguaje humilde, relacional y familiar. 1 Tesalonicenses 2:7-8
- A diferencia de los estoicos, que buscaban fortaleza interior por disciplina propia, Pablo vivía su perseverancia como fruto del llamado de Dios y la esperanza en su gloria. 1 Tesalonicenses 2:9-12
En la semana 1 de esta serie, exploramos cómo, en medio de un mundo lleno de identidades tribales y voces en competencia, Pablo les recuerda a los tesalonicenses —y a nosotros— que nuestra identidad principal como creyentes es nuestra pertenencia a la familia de Dios. Esta verdad redefine todo: desde cómo nos vemos a nosotros mismos hasta cómo respondemos a la presión social o cultural.
La semana pasada, reflexionamos sobre el contraste entre proclamar a Jesús como Señor y las lealtades impuestas por el imperio romano. Así como los primeros cristianos afirmaban su fe en un contexto que adoraba al César, hoy también nosotros estamos llamados a depositar nuestra esperanza en el Reino de Cristo, en lugar de dejarnos seducir por influencias políticas o promesas culturales de salvación.
Hoy entramos en la parte de la carta donde Pablo recuerda cómo fue su llegada a Tesalónica y cuál fue su enfoque ministerial (Hechos 17). Esta sección no se entiende completamente sin el trasfondo cultural de esa ciudad. Tesalónica era una metrópolis romana próspera, un centro de comercio, política e intercambio de ideas. Como otras urbes importantes del imperio, estaba llena de filósofos ambulantes, oradores públicos y expertos morales que moldeaban el pensamiento social, la identidad colectiva y el comportamiento ético.
En Hechos 17 vemos cómo Pablo primero llegó a Tesalónica (vv. 1–9), luego pasó por Berea (vv. 10–15) y después llegó a Atenas (vv. 16–33). En ese último tramo, el versículo 18 destaca algo clave:
Hechos 17:18 (NTV) TTambién debatió con algunos filósofos epicúreos y estoicos. Cuando les habló acerca de Jesús y de su resurrección, ellos dijeron: «¿Qué trata de decir este charlatán con esas ideas raras?». Otros decían: «Parece que predica de unos dioses extranjeros»
A los ojos de la gente común de Tesalónica, Pablo parecía uno más de esos filósofos errantes. Sin embargo, el mensaje que él traía iba mucho más allá de la filosofía. Déjame explicarte. Durante los días de Pablo circulaban al menos cuatro tipos principales de figuras filosóficas.
El primer grupo eran los epicúreos; los buscadores del placer. Enseñaban que el mayor bien era el placer entendido como paz mental y libertad del sufrimiento. Su enfoque giraba en torno a evitar el dolor y disfrutar los placeres simples. En términos modernos, podríamos decir que eran los maestros del carpe diem o sea aprovecha el día.
Hoy en día los escuchamos en frases como “haz lo que te haga feliz” o “prioriza tu tranquilidad”, muchas veces desvinculadas de responsabilidad o verdad. Ejemplos contemporáneos de esta mentalidad incluyen a figuras como Oprah Winfrey, quien dice: “La vida no es una obligación, sino una oportunidad de ser quien quieras”, o el presentador Yordi Rosado, que promueve autenticidad emocional y bienestar interior con frases como “haz lo que te haga bien”.
El segundo grupo eran los estoicos; los disciplinarios de la virtud. Para ellos, la virtud era el bien supremo y el ser humano debía vivir conforme a la razón. Valoraban el autocontrol, la paz interior, el deber moral y la aceptación del destino. Eran respetados por militares, líderes cívicos y pensadores romanos. Aunque hubo rumores antiguos de una correspondencia entre Pablo y Séneca, filósofo estoico del siglo I, la evidencia histórica muestra que probablemente nunca se conocieron. En el presente, vemos ecos de estoicismo en personas como Pepe García de El Estoico o Daniel Colombo, quienes promueven la autodisciplina, los hábitos y la resiliencia como herramientas de propósito.
Los cínicos, o sea, los críticos de la cultura es el tercer grupo. Eran filósofos callejeros que rechazaban las normas sociales y vivían en simplicidad extrema. Su enfoque se centraba en provocar, denunciar la hipocresía y confrontar la moral superficial con un lenguaje directo, incluso chocante. Podríamos ver su espíritu reflejado hoy en personas como Diego Ruzzarin, que critica el consumismo con un estilo confrontativo; Jorge Lanata, cuya denuncia directa lo hace polarizante; o incluso Franco Escamilla, que, aunque es comediante, tiene momentos de observación aguda sobre la cultura y la hipocresía social. Usa el humor para hablar de temas sociales, familiares y culturales con crudeza.
Por último, tenemos a los sofistas. Estos eran los showmen de la retórica. Eran oradores carismáticos que usaban su elocuencia para ganar fama y fortuna. Lo suyo era el espectáculo emocional, los aplausos y la rentabilidad de sus ideas, sin comprometerse necesariamente con la verdad.
Hoy esto se manifiesta en coaches motivacionales, influenciadores carismáticos y promotores del “éxito sin descanso”. Piensa en frases como “los límites los pones tú”, “trabaja mientras otros duermen” o “tú también puedes tener esta vida”. Ejemplos: Joel Osteen, con mensajes como “Dios te llevará a donde nunca has estado…”, Cash Luna, quien dice “Dios no te llamó a sobrevivir, te llamó a conquistar”, o incluso compañías como Amway, Herbalife o Monat, que mezclan desarrollo personal, espiritualidad y consumo con una narrativa de superación constante.
En ese mundo y en el nuestro, Pablo no trajo una filosofía más, sino una revelación que no glorificaba al orador ni prometía comodidad, sino un Reino donde el Rey se dio por nosotros. Lo que Pablo proclamaba no era placer, control, confrontación ni éxito personal sino a Cristo crucificado y resucitado como única esperanza verdadera. Eso sigue siendo lo único que transforma.
Y para que no quedara duda alguna, su mensaje contrastaba directamente con las voces más influyentes de su tiempo —y del nuestro— empezando por los que prometían placer sin cruz.
A diferencia de los epicúreos, que predicaban placer sin sacrificio, Pablo proclamaba un evangelio que llama a cargar la cruz con valentía, aun en medio del dolor. 1 Tesalonicenses 2:1-3
1 Tesalonicenses 2:1-3 (NTV) Ustedes bien saben, amados hermanos, que la visita que les hicimos no fue un fracaso. 2 Saben lo mal que nos trataron en Filipos y cuánto sufrimos allí justo antes de verlos a ustedes. Aun así, nuestro Dios nos dio el valor de anunciarles la Buena Noticia con valentía, a pesar de gran oposición. 3 Como ven, no predicamos con engaño ni con intenciones impuras o artimañas.
El mensaje de los epicúreos era —y sigue siendo— “haz lo que te haga feliz” y “evita el dolor a toda costa”. En contraste, Pablo enseñaba que seguir a Cristo implica abrazar lo contrario: ser tratados injustamente, sufrir y enfrentar oposición con gozo. No predicaba comodidad ni placer, sino un llamado a cargar la cruz y perseverar en medio del rechazo.
Pablo y los creyentes de Tesalónica no buscaban una vida “sin dolor”, sino una fe que vale más que la vida misma, incluso si conlleva persecución. Cuando los epicúreos se toparon con esta realidad, probablemente huyeron… pero los de Cristo —aunque perseguidos— se quedaron de pie.
A diferencia de los sofistas, que usaban palabras hermosas para ganar fama, el propósito de Pablo era agradar a Dios, no a las personas.
1 Tesalonicenses 2:4-6 (NTV) Pues hablamos como mensajeros aprobados por Dios, a quienes se les confió la Buena Noticia. Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas. Solamente él examina las intenciones de nuestro corazón. 5 Como bien saben, ni una sola vez tratamos de ganarlos adulándolos. ¡Y Dios es nuestro testigo de que nunca aparentamos ser amigos de ustedes con el fin de sacarles dinero! 6 En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie.
A diferencia de los sofistas, cuyo propósito era agradar a las personas y ganar prestigio a través de discursos persuasivos, el enfoque de Pablo era agradar a Dios, no impresionar a los hombres. Mientras los sofistas se comportaban como verdaderos showmen —buscando aplausos, popularidad y recompensas económicas— Pablo rehusó usar palabras vacías o estrategias manipuladoras para avanzar su mensaje.
En la antigüedad, estos oradores cobraban tarifas por sus enseñanzas, y hoy esa lógica persiste: desde Joel Osteen, cuyas apariciones pueden costar más de 100,000 dólares, hasta Cash Luna, quien según reportes ha cobrado cerca de 60,000 dólares por predicar, con eventos en los que los asientos se venden hasta en 300 dólares según la ubicación. Estos hombres, se comportan como figuras como Oprah quien cobra entre 1,5 y 2,5 millones de dólares por sus presentaciones premium.
Pablo, en cambio, se presentó con integridad, sin adornos ni tarifas, con una verdad que no podía comprarse —porque lo suyo no era un espectáculo, era obediencia. En contraste con los filósofos populares de su época—como sofistas, cínicos o retóricos profesionales—Pablo renunció deliberadamente al uso de halagos, trucos persuasivos o motivaciones ocultas como el lucro o la reputación.
En lugar de presentarse como un maestro carismático buscando admiración, se posicionó como un siervo encargado por Dios, motivado por fidelidad y no por el aplauso humano. Su mensaje no era embellecido para agradar, sino compartido con integridad, aunque eso significara confrontar o incomodar.
A diferencia de los cínicos, que usaban un lenguaje provocador, cortante y confrontativo, Pablo usaba un lenguaje humilde, relacional y familiar.
1 Tesalonicenses 2:7-8 (NTV) Como apóstoles de Cristo, sin duda teníamos el derecho de hacerles ciertas exigencias; sin embargo, fuimos como niños entre ustedes. O bien, fuimos como una madre que alimenta y cuida a sus propios hijos. 8 Los amamos tanto que no solo les presentamos la Buena Noticia de Dios, sino que también les abrimos nuestra propia vida.
A diferencia de los cínicos, que predicaban la virtud desde el desprecio y la confrontación, Pablo exhortaba con ternura de padre y entrega de madre, sin arrogancia ni cinismo. Mientras los filósofos callejeros usaban palabras duras para sacudir conciencias, él optó por un lenguaje relacional y familiar, profundamente humano, lleno de afecto pastoral.
Una de las frases más entrañables de su carta a los tesalonicenses lo resume todo: “no solo les presentamos la Buena Noticia de Dios, sino que también les abrimos nuestra propia vida”. Eso es mentoría genuina. Eso es discipulado con el corazón. Eso —ni más ni menos— fue lo que hizo Jesús con sus discípulos: caminar con ellos, compartir el pan, escuchar, abrazar, corregir con amor.
Existe una frase popular, a menudo atribuida a Theodore Roosevelt, que resuena aquí con fuerza: “A la gente no le importa cuánto sabes, hasta que sabe cuánto te importa.” Pablo y los discípulos que lo acompañaban encarnaron esa verdad. Su evangelio no venía con gritos ni superioridad, sino con cuidado paciente, amor entregado y una profunda dedicación a las personas.
A diferencia de los estoicos, que buscaban fortaleza interior por disciplina propia, Pablo vivía su perseverancia como fruto del llamado de Dios y la esperanza en su gloria.
1 Tesalonicenses 2:9-12 (NTV) ¿Acaso no se acuerdan, amados hermanos, cuánto trabajamos entre ustedes? Día y noche nos esforzamos por ganarnos la vida, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les predicábamos la Buena Noticia de Dios. 10 Ustedes mismos son nuestros testigos—al igual que Dios—de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes. 11 Y saben que tratamos a cada uno como un padre trata a sus propios hijos. 12 Les rogamos, los alentamos y les insistimos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria.
A diferencia de los estoicos, lo que Pablo enseñaba iba mucho más allá de la autoayuda o la fortaleza mental. Es cierto que algunas de sus frases —como “trabajamos día y noche para no ser carga a ninguno”— pueden sonar estoicas a primera vista: hablan de disciplina, esfuerzo, y constancia. Incluso agrega: “fuimos consagrados, sinceros e intachables”, lo cual resuena con los ideales de virtud estoica.
Pero luego aparece una línea que rompe con cualquier paralelismo superficial: “Pues él los llamó para que tengan parte en su Reino y gloria.” Y ahí está el corazón del contraste. Mientras que los estoicos buscaban virtud como un fin en sí mismo —una fortaleza interior que los hiciera libres del caos exterior— Pablo entendía su disciplina como una respuesta a un llamado divino, no como un proyecto de autorrealización.
No trabajaba para controlar las emociones o aceptar el destino con serenidad estoica; trabajaba por amor, por fidelidad, por vocación… y todo bajo la certeza de que Dios es quien llama, quien forma y quien glorifica. Esa es la gran diferencia entre Pablo y los filósofos de su tiempo: su motor no era el dominio propio, sino la esperanza gloriosa del Reino al que pertenecía. No trabajaba para perfeccionarse a sí mismo, sino para servir sin tropiezo, como un padre que exhorta con ternura. Su motivación no era la autosuficiencia, sino el llamado de Dios a una vida digna de su gloria.
Entonces, lo importante de todo esto es que cuando Pablo apareció, no era simplemente otro filósofo. No traía más ideas humanas para que las personas las evaluaran y las integraran a su estilo de vida o a su cultura. El cristianismo no se trata de una filosofía más; se trata de una persona: Jesús.
Es verdad que todas estas corrientes filosóficas tienen algo de razón. Los epicúreos acertaban al buscar paz y satisfacción —Dios mismo ha puesto ese deseo en nuestro corazón. Los estoicos valoraban la disciplina y la virtud, lo cual es admirable, pero estas cosas no existen por sí mismas: estaban perdiendo la esencia y la fuente. Los cínicos tenían razón al señalar la hipocresía y la corrupción, pero no reconocían que la Biblia enseña que todos estamos quebrados, todos somos hipócritas y corruptos. Incluso los sofistas entendían bien el poder de las palabras, por eso sus ideas siguen apareciendo hoy, reempaquetadas en podcasts, charlas TED, libros motivacionales o reels de Instagram.
Pero aquí está el problema: todos ellos se quedan cortos. Todos pasan por alto el punto esencial. El mensaje de Pablo no era una filosofía mejorada; era un anuncio con poder. No vino con palabras persuasivas, sino con el poder del evangelio. No predicó un sistema de autoayuda, sino a un Salvador crucificado y resucitado.
Su mensaje no preguntaba: “¿Cómo puedo vivir mejor?”, sino que declaraba: “Tienes que ser hecho nuevo”. Y esa nueva vida solo se encuentra en la persona y obra de Jesús. Por eso Pablo dijo: “Él los llamó para que tengan parte en su Reino y gloria.” No vino para inspirar; vino para rescatar. No con filosofía… sino con Jesús, el Hijo de Dios.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Con qué tipo de “influencer” moderno te identificas o te sientes influenciado: epicúreo, estoico, cínico o sofista? ¿Por qué?
- ¿Por qué crees que el mensaje de Pablo resonó tanto en una ciudad llena de nuevas ideas?
- ¿Cómo podemos evitar que el cristianismo se convierta en otra filosofía de vida de moda en nuestra cultura?
- ¿Cuál es la diferencia entre compartir tu vida (versículo 8) y simplemente compartir buenos consejos?
- ¿Cómo la motivación de Pablo de “agradar a Dios, no a la gente” desafía nuestro enfoque del liderazgo o el ministerio?
- ¿Cómo te gustaría ayudar a alguien a “vivir una vida digna de Dios” esta semana?
El poder de la Palabra de Dios (2:13-16)
El poder de la Palabra de Dios
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Puntos de conversación:
- Los tesalonicenses recibieron y aceptaron la Buena Noticia. 1 Tesalonicenses 1:5; 2:13a
- La Palabra de Dios tiene un poder transformador. 2 Tesalonicenses 2:13-14
- ¿Qué pasa con quienes rechazan la Palabra de Dios? 1 Tesalonicenses 2:14-16
La semana pasada vimos que mientras las filosofías antiguas y modernas ofrecen verdades parciales sobre la vida y la felicidad, el cristianismo ofrece algo más grande. El cristianismo no sólo ofrece un conjunto de ideas para vivir, sino una relación con Jesucristo que nos transforma de adentro hacia afuera y nos invita al reino de Dios.
Esta semana veremos que la Palabra de Dios no sólo te informa; te expone. Lo creas o no, la Palabra de Dios te revelará lo que realmente está sucediendo en tu interior. Puedes huir, pero no puedes esconderte de la Palabra de Dios. Hoy estamos hablando del poder de la Palabra de Dios. Específicamente, cómo la Palabra de Dios puede dejarte al descubierto.
Seguido me reúno con personas y no siempre puedo saber dónde están espiritualmente. Algunos podrían decir: “¡Ni yo mismo lo sé!” Pero esto sí lo podemos afirmar con certeza: la Palabra de Dios eventualmente dejará al descubierto a todos. Puedes correr, pero no puedes esconderte de la Palabra de Dios. Nuestro versículo clave para esta lección viene de otro libro de la Biblia pero aplica perfectamente.
Hebreos 4:12 (NTV) Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.
La palabra de Dios traza una línea en la arena y hace que te definas si estas dispuesto a someterte a Su Palabra o no. Veremos esto en acción en nuestro texto de hoy.Empecemos con nuestra pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que la Palabra de Dios dejó al descubierto algo en ti? Esto pudo haber pasado cuando estabas leyendo la Biblia. Tal vez fue al leer un pasaje familiar que, de pronto, te confrontó. Posible paso cuando al escuchar un sermón que pareció hablar directamente a tu situación.
Y es que cuando recibimos la Palabra como lo que realmente es—la voz de Dios—ella no solo informa, sino que tiene el poder de confrontarnos y transformarnos. Pero para ello, tenemos que ser como los tesalonicenses:
Los tesalonicenses recibieron y aceptaron la Buena Noticia.
1 Tesalonicenses 2:13a Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios la cual, por supuesto, lo es.
Presta atención a dos palabras aquí. La primera es recibieron =paralabontes. Al respecto a esta palabra griega, el “Comentario Pilar del Nuevo Testamento dice que “la recepción de enseñanzas de un maestro por parte de un alumno se describía comúnmente con la palabra utilizada aquí (paralabontes)… como en el caso de Alejandro Magno, quien “recibió de su maestro [Aristóteles] sus doctrinas éticas y políticas”. Este tipo de lenguaje subraya que no se trata solo de escuchar, sino de asumir activamente una enseñanza como verdadera y formativa. Esto demostraba un asentimiento intelectual, o sea, un conocimiento que llegaba a la mente.
La otra palabra es tomaron / aceptaron (como traducen otras traducciones) = edexasthe. El “Comentario de Pilar del Nuevo Testamento” también comenta al respecto: “Aunque “aceptaron” (edexasthe) es casi sinónimo de “recibieron” en la cláusula anterior, este verbo suele poner más énfasis en la apropiación personal. En otras palabras, recibieron solemnemente el mensaje sagrado y lo hicieron suyo.” Este matiz es clave: no se trata solo de escuchar o asentir intelectualmente, sino de abrazar el mensaje con convicción y dejar que transforme la vida.
No es solo entender con la mente, sino creer con el corazón. Es creer desde lo más profundo del ser, del alma. En otras palabras, Pablo está describiendo el momento de conversión de los tesalonicenses. Compartieron la buena noticia sobre el Mesías (más que filosofía). Aparentemente, llegaron a ellos usando sus “propias palabras” o “ideas” para llamar su atención, pero en realidad, llegaron con una invitación divina, la palabra de Dios como lo dijo Pablo al abrir la carta a los tesalonicenses:
1 Tesalonicenses 1:5 (NTV) Pues, cuando les llevamos la Buena Noticia, no fue solo con palabras sino también con poder, porque el Espíritu Santo les dio plena certeza de que lo que decíamos era verdad…
Los tesalonicenses recibieron el evangelio, la Buena Noticia, y lo aceptaron. Ahora, establecido como recibieron el mensaje del evangelio, pasemos a ver como la Palabra de Dios es poderosa.
La Palabra de Dios tiene un poder transformador.
Porque no se trata solamente de un llamado intelectual, sino de un poder transformador.
2 Tesalonicenses 2:14 (NTV) Él los llamó a la salvación cuando les anunciamos la Buena Noticia; ahora pueden participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Así es cómo funciona la Palabra de Dios para los que creen: primero viene el llamado externo. Alguien comparte el mensaje de que estás roto pero Jesús puede salvarte. Lo captas con los oídos físicos.
Después, el llamado interno (Hechos 2:37). En este caso, Dios lo hace personal. El Espíritu Santo te convence de pecado, abre los ojos a la verdad del evangelio e invita a la persona a responder (Juan 16:8-11). Esto entra por los oídos espirituales.Este trabajo es real, personal e interno: no sólo escuchas un mensaje, sino sientes el peso del llamado de Dios en tu corazón. Hechos 2:37 dice que “Las palabras de Pedro traspasaron el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer?”
Luego llega la fe y arrepentimiento (Romanos 10:9). Esta es nuestra respuesta a la obra de Dios como dice Romanos 10:9 (NTV) “Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.” La palabra de Dios ha expuesto mis pensamientos y deseos más íntimos. Ahora estoy respondiéndole (y aceptándolo).
Una vez que Dios da vida espiritual, la persona se vuelve a Él voluntaria y gozosamente. Se arrepiente, se aparta del pecado y cree en el evangelio. Esto es lo que usualmente llamamos conversión: nuestra respuesta activa a la gracia salvadora de Dios que pasa a la regeneración. En otras palabras, Dios da un corazón nuevo. La persona “nace de nuevo”, vuelve a vivir espiritualmente. (Nota: Los calvinistas dirían que la regeneración ocurre antes de la fe/arrepentimiento. Ver la serie Calvinismo vs. Arminianismo para aprender más sobre este tema.) Y a una vida cambiada (1 Tes 2:13). Esta es la evidencia de la verdadera conversión porque una vida cambiada trae nuevos deseos, obediencia y amor a Jesús o sea que la Palabra de Dios, como dice la segunda parte del v.2:13
1 Tesalonicenses 2:13b (NTV) …Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen.
¿Qué pasa con quienes rechazan la Palabra de Dios?
Leamos la trágica respuesta de los incrédulos:
1 Tesalonicenses 2:14-15a (NTV) Y luego, amados hermanos, sufrieron persecución por parte de sus propios compatriotas. De esta manera imitaron a los creyentes de las iglesias de Dios en Judea, quienes por su fe en Cristo Jesús sufrieron a manos de su propio pueblo, los judíos. 15 Pues algunos de los judíos mataron a los profetas, y otros incluso mataron al Señor Jesús. Ahora también nos han perseguido a nosotros….
Fíjate cómo Pablo está señalando a aquellos que rechazan la Palabra de Dios. En ellos, el mensaje tiene un efecto completamente diferente. Escucharon el mismo llamado externo, pero en lugar de responder con fe y arrepentimiento, terminaron matando a los mensajeros. A los profetas primero;
- Elías: 1 Reyes 19:10 (NTV) —He servido con gran celo al Señor Dios Todopoderoso —respondió Elías—; pero el pueblo de Israel ha roto su pacto contigo, derribó tus altares y mató a cada uno de tus profetas. Yo soy el único que queda con vida, y ahora me buscan para matarme a mí también.
- Jesús: Mateo 23:37 (NTV) »¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.
- Esteban: Hechos 7:51
Hechos 7:51 (NTV) »¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también!
Es resistir o rechazar el llamado interno del que hablamos ya. Resisten al Espíritu Santo primero. Segundo, a Jesús. Y ahora también a los creyentes. Pero las palabras más duras vienen a continuación:
1 Tesalonicenses 2:15b-16 (NTV) Ellos no agradan a Dios y actúan en contra de toda la humanidad, 16 al tratar de impedir que prediquemos la Buena Noticia de salvación a los gentiles. Cuando hacen esto siguen amontonando sus pecados, pero la ira de Dios por fin los ha alcanzado.
La Biblia es clara: no todos son neutrales. Algunos se resisten activamente, se burlan o incluso intentan deshacer los propósitos de Dios. Esto era cierto en tiempos bíblicos y sigue siendo cierto hoy en día. Obviamente se convierten en perseguidores de la Iglesia.
Gobiernos, extremistas o individuos que arrestan, silencian o matan a cristianos en todo el mundo hoy en día.obiernos, extremistas o individuos arrestan, silencian o matan a cristianos en todo el mundo hoy. Entre los ejemplos actuales están: el gobierno de Corea del Norte, grupos islamistas radicales como Boko Haram e ISIS, y también ateos militantes
Algunos no sólo son escépticos; son agresivamente anti-Dios y anti-Biblia. Richard Dawkins, por ejemplo, ha llamado a la creencia en Dios un “engaño” y alienta a otros a burlarse de la religión
Más allá de eso, hay activistas que rechazan abiertamente el diseño de Dios. Los movimientos que promueven la confusión sobre el género, la devaluación de la vida o la inmoralidad sexual a menudo parten de una postura de rebelión contra el orden creado por Dios (Romanos 1:18-32). Por ejemplo, Planned Parenthood promueve el aborto y se beneficia de esta práctica, socavando la santidad de la vida humana hecha a imagen de Dios (Salmo 139:13-16).
Claro, que algunas personas se resisten a Dios por ignorancia. Mas otras se oponen activamente a Él con sus palabras, acciones e influencia. Pero nadie detendrá jamás el plan de Dios.
Hebreos 4:12 (NTV) Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.
Ese es el poder de la Palabra. Deja todo al descubierto. nada ni nadie se puede esconder ni escapar de ella.
Hebreos 4:13 (NTV) “No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas.
Veamos el término griego allí (“trachēlizō”) en está desnudo y expuesto. La palabra “trachēlizō” literalmente tiene que ver con descubrir el cuello o la garganta, como si algo quedara completamente expuesto, sin posibilidad de ocultarse. En el contexto del versículo, transmite la idea de que nada puede esconderse de Dios: estamos completamente vulnerables ante Su mirada, como si estuviéramos con el cuello descubierto, listos para ser examinados o juzgados.
Es una imagen fuerte y solemne: la Palabra de Dios no solo penetra (v.12), sino que nos deja completamente expuestos ante el Juez divino (v.13). La imagen aquí, también es como una llave de sumisión en lucha libre (y otros deportes de combate como MMA o jiu-jitsu) es una técnica que obliga al oponente a rendirse debido al dolor, la presión o la amenaza de lesión. Está diseñada para que el oponente ceda completamente el control.
Así que aquí está la línea trazada en la arena: ¿estamos dispuestos a someternos? No solo a escuchar la Palabra, sino a creerla desde lo más profundo. No solo a entenderla, sino a responderle. Porque el mismo mensaje que salva al que cree, confronta y desenmascara al que resiste. Y nadie queda neutral ante ella: o nos rendimos a su verdad, o endurecemos el corazón.
No importa si dudas o estás buscando, si crees o no: la Palabra de Dios siempre te confrontará. Puedes resistirte… o permitir que transforme tu vida. La elección está en tus manos.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Alguna vez te has sentido confrontado o expuesto personalmente por algo que leíste en la Biblia? ¿Cómo fue esa experiencia?
- ¿Qué significa pasar de “recibir” la Palabra de Dios intelectualmente a “aceptarla” verdaderamente con el corazón?
- ¿Por qué crees que algunas personas responden a la Palabra de Dios con rechazo u hostilidad? ¿Cuáles son ejemplos modernos de esto?
- Hebreos 4:12-13 describe la Palabra de Dios como aguda y reveladora. ¿Cómo te ayuda esta imagen a comprender la seriedad de responder a Dios?
- ¿Cómo ha seguido obrando la Palabra de Dios en ti a lo largo del tiempo, generando cambio y crecimiento?
- ¿En qué áreas de tu vida sientes que la Palabra de Dios te llama al arrepentimiento y la transformación hoy?
La táctica de Satanás (2:17-3:8)
La táctica de Satanás
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Puntos de conversación:
- La fase 1 del ataque de Satanás es la oposición. Satanás se opone activamente a la obra de Dios. 1 Tesalonicenses 2:17-20, 1 Tesalonicenses 3:1-3
- Las tres estrategias que usa Satanás para que su fase #1 de ataque triunfe y así “devorar” al cristiano: (1) desánimo y sufrimiento, (2) tentación y los viejos patrones y (3) la separación de la comunidad.
- La fase 2 del ataque de Satanás es la victoria. La realidad es esta: Satanás puede salir victorioso sobre ti, pero su victoria es evitable. 1 Tesalonicenses 3:4-8
La semana pasada vimos que la Palabra de Dios no sólo te informa; te expone. En otras palabras, saca a la luz hasta lo más profundo de ti y es tu decisión aceptarla o rechazarla. Algunos escuchan el evangelio y lo reciben, se someten a él. Otros se resisten activamente, se burlan o incluso intentan deshacer los propósitos de Dios. Esto era cierto en tiempos bíblicos y sigue siendo cierto hoy.
Hoy veremos que no son sólo las personas las que trabajan contra Dios. Satanás también lo hace. Así que te pregunto, sabes ¿Cuál es la táctica de Satanás y cuáles son sus estrategias para llevarla a cabo?
Satanás solo tiene una gran táctica: hacerte caer. Pero lo hace paso a paso, disfrazado de múltiples estrategias. Él no es creativo, es predecible. Él todavía trabaja como lo hacía hace 2000 años, así que prestemos atención a lo que nos dice la Biblia.
1 Pedro 5:8 (NTV) ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.
Te doy un ejemplo: Un grupo de excursionistas subía por una montaña rodeada de árboles y neblina. Disfrutaban del paisaje, distraídos, sin notar que, desde lo alto, un león los observaba silencioso, esperando que uno se apartara del grupo. No rugía, no atacaba, solo acechaba esperando el momento oportuno para atacar.
Así actúa nuestro enemigo el diablo; no siempre de forma ruidosa, pero sí constante, esperando momentos de descuido espiritual para atacar. Por lo tanto debes estar consciente del peligro real que enfrentas; por eso hoy hablaremos de dos fases de ataque de Satanás y tres estrategias específicas que usa para devorarte.
Pero antes de llegar al texto, es necesario saber esta verdad: Satanás es real, no un personaje de dibujos animados. Jesús mismo tuvo un encontronazo con Satanás (Mateo 4:1-11). La Iglesia Primitiva tomó a Satanás en serio (Hechos 5:3). Pedro, Pablo y Juan se refieren a Satanás en sus escritos del NT.
Apocalipsis 20:10 (NTV) Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre…
¡Satanás no quiere que creas en él! Pero ten por seguro que si es real. Abramos con la primera fase de ataque de Satanás.
La fase 1 del ataque de Satanás es la oposición. Satanás se opone activamente a la obra de Dios.
1 Tesalonicenses 2:17-18 (NTV) Amados hermanos, después de estar separados de ustedes por un breve tiempo (aunque nuestro corazón nunca los dejó), hicimos todo lo posible por regresar, debido a nuestro intenso anhelo de volver a verlos. 18 Teníamos muchas ganas de visitarlos de nuevo, y yo, Pablo, lo intenté una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió.
Esta es la primera vez que Pablo menciona a Satanás en sus escritos. Lo hace otras 6 veces. La próxima vez que lo mencione será en 2 Tes. El meollo del asunto que Pablo quiere dejar claro es que Satanás se opone activamente a la obra de Dios. Eso es literalmente lo que significa su nombre: “adversario”. Además, la palabra griega original usada para “impidió” o “estorbó” es ἐνέκοψεν (enekopsen), que viene del verbo enkoptō. Este término tiene raíces en un uso militar muy concreto: se refiere a la acción de destruir un camino o levantar barricadas para obstaculizar el avance de un ejército enemigo. ¿Cómo se los impidió Satanás?
- Podría haber sido espiritual.
1 Tesalonicenses 2:15-16 (NTV) Pues algunos de los judíos mataron a los profetas, y otros incluso mataron al Señor Jesús. Ahora también nos han perseguido a nosotros. Ellos no agradan a Dios y actúan en contra de toda la humanidad 16 al tratar de impedir que prediquemos la Buena Noticia de salvación a los gentiles. …
- Podría haber sido legal
Hechos 17:9 (NTV) Así que los funcionarios obligaron a Jasón y a los otros creyentes a pagar una fianza y luego los soltaron.
Esto parece una orden judicial.
Pudo ser por motivos médicos
2 Corintios 12:7 (NTV) …Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.
Aprende a discernir esta primera fase del ataque de Satanás: la oposición. A él le encanta hacer esto, especialmente con los nuevos creyentes. Aquí tengo que hablar de
Las tres estrategias que usa Satanás para que su fase #1 de ataque triunfe y así “devorar” al cristiano: (1) desánimo y sufrimiento, (2) tentación y los viejos patrones y (3) la separación de la comunidad.
Cuidado con las tres estrategias predecibles de Satanás:
1. Desánimo y sufrimiento: El enemigo sabe que si logra quebrar tu ánimo, puede frenar tu avance. Utiliza el dolor, la frustración y la oposición para sembrar dudas sobre el llamado de Dios o su fidelidad. Como Pablo, quizás sigues comprometido con el evangelio, pero estás siendo “atormentado” por una espina que te debilita, o tienes problemas legales o estás pasando por pruebas espirituales. Pero que te quede claro: El sufrimiento no siempre significa derrota, pero Satanás quiere que lo interpretes así.
2. Tentación y los viejos patrones: Satanás rara vez usa estrategias nuevas. Su arma favorita es la tentación, disfrazada de lo que ya funcionó antes: tus antiguos hábitos, pensamientos tóxicos, miedos o pecados. Quiere que regreses a cadenas que ya te habían sido rotas. Su meta no es solo hacerte tropezar, sino detener el avance que estabas logrando.
Por eso, estar alerta es también reconocer las viejas rutas de caída o sea aquellas estructuras mentales, emocionales o espirituales que parecen parte de ti pero en realidad son cadenas disfrazadas. La tentación apunta directo a tus puntos ciegos. Si no lo haces, puedes terminar cediendo no por falta de fuerza, sino por falta de vigilancia.
3. Separación de la comunidad: Nada complace más al enemigo que un creyente aislado. Como un depredador que estudia al rebaño, Satanás va tras el rezagado: el que se aleja, el que deja de congregarse, el que se convence de que puede pelear solo. Pero déjame decirte que el aislamiento nunca es casual. Hay una guerra espiritual detrás de cada desconexión. Por eso Pablo deseaba con intensidad volver a ver a los tesalonicenses, pero Satanás lo impidió (1 Tes. 2:18). Pablo sabía que un cristiano desconectado de la manada, mejor dicho del rebaño, era presa fácil para Satanás que anda buscando como devorarnos. El corazón de Pablo se rompía por ellos. Porque él ha estado separado de ellos. Y eso es obra de Satanás.
Ahora, después de esta pausa para exponer tres estrategias de Satanás para destruir a los creyentes, concluyamos con la fase 1 de su ataque y pasemos a los versículos 19-20 para seguir leyendo el relato de Pablo después de enterarnos de su desesperación por volver a estar con los hermanos de Tesalónica.
1 Tesalonicenses 2:19-20 (NTV) Después de todo, ¿qué es lo que nos da esperanza y alegría?, ¿y cuál será nuestra orgullosa recompensa y corona al estar delante del Señor Jesús cuando él regrese? ¡Son ustedes! 20 Sí, ustedes son nuestro orgullo y nuestra alegría.
Aunque Satanás intentó impedir el reencuentro entre Pablo y los tesalonicenses, no logró apagar lo que Dios había establecido entre ellos: un vínculo espiritual cargado de significado y esperanza futura. Pablo no solo quería verlos por afecto personal—¡ellos eran su corona!
También quería enseñarles que hay que mantenerse firme sabiendo lo que el enemigo intenta detener es precisamente lo que más vale la pena proteger: Tu llamado porque es la expresión única de la misión que Dios te ha confiado. Tu comunidad espiritual porque en ella creces, sirves y eres fortalecido. Tu recompensa futura porque no es momentánea ni superficial, sino eterna y gloriosa en la presencia de Cristo. La intensidad del ataque revela el valor del objetivo. Si Satanás se empeña en estorbar tu camino, es porque lo que llevas dentro es demasiado peligroso para su reino. Esto se ve claramente en el relato que estamos viendo de Pablo:
1 Tesalonicenses 3:1-3 (NTV) 11 Por último, cuando ya no pudimos soportarlo más, decidimos quedarnos solos en Atenas 2 y enviamos a Timoteo para que los visitara. Él es hermano nuestro y colaborador de Dios en la proclamación de la Buena Noticia de Cristo. Lo enviamos a ustedes para que los fortaleciera, los alentara en su fe 3 y los ayudara a no ser perturbados por las dificultades que atravesaban; pero ustedes saben que estamos destinados a pasar por tales dificultades.
A Pablo se le presentaron mil y una traba para poder regresar con los hermanos tesalonicenses. Ellos estaban pasando muchos problemas como vimos. Pero aviso: Satanás mismo trajo las dificultades. Sin embargo, el antídoto de Pablo no es deshacerse de los problemas. De alguna manera, Dios permite que Satanás traiga dificultades. Puede que nunca comprendamos esto del todo. Sabemos que en parte es para probar nuestra fe.
Si la solución no es eliminar las dificultades, ¿qué propone entonces? Pablo les dice que les mandó a Timoteo para que se fortalecieran, alentaran y no se dejaran perturbar por las dificultades a las que estamos destinados a pasar. Pablo no dice: “Oremos para que haya menos problemas”. En cambio, la solución que presenta es la resiliencia espiritual; es decir, mantenerse firmes y perseverar en frente a las dificultades.
Entonces, para resumir la fase 1 del ataque de Satanás: Él traerá oposición; estás destinado a ello. Léete el libro de Job para que te convenzas. Además, lee Mateo 4. Sin embargo, si no resistes y te mantienes firme en medio de la oposición, corres el riesgo de caer en su siguiente jugada: la victoria sobre tu vida. Y es que:
La fase 2 del ataque de Satanás es la victoria. La realidad es esta: Satanás puede salir victorioso sobre ti, pero su victoria no es inevitable.
1 Tesalonicenses 3:4-5 (NTV) Aun cuando estábamos con ustedes, les advertimos que las dificultades pronto llegarían, y así sucedió, como bien saben. 5 Por esta razón, cuando ya no pude más, envié a Timoteo para averiguar si la fe de ustedes seguía firme. Tenía miedo de que el tentador los hubiera vencido y que nuestro trabajo hubiera sido en vano.
Ahí está de nuevo: “el tentador” (es decir, Satanás). Y es que si, Satanás puede salir victorioso sobre ti. No porque tenga más poder que Dios, sino porque encuentra lugar cuando bajamos la guardia. Si logra que sucumbas al desánimo, caigas en patrones antiguos o te desconectes de la comunidad, entonces pasa de oponerte a conquistarte.
Esa es la fase dos de su estrategia: no solo detenerte, sino derribarte. Pero su victoria no es inevitable. Si conoces su plan, puedes contraatacar. Entonces, ¿cuál fue el informe de Timoteo? ¿Llegó Satanás a la fase 2 con los nuevos creyentes tesalonicenses?
1 Tesalonicenses 3:6-8 (NTV) Pero ahora Timoteo acaba de regresar y nos trajo buenas noticias acerca de la fe y el amor de ustedes. Nos contó que siempre recuerdan nuestra visita con alegría y que desean vernos tanto como nosotros deseamos verlos a ustedes.
Un momento de alivio y gozo para Pablo, después de tanta preocupación ¡Alabado sea Jesús! Ellos tenían fe, amor, alegría y hambre espiritual (desean vernos tanto como nosotros deseamos verlos a ustedes). Verdaderamente es bastante increíble que quieran verlos. La última vez que vieron a los apóstoles, tuvieron dificultades (problemas) y sufrimiento. Pero aun así quieren que vuelvan.
1 Tesalonicenses 3:7-8 (NTV) Así que, amados hermanos, en medio de nuestras dificultades y sufrimientos hemos sido muy animados porque han permanecido firmes en su fe. 8 Nos reaviva saber que están firmes en el Señor.
Esto claramente nos muestra que la oposición satánica NO es inevitablemente una victoria satánica. Satanás vendrá contra ti, pero Satanás NO tiene por qué ganar. Dios nos da todo lo que necesitamos para mantenernos firmes, incluso cuando los tiempos son difíciles. Siempre mantengamos las siguientes palabras en mente cuando pasemos pruebas, tentaciones y sufrimientos:
Romanos 16:20 (NTV) El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes…
Esta es una promesa poderosa que cierra con esperanza la lucha espiritual: el enemigo será vencido, y no solo por Dios, sino bajo tus pies. Entonces, estemos siempre alerta ante las maquinaciones de Satanás, pero también mantengamos la confianza en la victoria que ya tenemos en Jesús. Jesus ya venció al diablo en la cruz. Mantengámonos firmes porque ya sabemos el futuro: Jesús gana, Satanás pierde.
Satanás ataca en fases: primero con oposición —sufrimiento, tentación, aislamiento— para frenar tu avance espiritual. Si no resistes, pasa a la segunda fase: la victoria. Su objetivo es vencerte desde dentro, debilitando tu fe y haciendo que todo parezca en vano. Pero su victoria si se puede evitar. Dios ha provisto todo lo necesario para mantenerte firme. Como los tesalonicenses, puedes resistir. Y la promesa permanece: el Dios de paz aplastará a Satanás bajo tus pies (Rom. 16:20). Así que no retrocedas; mantente en amor, alegría y con hambre espiritual como los tesalonicenses.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Según 1 Tesalonicenses 2:17-20, ¿cómo se describe la oposición de Satanás a la obra de Dios en la vida de los creyentes?
- ¿Qué significa que Satanás use el desánimo y el sufrimiento como una estrategia en la fase 1 de su ataque? ¿Cómo podemos identificar esta estrategia en nuestra vida diaria?
- ¿Por qué los viejos patrones y la tentación son herramientas efectivas que Satanás utiliza para alejarnos de Dios? ¿Qué pasos prácticos podemos tomar para resistirlas?
- ¿Cómo afecta la separación de la comunidad cristiana a nuestra fe y resistencia espiritual? ¿Qué podemos hacer para mantenernos conectados con otros creyentes?
- En la fase 2 del ataque de Satanás, ¿qué significa que él puede salir victorioso sobre un cristiano? ¿Qué señales podrían indicar que estamos cediendo terreno al enemigo?
- Según 1 Tesalonicenses 3:4-8, ¿qué recursos o promesas nos da Dios para evitar que Satanás tenga la victoria final sobre nosotros?
Cómo orar por todos, incluso tu enemigo (3:9-13)
Cómo orar por todos, incluso tu enemigo
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Puntos de conversación:
- La gratitud desplaza tu corazón hacia la esperanza y la alegría, y lo aleja de la amargura. 1 Tesalonicense 3:9
- Cuando oramos por alguien, tendemos a centrarnos en esa persona y no en nosotros mismos solamente. 1 Tesalonicense 3:10
- Ora para que Dios supere las barreras relacionales. 1 Tesalonicense 3:11
- Ora para que se amen unos a otros… y por todas las personas, incluso por tu enemigo. 1 Tesalonicense 3:12
- La oración en el panorama completo: Jesús va a regresar, prepáralos para ese día. 1 Tesalonicense 3:13
Una de las riquezas de estudiar versículo por versículo es que podemos adentrarnos en la historia, comprender el contexto y descubrir lo que Dios está haciendo en cada porción bíblica. Hoy vamos a hacerlo nuevamente, pero desde un enfoque muy práctico: la oración.
La semana pasada nos detuvimos en 1 Tesalonicenses 3:8. Hoy avanzaremos hasta los versículos 9 al 13, donde Pablo concluye esta sección de su carta con una oración por los tesalonicenses. Vamos a usar esa oración como modelo para aprender a interceder por otros: por un amigo que atraviesa pruebas, como las que vivía aquella iglesia; por alguien a quien estás discipulando; o incluso por un enemigo que te ha herido.
Nos detendremos especialmente en este último punto, porque para algunos, podría ser la enseñanza más transformadora de todo el pasaje. Y aunque parezca difícil, no es una idea nueva: Jesús mismo nos llamó a una oración radical, una que va más allá de nuestras emociones y responde al corazón del Padre:
Mateo 5:44 (NTV) Pero yo digo: ama a tus enemigos, ora por los que te persiguen.
La Biblia nos llama a orar incluso por quienes nos han herido, por aquellos que nos persiguen o nos han hecho mal. No se trata solo de orar por los amigos, por los que nos agradan o comparten nuestra fe. Jesús nos invita a algo más grande: a amar a nuestros enemigos. Y pocas cosas reflejan ese amor como el acto de interceder por ellos en oración. No los descartes. No los borres de tu lista espiritual. Recuerda que la oración tiene el poder de transformar corazones… empezando por el nuestro.
Con esta perspectiva clara en mente, es momento de entrar en el pasaje que estudiaremos hoy. Pablo cierra esta sección de su carta a los tesalonicenses con una oración profunda. Vamos a explorarla versículo por versículo, descubriendo cómo puede guiarnos a interceder por otros—ya sean amigos, discípulos, o incluso enemigos. Primero, te presentaré el versículo y después te daré el punto clave de ese versículo.
1 Tesalonicenses 3:9(NTV) ¡Cuánto le agradecemos a Dios por ustedes! Gracias a ustedes tenemos gran alegría cuando entramos en la presencia de Dios.
Lo que aprendemos de primas a primera es que:
La gratitud desplaza tu corazón hacia la esperanza y la alegría, y lo aleja de la amargura.
Trata siempre de iniciar tu oración con gratitud. Agradece a Dios no solo por algo, sino mejor aún… por alguien. Muchas personas se saltan ese momento y comienzan directamente pidiendo, como si la oración fuera una lista de necesidades. Pero Pablo nos da otro ejemplo: abre su oración agradeciendo a Dios por los tesalonicenses, por su fe firme aún en medio de la persecución (ver la semana pasada). ¿Y tú? ¿Qué surge en tu corazón cuando piensas en otra persona? ¿Por qué podrías estar agradecida?
Recuerda las palabras de Jesús: debemos orar no solamente por los que amamos, como lo hace Pablo aquí, sino también—y especialmente—por aquellos que nos cuesta amar. Por los que nos caen mal. Por los que nos han herido. Por los que quizá ni saben que han dejado una marca. Ora por tu enemigo.
¿Puedes encontrar algo por lo que estar agradecida cuando piensas en esa persona difícil? Quizá momentos del pasado que fueron buenos, su potencial dado por Dios, o incluso cómo el Señor está usando esa situación para ayudarte a crecer. Porque cuando oras por tu enemigo, la amargura empieza a disolverse. En su lugar nace una esperanza: la certeza de que Dios puede transformar ese corazón. Y esa expectativa produce gozo. No porque todo se haya resuelto, sino porque estás participando en algo mayor… intercediendo por una vida que puede acercarse al Señor y recibir salvación.
Es allí donde la gratitud se fortalece. Agradeces por el poder de Dios para cambiar corazones. Por Su ternura que te capacita para amar a quien te hirió. Por la invitación divina de formar parte de Su proceso redentor. Y de repente, lo que parecía imposible, empieza a ser transformado por la oración.
1 Tesalonicenses 3:10 (NTV) Día y noche oramos con fervor por ustedes, pidiéndole a Dios que nos permita volver a verlos y completar lo que falte en su fe.
Cuando oramos por alguien, tendemos a centrarnos en esa persona y no en nosotros mismos solamente.
Cuando oras por tus amigos, lo normal es enfocarte en lo malo que ellos están atravesando. Y cuando oras por tus enemigos, suele surgir lo malo que ellos están haciendo. Pero Pablo nos presenta una idea completamente diferente: no se trata solo de orar por ellos, sino también de orar por ti mismo al orar por ellos. Mejor dicho, por el impacto que tú puedes tener en sus vidas.
En este pasaje, Pablo ora específicamente para “completar lo que falte en su fe.” Sabemos que su ministerio en Tesalónica había sido interrumpido, y aunque la iglesia seguía firme, aún necesitaba más instrucción. De hecho, esa instrucción la veremos desplegada en los próximos dos capítulos de esta serie.
Ahora, ¿cómo se aplica esto a ti—ya sea que estés orando por amigos o por enemigos? Puedes comenzar diciendo: “Dios, ¿cómo quieres usarme en su historia?” Ora también por entendimiento, para poder ver lo que están viviendo desde Su perspectiva. “Muéstrame cómo animar, equipar o confrontar con amor si es necesario.”
A veces, mientras oro por alguien, le mando un mensaje de texto. Un podcast. Un versículo bíblico. Algo pequeño que sirva de puente. Porque Dios desea que seamos canales activos de bendición, no espectadores. Y eso sucede cuando dejamos de orar solo por lo que nosotros necesitamos y empezamos a orar por lo que otros podrían recibir.
Y aquí hay un regalo extra: muchas veces, cuando oras por los demás, recibes justo lo que tú también necesitabas. Así que no te enfoques solo en ti cuando ores. Hay más bendición cuando tu oración se convierte en intercesión.
1 Tesalonicenses 3:11 (NTV) Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos lleven muy pronto a verlos a ustedes.
Ora para que Dios supere las barreras relacionales.
¿Recuerdas lo que vimos la semana pasada? Pablo, Silas y Timoteo estaban intentando regresar a Tesalónica, pero Satanás se interponía en su camino. Aun así, no se rindieron: oraban con fervor para reencontrarse. Querían restaurar una conexión espiritual, pastoral, formativa… y también de amistad. No solo deseaban volver físicamente, deseaban volver con propósito.
Ese mismo tipo de oración es la que necesitamos hoy. Oremos para que Dios supere las barreras relacionales que nos separan. Porque es sencillo orar por quienes amamos, pero cuesta—y cuesta mucho—orar por quienes nos han herido. Sin embargo, allí se revela el poder de la intercesión: cuando pedimos no solo por bendición, sino por reconciliación.
Y claro, sabemos que la restauración no depende únicamente de nosotros. También depende de la otra persona, y quizá no quiera abrirse. Ese es el gran desafío y es allí donde la oración se convierte en acto radical. No en reacción emocional, sino en respuesta al corazón del Padre. Pero aun así, no estamos exentos de obedecer. Porque el mandato permanece:
Romanos 12:18 (NTV) Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos.
En el griego original, el verbo “hagan” está en modo imperativo. Eso significa que no se trata solo de un consejo sabio o una sugerencia piadosa—es un mandato. Pablo está instruyendo a los creyentes a esforzarse activamente por mantener la paz, no como una opción secundaria, sino como una expresión esencial del carácter cristiano. No es algo que hacemos si nos sentimos listos, sino algo que elegimos porque reflejamos a Cristo.
Por eso, oremos para que Dios intervenga en las relaciones rotas, para que Su poder atraviese las barreras que nosotros no podemos cruzar. A Satanás le encanta la división, porque sabe que el aislamiento debilita. Pero a Dios le encanta la conexión, porque sabe que la comunión fortalece.
Así que haz todo lo que esté en tus manos por restablecer esa relación, para que vivas en paz con todos. Y si esa persona no acepta tus intentos sinceros de reconciliación, entonces te queda algo aún más poderoso: perdonar en tu corazón y seguir orando para que Dios haga Su obra. Porque a veces, la restauración tarda… pero nunca se detiene cuando la gracia está trabajando.
Ya casi llegamos al último versículo del capítulo 3. Y apenas ahora Pablo ora por ellos. Lo que nos muestra que la intercesión no es un punto final… es una puerta de entrada a la obra continua de Dios en las relaciones.
1 Tesalonicenses 3:12 (NTV) Y que el Señor haga crecer y sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por toda la gente, tanto como sobreabunda nuestro amor por ustedes.
Ora para que se amen unos a otros… y por todas las personas, incluso por tu enemigo.
Finalmente llegamos al momento de la oración en el que Pablo comienza a interceder por ellos. Pide que se amen sobreabundantemente “unos a otros”, es decir, entre creyentes. Pero no se detiene allí. También ora para que ese amor sobreabundante alcance a “toda la gente”, lo que incluye a personas difíciles, a los que se oponen, a los que los persiguen.
Este amor del que Pablo habla no es superficial ni condicionado. No depende de simpatía, ni de conveniencia. Es un amor que nace de Dios y desafía toda lógica humana. Y cuando oras para amar así a quienes te han herido, estás entrando en el corazón mismo de Jesús. Ya lo vimos al comienzo: en Mateo, Él nos llama a orar por nuestros enemigos. No como una idea idealista… sino como una práctica de fe radical.
Así que llévalo a tu propia vida. Aplica esto a tus enemigos. ¿Puedes orar por ellos sin resentimiento? Intenta hacerlo, incluso si cuesta. Di: “Dios, ayúdalos a amar.” Porque tú sabes que eso les cuesta. Y añade: “Ayúdame a amarlos.” Porque tú también lo necesitas. Pídele al Señor que te dé un amor tan abundante, que sobrepase tu capacidad humana y se convierta en canal de redención. Que fluya hacia todos—amigos o enemigos—hasta que Su amor se convierta en tu respuesta automática.
Terminemos con el último versículo:
1 Tesalonicenses 3:13 (NTV) Que él, como resultado, fortalezca su corazón para que esté sin culpa y sea santo al estar ustedes delante de Dios nuestro Padre cuando nuestro Señor Jesús regrese con todo su pueblo santo. Amén.
La oración en el panorama completo: Jesús va a regresar, prepáralos para ese día.
Este versículo cierra la oración que comenzó en los versículos anteriores, donde Pablo primero agradece por los tesalonicenses, luego ora para que crezcan en amor, y finalmente concluye pidiendo que estén espiritualmente preparados para el regreso de Jesús. Esta forma de orar—con la eternidad en mente—nos ayuda a no quedar atrapados en lo inmediato, a no centrarnos demasiado en las cuestiones temporales que a menudo ocupan nuestro corazón.
Porque sí, cuando oramos por los amigos, solemos enfocarnos en las pruebas que están atravesando. Cuando oramos por los enemigos, en cambio, pensamos en lo que nos han hecho. Pero todas esas situaciones pertenecen al aquí y al ahora. Son reales, sí, pero son pasajeras. La eternidad, en cambio, es permanente. Y orar con esa perspectiva nos lleva a elevar el propósito: no solo pedir alivio, sino salvación.
Ora para que Dios les abra los ojos. Para que se arrepientan de todo pecado y puedan presentarse ante Él sin culpa. No para que simplemente cambien de actitud, sino para que cambien de destino eterno. Porque sin esa transformación, la eternidad les quedaría lejos de Dios. Pero si tú oras, si intercedes, si clamas… tus oraciones pueden abrir una puerta. Pueden ser el puente que los acerque al conocimiento de Cristo. Y por esa gracia, puedan pasar la eternidad en el cielo.
Hoy quiero dejarte con un reto que va más allá de una buena intención. Detente por un momento y pregúntate: ¿por quién necesito comenzar a orar de esta manera? Puede que ni siquiera hayas terminado de hacerte la pregunta cuando ya el nombre aparece en tu mente—lo reconoces sin dificultad, aunque te cueste aceptarlo. Y si sientes que no hay nadie, entonces pídele al Señor que te revele a quién incluir en tu oración.
Si hay una relación que debe ser restaurada, ora por reconciliación. Si sabes que has fallado, ora por perdón, pídele a Dios las palabras y el momento, y da el paso: ve y pide perdón. Si lo que se necesita es salvación, clama para que, si tú no puedes compartir el evangelio directamente, Dios mande a alguien que lo haga en tu lugar.
Es tiempo de dejar de orar únicamente por tus propias heridas, por tus necesidades o por lo que otros te han hecho. Comienza a orar con los ojos puestos en alguien más. Con el corazón abierto para interceder por su redención. Porque cuando tu oración deja de girar en torno a ti, y empiezas a luchar por la salvación de otro…estás reflejando el amor que transforma vidas y abre caminos hacia la eternidad..
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Con qué frecuencia comienzas tus oraciones con gratitud por los demás? ¿Cómo podría esto cambiar tu corazón?
- ¿Recuerdas alguna ocasión en que Dios te usó para llenar un vacío en la fe o el crecimiento de otra persona? ¿Qué sucedió?
- ¿Hay alguna relación en tu vida por la que necesites orar por la reconciliación o la paz? ¿Cómo puedes empezar a orar de otra manera?
- ¿A quién le resulta difícil amar ahora mismo? ¿Cómo podrías aplicar la oración de Pablo a esa situación?
- ¿Por qué es importante tener presente la eternidad al orar? ¿Cómo cambia esto nuestra perspectiva sobre las dificultades temporales?
- ¿Por quién, amigo o enemigo, te sientes inspirado a empezar a orar hoy? ¿Cuál es tu primer paso?
No en pasiones sensuales (4:1-8)
No en pasiones sensuales (4:1-8)
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Puntos de conversación:
- Pablo insta a los creyentes a vivir de una manera que agrade a Dios, no para ganar la salvación, sino gracias a ella. 1 Tesalonicenses 4:1-2
- La santificación tiene dos partes: posicional (somos santificados en Cristo) y práctica (crecemos cada día en santidad). Ambas son importantes para Dios.
- La voluntad de Dios es que vivamos vidas santas evitando todo pecado sexual; esto incluye más que solo acciones físicas; se extiende a pensamientos, medios de comunicación y actitudes. 1 Tesalonicenses 4:3-5
- Rechazar las instrucciones de Dios sobre la sexualidad no es simplemente romper la tradición, sino oponerse a su diseño y entristecer al Espíritu Santo. 1 Tesalonicenses 4:7-8
En esta parte de la carta, Pablo se pone práctico—como lo hace en muchas de sus enseñanzas. Primero nos recuerda la teología del evangelio: que somos salvos solamente por gracia mediante la fe. Pero no se detiene allí. Él concluye con llamados concretos sobre cómo vivir esa fe en la vida diaria. Nuestra relación con Dios no solo cambia nuestro destino eterno, sino también la forma en que vivimos aquí y ahora. En medio de una cultura hipersexualizada, esta verdad nos reta a responder.
Entonces surge una pregunta honesta y profunda: ¿Dónde debe poner límites un cristiano en una cultura hipersexualizada? ¿Dónde los pones tú? Porque seamos sinceros… todos los ponemos en algún lugar. Mira la siguiente lista y piensa donde los cristianos deberían trazar una línea y decir; ¡Basta!
- Explotación sexual y trata de personas
- Infidelidad en el matrimonio
- Cultura de encuentros casuales
- Cultura de encuentros “comprometidos”
- Pornografía
- Contenido cargado sexualmente (películas, series, música, redes sociales).
- “Bromas” inofensivas o insinuaciones sexuales.
Las primeras dos cosas en la lista parecen obvias, pero ¿qué pasa con el resto? Algunos pondrían límites cuando se trata de encuentros casuales, pero verían con buenos ojos los encuentros “comprometidos”, porque son parejas que están en una “relación seria”, aunque no estén casados. Te pregunto: ¿eso realmente es mejor?
¿Y qué hay de la pornografía? Tal vez dirías que no es lo ideal, pero lo justificarías pensando: “lo mantengo en privado, nadie sale herido”. ¿Y el contenido cargado sexualmente en películas, series, música o redes sociales? ¿O lo último en la lista… esas bromas que parecen inofensivas pero que sí dañan, o las insinuaciones con doble sentido? Si piensas que eso está bien, te recuerdo lo que Dios nos dice en Proverbios 4:24: Evita toda expresión perversa; aléjate de las palabras corruptas.
Hoy, mientras seguimos con nuestro estudio, veremos lo que dice la Biblia sobre este tema. Una cultura hipersexualizada no es algo exclusivo del mundo moderno. Ya era igual de grave en la antigua Grecia y Roma.
En aquel tiempo, en la antigua Tesalónica, la sexualidad estaba profundamente ligada a la religión. Muchas formas de inmoralidad sexual eran parte del culto pagano. La adoración a dioses y diosas de la fertilidad, como Afrodita, incluía prostitución ritual en los templos. Esto no era visto como escandaloso, sino como parte normal del culto espiritual.
Además, el sexo casual era algo completamente normalizado. Tener relaciones fuera del matrimonio no solo se toleraba, sino que se esperaba, especialmente en los hombres. Filósofos griegos como Demóstenes hablaban abiertamente de tres tipos de mujeres, cada una con una función específica:
- Prostitutas, para el placer (hoy: cultura de encuentros casuales)
- Amantes, para compañía diaria y necesidades físicas (hoy: pornografía)
- Esposas, para tener hijos y cuidar el hogar
Este sistema reflejaba un fuerte doble estándar sexual: se esperaba fidelidad de las esposas, pero no de los esposos.
La homosexualidad también era común. Las relaciones entre hombres mayores y jóvenes (llamadas pederastia) eran aceptadas culturalmente, e incluso promovidas en ciertos círculos como parte de la formación social o intelectual.
El arte pornográfico y la desnudez pública eran parte habitual de la vida. Las imágenes sexualmente explícitas eran comunes en cerámica, murales y baños públicos. La desnudez y el entretenimiento con contenido sexual eran considerados normales. Hoy, este tipo de exposición se ve en medios de comunicación como películas, redes sociales y música.
En el contexto de esta cultura, veamos lo que Pablo escribió a los nuevos creyentes en Tesalónica en la sección final de su carta, donde primero:
Pablo insta a los creyentes a vivir de una manera que agrade a Dios, no para ganar la salvación, sino gracias a ella.
1 Tesalonicenses 4:1-2 (NTV) Finalmente, amados hermanos, les rogamos en el nombre del Señor Jesús que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal como les enseñamos. Ustedes ya viven de esta manera, y los animamos a que lo sigan haciendo aún más. 2 Pues recuerdan lo que les enseñamos por la autoridad del Señor Jesús.
Pablo comienza esta sección con la palabra “finalmente”. No significa que ya terminó, sino que está haciendo una transición hacia el cierre de su carta. Él va a terminar con instrucciones prácticas sobre cómo Dios quiere que su pueblo viva. Abre la lista diciendo que como creyentes, Dios quiere que “vivan de una manera que le agrada a Dios” (v.1). Esto es lo que en el círculo completo de la búsqueda de Dios representamos con la flecha 2: Honrar a Dios.
Esto es parte esencial del mensaje cristiano, pero el orden importa: Eres salvo por fe. Punto. Y esa salvación transforma tu vida desde adentro hacia afuera. A partir de ahí, comprendemos que hay una diferencia entre la santificación posicional y la santificación práctica.
La santificación posicional es instantánea: en el momento en que confías en Jesús, Dios te declara santo por el sacrificio de Cristo. Esa es tu identidad espiritual, y no cambia. La santificación práctica, en cambio, es un proceso. Aunque ya eres santo ante los ojos de Dios, todavía estás en camino de crecer y parecerte más a Jesús cada día.
El amor de Dios por ti es incondicional. Se basa en su carácter, no en el tuyo. Pero eso no significa que Él siempre esté complacido contigo. La manera en que vives puede agradarlo o entristecerlo. Yo nunca dudé del amor de mis padres, incluso cuando cometía errores o era desobediente. Pero sí recuerdo momentos en los que claramente no estaban contentos conmigo. De la misma manera, por gratitud por lo que Dios ha hecho en tu vida, y porque lo amas, deberías desear vivir de una forma que le agrade.
Esta es la Verdad 2 que queremos afirmar: Buscamos vivir una vida que honra a Dios. Esto no era una instrucción nueva de Pablo. Era un recordatorio de lo que ya les había enseñado cuando estuvo con ellos en Tesalónica como les dice: “tal como les enseñamos” (v.1)
Pablo sabía que el discipulado no termina con el mensaje del evangelio. No se trata solo de recibir las buenas noticias de salvación, sino también de aprender a vivir como seguidores de Cristo. El discipulado incluye el mandato de Jesús: “enseñenles a obedecer todo lo que les he mandado”. Eso implica caminar junto a otros creyentes mientras crecen en obediencia y madurez espiritual.
Parte de la responsabilidad de un pastor es justamente esa: recordarle al rebaño las instrucciones de Dios. No es repetición vacía, es cuidado espiritual. A través de la enseñanza constante, Dios nos forma, nos corrige y nos anima. Por eso es importante reunirse con frecuencia y escuchar la enseñanza de la Palabra de Dios. No solo para aprender cosas nuevas, sino para reafirmar verdades que necesitamos volver a practicar.
Pablo ya había visto cambios en la vida de los tesalonicenses, por eso los anima diciéndoles: “ya viven de esta manera”. Ellos se habían apartado de la cultura que los rodeaba, marcando una diferencia notable en su forma de vivir. Sin embargo, Pablo sabía que la santificación no es algo que se completa en esta vida.
Es como un agricultor que ha trabajado un campo durante años. Nunca consigue sacar todas las piedras, pero con el tiempo, esas piedras son más pequeñas y menos frecuentes que hace cinco o diez años. El terreno mejora, aunque el trabajo continúa.
Pablo les ofrece ánimo, reconociendo su crecimiento espiritual. Pero también los desafía a seguir avanzando, a no conformarse con lo alcanzado… sino a vivir así, ¡y “aún más”!
La voluntad de Dios es que vivamos vidas santas evitando todo pecado sexual; esto incluye más que solo acciones físicas; se extiende a pensamientos, medios de comunicación y actitudes.
1 Tesalonicenses 4:3-5 (NTV) La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. 4 Como resultado, cada uno controlará su propio cuerpo y vivirá en santidad y honor, 5 no en pasiones sensuales como viven los paganos, que no conocen a Dios ni sus caminos.
Por si te interesa saber, el tema central de este mensaje lo sacamos directamente de la primera frase del versículo 5. Pero profundicemos en lo que dicen los versículos. Pablo no está simplemente dando una sugerencia; él amonesta, aconseja y manda que se “aléjense de todo pecado sexual”. Parece que dice: Ni siquiera te acerques. No trates de ver cuán cerca puedes llegar a la línea sin cruzarla. Establece límites bien demarcados, claros y definidos. No se trata de jugar con fuego, sino de mantenerte lejos del peligro.
Una advertencia así no es exagerada ni innecesaria; de hecho, está respaldada por la misma Escritura, donde Pablo reafirma esta urgencia en más adelante en otra de sus cartas:
1 Corintios 6:18 (NTV) ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.
Pablo lo dice con mucha firmeza. Algunas traducciones en inglés usan la palabra “run” — “corran”. El mensaje es el mismo: ¡huye! Corre como si tu vida dependiera de ello. Corre como lo harías si estuvieras escapando de un peligro grave. Cuando se trata de la tentación sexual, Pablo no dice que luches. Dice que huyas. El cuerpo tiene dos respuestas naturales: lucha o huida. Y en este caso, elige huir. No por debilidad, sino por sabiduría.
Al alejarnos del pecado sexual, Pablo dice que “Como resultado, cada uno controlará su propio cuerpo”. En otras palabras, no esperes tener dominio propio si estás jugando con el pecado sexual. Volvamos a mirar la lista:
- Explotación sexual y trata de personas
- Infidelidad en el matrimonio
- Cultura de encuentros casuales
- Cultura de encuentros “comprometidos”
- Pornografía
- Contenido cargado sexualmente (películas, series, música, redes sociales).
- “Bromas” inofensivas o insinuaciones sexuales.
Déjame decirte que participar en lo que está al final de esta lista abre la puerta para caer en lo que está escrito más antes.
Rechazar las instrucciones de Dios sobre la sexualidad no es simplemente romper la tradición, sino oponerse a su diseño y entristecer al Espíritu Santo.
1 Tesalonicenses 4:6 (NTV) Nunca hagan daño ni engañen a otro creyente en este asunto, teniendo relaciones sexuales con su esposa, porque el Señor toma venganza de todos esos pecados, como ya les hemos advertido solemnemente.
En el versículo 6, Pablo nos da una advertencia contra rechazar las normas de Dios con respecto a la pureza sexual: La pureza sexual no es solo una decisión individual; también tiene consecuencias en las relaciones presentes y futuras. Cuando alguien cruza los límites en esta área, no solo afecta su propia vida espiritual y emocional, sino que puede herir profundamente a otras personas—incluyendo a quien algún día será esposo o esposa de alguien más.
Pablo no está hablando solo de adulterio, sino de cualquier acción sexual que perjudique a otro creyente. Si tú te involucras sexualmente con alguien antes del matrimonio, y esa persona luego se casa con otro, has robado algo que no te pertenecía. Dios ve eso como una ofensa seria, porque Él valora profundamente la santidad, el respeto y la fidelidad en las relaciones.
1 Tesalonicenses 4:7-8 (NTV) Dios nos ha llamado a vivir vidas santas, no impuras. 8 Por lo tanto, todo el que se niega a vivir de acuerdo con estas reglas no desobedece enseñanzas humanas sino que rechaza a Dios, quien les da el Espíritu Santo.
Una vez más, exploremos el pasaje. El versículo 8 dice que “todo el que se niega a vivir de acuerdo con estas reglas…. rechaza a Dios.” El vivir vidas santas y puras es una prueba que revela la fe verdadera. Recordemos el mensaje de unas semanas atrás que nos enseñaba que ir a la Palabra de Dios expone los pensamientos y deseos más profundos del corazón.
El llamado de Pablo a la pureza sexual no era solo un pequeño ajuste de conducta para los nuevos creyentes. Era una revolución total contra la cultura de su tiempo. Pablo no estaba predicando solo sobre moralidad privada. Estaba ayudando a esta iglesia joven a liberarse de un sistema de explotación sexual, cosificación (objetivación) y adicción.
Engañar o dañar a otro creyente al violar a su esposa tiene una aplicación obvia: no te acuestes con una mujer casada. Pero va más allá. Si te acuestas con alguien antes del matrimonio, y esa persona termina casándose con otro, has violado a la esposa de ese hombre. Le has robado la virginidad de su esposa en la noche de bodas. Eso es engañar a otro creyente, si él es cristiano.
El hijo de un amigo acaba de asistir a la boda de uno de sus mejores amigos. Su amigo se casó con una joven con la que él había salido años atrás. Imagínate lo incómodo y doloroso que habría sido para su mejor amigo si este muchacho se hubiera acostado con ella mientras eran novios. Dios ciertamente puede redimir eso, pero sigue siendo una herida.
Este tipo de situaciones nos muestra por qué es tan importante vivir con sabiduría y anticipación, tomando decisiones que honren a Dios desde el principio. Entonces, para cerrar, volvamos a la pregunta que hice al principio: ¿Dónde debe poner límites un cristiano en una cultura hipersexualizada? La respuesta es: en todo lo que ofenda a Dios. Aléjate de todo pecado sexual. Vive de una manera que agrada a Dios.
No es que Dios te está negando algo en esta área. Es que no todo nos conviene. Él sabe lo que es mejor para ti y quiere lo mejor para tu vida. ¿Confiarás en Él? Él es el diseñador y creador de la intimidad sexual.
Toda esta supuesta “libertad” e “iluminación” en cuanto al sexo ha producido la generación de hombres más impotente que se haya visto.
No puedes encender la televisión sin que aparezca un comercial sobre disfunción eréctil. Claro, hay casos en los que se trata de un problema físico, y hasta alguien que ha honrado a Dios puede enfrentarlo. Pero gran parte de esto viene del bombardeo constante de imágenes sexuales y expectativas irreales sobre cómo debe ser el sexo.
Todas esas cosas que supuestamente nos harían más “masculinos” nos han debilitado. Hemos sido neutralizados, y lo aceptamos sin resistencia. Hemos cambiado la verdadera intimidad y el gozo con nuestras esposas por un placer artificial.
Así que mantengámonos en santidad. Viviendo para honrar a Dios y huyendo de las pasiones sexuales. No tratemos de ser fuertes y “ganarles”. El mandato es “huyan”. Cuando una situación de pecados sexual se presente, ¡Corramos como si nuestra vida dependiera de ello! ¡Porque sí! ¡Nuestra vida espiritual, emocional, mental (y a veces física) depende de ello!
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Por qué crees que Pablo dedicó tanto tiempo a abordar la pureza sexual en una nueva iglesia?
- ¿Dónde pones el límite en una cultura saturada de contenido sexual? ¿Cómo crees que la Palabra de Dios te indica que lo vuelvas a poner?
- Pablo dice que el pecado sexual daña a otros (v. 6). ¿Qué significa eso en la práctica y cómo lo has visto en la vida real?
- ¿Qué pasos puedes dar para huir de la tentación sexual, en lugar de coquetear con ella?
- ¿Cómo te ayuda recordar tu identidad en Cristo a resistir la tentación sexual?
- ¿Qué papel juegan la comunidad y la responsabilidad en la búsqueda de la santidad en este ámbito?
Caridad Tóxica: cuado ayudar no ayuda (4:9-12)
Caridad Tóxica: cuado ayudar no ayuda (4:9-12)
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Puntos de conversación:
- Pablo redefine el amor fraternal para incluir a todos los creyentes, no solo a los parientes.. 1 Tesalonicenses 4:9
- El amor cristiano es inculcado por el Espíritu, no autogenerado. La verdadera generosidad fluye de la obra de Dios en nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 4:9b, Jeremías 31:33-34
- Los tesalonicenses modelaron una generosidad radical, incluso en pobreza, demostrando que la disposición importa más que la riqueza. 1 Tesalonicenses 4:10, 2 Corintios 8:1-2
- Pablo advierte contra la caridad tóxica y promueve la dignidad del trabajo duro. 1 Tesalonicenses 4:11-12
Hace unos años, decidimos repartir mochilas escolares en nuestra comunidad. Cada niño recibió útiles nuevos, colores brillantes, sacapuntas y todo lo que necesitaban para empezar el año escolar. Fue un evento hermoso.
Pero el siguiente año, cuando se les pidió a los padres colaborar con la compra de materiales, muchos respondieron: “¿Para qué? La iglesia siempre lo da.” Lo que empezó como una bendición se convirtió en una expectativa. Y la dignidad que viene de esforzarse… se perdió en el proceso.
Este tipo de ayuda, aunque nace del amor, puede volverse tóxica cuando reemplaza el esfuerzo, destruye la iniciativa o crea dependencia. Por eso decidimos regalar las mochilas al otro lado de la frontera, donde de verdad no hay recursos para comprarlas. Como consecuencia, el año pasado vimos una gran respuesta al recolectar las mochilas y los útiles escolares.
Pablo entendía muy bien este dilema. En sus cartas a los Tesalonicenses, toma dos ideas muy comunes en su cultura:
- Filadelfia — el amor familiar. Pablo dice que ese tipo de amor no debe quedarse en la familia biológica, sino extenderse a toda la familia de Dios, sin importar clase social, raza o género.
- Patrocinio o mecenazgo — un sistema donde los ricos sostenían a los pobres, a veces sin dignidad. Pablo advierte que esa “caridad tóxica” no debe existir en la iglesia. Al contrario, anima a todos a buscar autosuficiencia a través del trabajo honesto.
Pablo redefine el amor fraternal para incluir a todos los creyentes, no solo a los parientes
1 Tesalonicenses 4:9 (RVC) En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado que deben amarse unos a otros.
Pablo introduce una nueva sección con la expresión “en cuanto al amor fraternal” (peri de), una frase que, según el Comentario Pillar del Nuevo Testamento, posiblemente responde a preguntas que los creyentes habían enviado por medio de Timoteo. Esta misma construcción se usa para abordar temas distintos en otros pasajes (como en 4:13 y 5:1), lo que sugiere que Pablo está contestando inquietudes específicas. Estaban haciendo preguntas específicas a Pablo, y comenzaron con esta:
¿Cómo deben ver los cristianos la generosidad y la ayuda al prójimo?
Esto no salta a la vista al leer el texto directamente, pero lo más probable es que este fuera el tema que Pablo estaba abordando.
Vamos a observar dos ideas seculares que Pablo redefine:
- Filadelfia: literalmente, amor fraternal
- Mecenazgo o patrocinio: un concepto popular entre ricos y pobres
En la sociedad griega y romana, filadelfia se refería específicamente al amor entre hermanos biológicos — es decir, entre miembros de una misma familia. Este tipo de amor se consideraba el vínculo natural más fuerte de amistad, lealtad y unidad.
Autores antiguos como Plutarco e Hierocles alababan el amor entre hermanos como el modelo ideal de todas las demás amistades. Plutarco decía que la mayoría de las amistades en la vida son simples “imitaciones” de la amistad original que los hermanos deberían tener. El ideal era que los hermanos vivieran en armonía y colaboración — especialmente al cuidar a sus padres ancianos o al administrar las propiedades familiares.
No existía una expectativa cultural sólida de amar o cuidar a los desconocidos como se hacía con la familia biológica. La sociedad grecorromana se movía fuertemente por la reciprocidad — ayudabas a quienes podían devolverte el favor.
El amor cristiano es enseñado por el Espíritu, no generado por uno mismo
La verdadera generosidad fluye de la obra de Dios en nuestros corazones.
1 Tesalonicenses 4:9 (RVC) En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado que deben amarse unos a otros.
Pablo responde a los tesalonicenses diciendo que no hay necesidad de escribirles sobre el amor fraternal, porque ellos han sido enseñados por Dios. El término griego filadelfia, que normalmente se usaba para describir el amor entre miembros de una misma familia, ahora se amplía para abarcar a toda la familia en Cristo. Este amor no surge de la lógica humana ni del esfuerzo personal, sino que de Dios mismo.
Palabras clave aquí:
- Autodidaktos (αὐτοδίδακτος) = “enseñado por uno mismo” Los epicúreos creían que la virtud y la paz interior se alcanzaban mediante el razonamiento y el esfuerzo personal. Este ideal exaltaba la autosuficiencia intelectual.
- Theodidaktoi (θεοδίδακτοι) = “enseñado por Dios” Esta palabra, única en toda la Biblia, contrasta con la visión greco-romana del autodidactismo. En vez de una moral autodidacta, Pablo presenta una transformación guiada por el Espíritu.
Jeremías 31:33–34 (NTV) Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice el Señor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: ‘Deberías conocer al Señor’. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice el Señor—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados.
Los tesalonicenses vivían en una cultura que valoraba la autosuperación moral. Pero Pablo enseña que: el amor no se conquista; se recibe como don. El amor no brota naturalmente del ser humano; proviene sobrenaturalmente de Dios. Ademas, que el amor fraternal ahora incluye a los hermanos y hermanas en Cristo. Así, él está expandiendo el concepto griego de amor fraternal.
Los tesalonicenses modelaron una generosidad radical, incluso en pobreza, demostrando que la disposición importa más que la riqueza
1 Tesalonicenses 4:10 (RVC) Y eso es lo que ustedes hacen con todos los hermanos que viven por toda Macedonia. Sin embargo, hermanos, les rogamos que su amor abunde más y más…
Pablo no se refiere solo a la iglesia local, sino a toda la región de Macedonia. Está hablando de una generosidad real y sacrificial: los tesalonicenses ayudaban financieramente a otros creyentes, aunque ellos mismos eran pobres.
La comunidad cristiana en Tesalónica probablemente incluía: algunos creyentes acomodados (como Jasón, Hechos 17:5–9). Pero en su mayoría, trabajadores manuales y personas de bajos recursos Esto se confirma cuando Pablo les exhorta a “trabajar con sus propias manos” (1 Tesalonicenses 4:11), lo cual sugiere que muchos eran obreros y posiblemente vistos como clase baja.
Más adelante, en otra carta, Pablo menciona esta misma generosidad:
2 Corintios 8:1–2 (NTV) Ahora quiero que sepan, amados hermanos, lo que Dios, en su bondad, ha hecho por medio de las iglesias de Macedonia. Estas iglesias están siendo probadas con muchas aflicciones y además son muy pobres; pero a la vez rebosan de abundante alegría, la cual se desbordó en gran generosidad.
Romanos 15:26 (NTV) Pues, les cuento, los creyentes de Macedonia y Acaya con entusiasmo juntaron una ofrenda para los creyentes de Jerusalén que son pobres.
Pablo les dice: ya demostraban amor. Pero: “Ámenlos aún más.” La exhortación es clara: ¡Sigan dando! La reflexión clave es que la generosidad no depende de la riqueza, sino de la voluntad. Los cristianos están llamados a ser generosos incluso fuera del círculo familiar y a dar, aunque no sean ricos. Pero esto es solo la mitad de la respuesta. La segunda parte es una advertencia importante.
ablo advierte contra la caridad tóxica y promueve la dignidad del trabajo duro
1 Tesalonicenses 4:11–12 (RVC) Esfuércense por vivir en paz, ocuparse de sus propios asuntos y trabajar con sus manos, tal como les hemos mandado, para que se conduzcan honradamente delante de los de afuera y no dependan de nadie.
Este llamado no es solo práctico, sino profundamente contracultural. En el mundo grecorromano, la sociedad funcionaba bajo un sistema de patronazgo: los benefactores ricos ofrecían ayuda financiera, alimentos o protección política a los más necesitados. A cambio, los beneficiarios debían mostrar lealtad pública, reconocimiento y apoyo social.
Este modelo no solo generaba dependencia económica, sino que perpetuaba las desigualdades sociales, manteniendo a muchos en una posición baja sin oportunidad de movilidad.
Pablo rompe con esta estructura. En vez de aceptar la lógica del mecenazgo, llama a los creyentes a vivir con dignidad. Los anima a trabajar con sus propias manos —una tarea que en su cultura estaba reservada para esclavos o artesanos, considerados socialmente inferiores— y redefine ese tipo de trabajo como una forma honorable de testimonio. Para él, el esfuerzo personal no solo tiene valor económico, sino espiritual. Proveer para uno mismo y evitar ser carga para otros se convierte en una manifestación concreta de amor y responsabilidad.
Esta enseñanza tiene repercusiones actuales. Cuando los sistemas de ayuda o los gestos bien intencionados promueven dependencia permanente, desincentivan el esfuerzo o diluyen la responsabilidad, se alejan del modelo bíblico. La verdadera ayuda dignifica. Los sistemas deben empoderar, no perpetuar la necesidad. De hecho, el Comentario Pilar del Nuevo Testamento explica que el sistema de patronazgo estaba tan arraigado que, a pesar de la exhortación de Pablo, algunos creyentes continuaron viviendo bajo esa dinámica. Por eso, más adelante, Pablo tuvo que reprenderlos con firmeza en 2 Tesalonicenses 3:6–15.
Entonces, ¿cómo deberían ver los cristianos la generosidad y el dar caritativo? La respuesta incluye dos verdades que deben caminar juntas. Primero: seamos generosos, incluso fuera del círculo familiar. La falta de riqueza no debe limitar el deseo de dar. Cada acto de generosidad refleja el amor de Dios y fortalece los lazos de unidad.
Pero segundo: evitemos una caridad tóxica que sustituya el esfuerzo con dependencia. Nuestra generosidad debe empoderar a otros para trabajar con compromiso y tomar responsabilidad sobre sus vidas. De esa manera, no solo damos recursos, sino que sembramos dignidad.
El llamado de Pablo es claro: el trabajo honesto no es una carga, sino un testimonio. Cuando damos desde el amor, pero también elevamos la responsabilidad, dignificamos a quienes reciben. Y eso —ese equilibrio entre compasión y esfuerzo— es parte del carácter del Reino.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cómo influye el entender que el amor es “enseñado por Dios” en la manera en que ves tu papel al amar y servir a otros?
- ¿Puedes recordar alguna ocasión en que dar o recibir caridad fue más perjudicial que útil? ¿Qué podría haberse hecho diferente?
- ¿Por qué crees que Pablo enfatizó el trabajo con las manos, y cómo desafía eso las ideas modernas sobre el éxito y el trabajo?
- ¿Cómo se ve una manera de dar que realmente ayuda a alguien a crecer hacia la independencia y la dignidad?
El rapto- parte 1 (4:13-18)
El rapto- parte 1 (4:13-18)
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Puntos de conversación:
- La idea del arrebatamiento o rapto proviene del término griego harpazō, que significa “tomar o arrebatar”, y fue traducido al latín como rapio. 1 Tesalonicenses 4:17
- Pablo reinterpreta los antiguos mitos de abducciones divinas con una verdad bíblica: Jesús reunirá a Su pueblo con amor y poder, no con temor. 1 Tesalonicenses 4:17
- El duelo cristiano está marcado por la esperanza: lloramos la pérdida, pero no como quienes creen que la muerte es el final. 1 Tesalonicenses 4:13-14
- La resurrección de Jesús es el fundamento de nuestra futura resurrección. Nuestra esperanza no es una suposición, está garantizada por la historia. 1 Tesalonicenses 4:14
- Cuando Jesús regrese, será inconfundible, glorioso y colectivo; no será oculto ni secreto. Toda la iglesia se unirá a Él. 1 Tesalonicenses 4:16-17
Cuando se trata del futuro, la gente tiene todo tipo de ideas. Libros, películas e incluso conversaciones casuales parecen girar en torno a una misma pregunta: ¿Qué pasará al final del mundo? Es una de las grandes interrogantes que la humanidad se hace, y Hollywood adora responderla con dramatismo.
Basta con observar cuántas películas han intentado imaginar el fin: Armageddon, donde un enorme asteroide amenaza toda forma de vida; El día después de mañana, un desastre climático con consecuencias globales; Soy leyenda, en la que un virus elimina a la mayoría de la humanidad y deja a un único sobreviviente; Avengers: Infinity War y Endgame, donde un villano cósmico elimina la mitad de la vida y los héroes luchan por restaurarla. Otra más: Dejados atrás, basada en una visión cristiana del rapto, donde las personas desaparecen misteriosamente y el caos sigue.
Hoy vamos a examinar de dónde viene esa idea cristiana del rapto. Estudiaremos 1 Tesalonicenses 4:13–18. Estos seis versículos son fundamentales para ese tema. Para algunos, es una idea confusa; para otros, una fuente de esperanza. Pero para todos, vale la pena entenderla directamente desde la Biblia. Aunque la palabra “rapto” no aparece como tal en las versiones bíblicas, la idea está claramente reflejada en las Escrituras.
1 Tesalonicenses 4:17 (NTV) Luego, junto con ellos, los que aún sigamos vivos sobre la tierra seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.
La frase “seremos arrebatados” proviene del griego harpazō, que significa tomar por la fuerza, arrebatar o llevarse repentinamente. En la Vulgata Latina —una temprana traducción al latín de la Biblia— harpazō se tradujo como rapiemur, del verbo rapio, que también significa arrebatar o llevarse rápidamente. De esa raíz latina se deriva la palabra “rapto”.
Para entender el impacto de esta palabra, es útil conocer su contexto cultural. No era una palabra religiosa, y los creyentes de Tesalónica probablemente estaban familiarizados con ella a través de relatos mitológicos. Historias como la de Perséfone, raptada / arrebatada por Plutón (Hades) al inframundo, o la de Eneas, rescatado por su madre divina Afrodita, ilustran cómo estas culturas describían que los dioses arrebataban a los humanos.
Incluso en la Odisea y en las obras de Plutarco se relatan desapariciones repentinas por acción divina. Estas narraciones solían presentar a los dioses como caprichosos, arrebatando sin razón aparente.
Pablo toma esa imagen conocida de la mitología pagana —personas arrebatadas por seres divinos— y la redefine con verdad. No presenta a un dios impulsivo que actúa arbitrariamente, sino al Señor Jesucristo reuniendo a Su pueblo con amor y poder. No es una experiencia individual, sino colectiva, para toda la iglesia.
Ahora que entendemos el contexto bíblico y cultural detrás del rapto, podemos ir versículo por versículo para descubrir lo que Pablo quiso enseñar.
1 Tesalonicenses 4:13 (RVC) Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza.
Aquí, probablemente Pablo está respondiendo a inquietudes sobre creyentes que habían fallecido. La expresión “los que ya han muerto” hace referencia a la metáfora del sueño. En el Nuevo Testamento, la muerte de los creyentes es descrita con frecuencia como “dormir”.
Ejemplos clave incluyen Juan 11:11–14, donde Jesús dice que Lázaro “se ha dormido”, y Hechos 7:60, donde Esteban cae “dormido” al morir. Esta metáfora comunica descanso, paz y la expectativa de un despertar. La muerte no es definitiva para los creyentes.
La frase “para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza” aclara que Pablo no está prohibiendo el duelo. El lamento es humano y bíblico, como lo demuestra Juan 11:35: “Jesús lloró.” Sin embargo, el duelo cristiano tiene una característica única: está impregnado de esperanza. Y esa esperanza se basa en la resurrección.
Mientras el mundo sin fe ve la muerte como el fin, el creyente la ve como una puerta; un comienzo, no una clausura definitiva (Juan 11:11–14: Jesús dice que Lázaro “se ha dormido”. Hechos 7:60: Esteban cae “dormido” al morir).
Según el Expositor’s Bible Commentary, los Tesalonicenses habían llegado a pensar que los creyentes fallecidos no participarían del regreso glorioso de Cristo. Pablo corrige esa idea equivocada y ofrece una verdad que consuela, afirma y anima a todos los que esperan ese encuentro con el Señor. Por lo tanto, frente a la angustia de perderse el glorioso regreso del Señor, Pablo quiere corregir esa idea diciéndoles:
1 Tesalonicenses 4:14 (RVC) Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él.
La afirmación “Así como creemos que Jesús murió y resucitó” pone en el centro del mensaje cristiano la muerte y resurrección de Jesús como garantía inquebrantable del futuro del creyente. No se trata de ideas especulativas sobre el fin de los tiempos como las que ofrece Hollywood, sino de una convicción sólida y doctrinal que ha sostenido la fe desde el principio.
Cuando Pablo habla de “los que murieron en él”, está usando la metáfora del sueño, una imagen común en sus escritos para describir la muerte del creyente. Esto subraya que la muerte ha sido desarmada, como declara 1 Corintios 15:55, y que es temporal, tal como lo es el descanso nocturno.
En contraste, la muerte de Jesús no fue suave ni simbólica. Fue real, brutal y completa. Él cargó el peso total de la ira divina por nuestros pecados (Isaías 53:10, Romanos 5:8), y experimentó incluso la separación espiritual al recibir en sí mismo nuestro castigo (Mateo 27:46). Por eso, para quienes mueren en Cristo, la muerte se convierte en un breve sueño y en un glorioso despertar.
Con esta certeza como base, Pablo continúa su enseñanza para los creyentes que aún están vivos.
1 Tesalonicenses 4:15 (RVC) Les decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que murieron.
Cuando dice “les decimos esto como una enseñanza del Señor”, Pablo se refiere probablemente a una revelación directa o a una palabra profética recibida por él, ya que lo que está por anunciar no aparece con este detalle en los evangelios.
La expresión “hasta que el Señor venga” utiliza la palabra griega parusía, que se refiere a la presencia o llegada de alguien importante, y aquí, específicamente, a la venida de Cristo. Esta idea ya había sido mencionada por Pablo en la misma carta en tres ocasiones previas.
1 Tesalonicenses 1:10 (RVC) y esperar del cielo a su Hijo, a quien resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
1 Tesalonicenses 2:19 (RVC) ¿Cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, o la corona con que nos presentaremos ante nuestro Señor Jesucristo en su venida? ¿No son ustedes?
1 Tesalonicenses 3:13 (RVC) para que se fortalezca su corazón y sean ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Los primeros cristianos vivían con una profunda expectativa del regreso de Cristo, mucho más vívida que la que vemos entre muchos creyentes modernos. Sin embargo, aún no comprendían del todo cómo ocurriría ese regreso. Pablo, entonces, les revela que los creyentes vivos no se adelantarán a los que han muerto. Es decir, aquellos que han muerto no se perderán el gran día, sino que serán parte activa, como confirma el siguiente versículo.
1 Tesalonicenses 4:16 (RVC) Porque el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios. Y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Aquí Pablo describe cómo ocurrirá el evento: el Señor mismo bajará del cielo en forma visible y glorificada. Aunque no se indica quién da la “voz de mando”, algunos comentaristas sugieren que es Dios quien da la orden, una proclamación que rompe el silencio de la muerte y llama a los creyentes a la vida eterna.
También se menciona “la voz del arcángel”, recordándonos el pasaje de Mateo 24:31, donde Jesús habla de ángeles que reunirán a sus escogidos. En esta escena, el principal entre ellos acompaña el anuncio divino.
La “trompeta de Dios” también aparece en la descripción. En el Antiguo Testamento, la trompeta no se usaba como instrumento musical, sino como señal de guerra, reunión y juicio. En Joel 2:1 indica el Día del Señor, en Sofonías 1:15–16 anuncia batalla y juicio, en Isaías 27:13 reúne a los exiliados, y en Zacarías 9:14–16 Dios mismo la toca como parte de su intervención salvadora.
En la cultura romana también era un símbolo poderoso: guiaba movimientos militares y era tan fuerte en los funerales que se creía que los muertos la podían oír.
En el Nuevo Testamento, como en 1 Corintios 15:52 (NTV), leemos: “Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final…. los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre…” Así, la trompeta se convierte en un emblema divino que convoca, transforma y levanta.
Es por medio de esta trompeta que los muertos en Cristo resucitarán primero. Pablo quiere dejar claro que ellos no serán olvidados ni omitidos, sino priorizados en el cumplimiento de la promesa. Esta enseñanza elimina el temor que los tesalonicenses tenían de perderse el regreso de Cristo si morían antes. Al contrario, recibirán honra en la resurrección.
¿Pero qué con los vivos? Pablo revela qué ocurrirá con los que estén vivos en ese momento.
1 Tesalonicenses 4:17 (RVC) Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.
Este versículo retoma el término clave del mensaje: “arrebatados”, que proviene del griego harpazō y del latín rapio. Pero más allá del término, el mensaje está en el contexto. Seremos arrebatados “juntamente con ellos”, los muertos resucitados y los vivos creyentes.
Toda la iglesia será reunida. Pablo transforma una imagen familiar para sus oyentes —la de seres divinos arrebatando personas como en mitos antiguos— y le da una nueva profundidad: no es una experiencia solitaria, sino comunitaria. No es el acto de un dios caprichoso, sino del Señor Jesucristo reuniendo a Su pueblo con amor y poder.
La frase “para recibir en el aire al Señor” implica mucho más que un encuentro físico; implica comunión eterna. “Y así estaremos con el Señor siempre” es la promesa culminante: permanencia, unidad y gloria con Cristo para siempre.
Finalmente, Pablo concluye con una exhortación pastoral que resume todo lo anterior con propósito claro.
1 Tesalonicenses 4:18 (RVC) Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.
Pablo concluye con una exhortación directa. Todo lo dicho anteriormente —la venida del Señor, la resurrección de los muertos, el arrebatamiento de los vivos, la reunión eterna con Cristo— no es simplemente doctrina; es consuelo activo, un ancla para el corazón creyente.
Esta esperanza no se guarda en silencio. Se comparte, se proclama, se convierte en aliento para otros. No está basada en teorías humanas ni en fantasías apocalípticas, sino en palabras inspiradas por Dios, centradas en Cristo y dirigidas a su pueblo.
Este mensaje alentador es solo para creyentes. La promesa de consuelo eterno y la reunión con Cristo está reservada para quienes han confiado en Él. Si tú no sabes dónde pasarás la eternidad, o no estás seguro de ella, confía en Jesús hoy. Entonces estarás listo para lo que la Biblia dice que sucederá al final del mundo. No como quien teme el juicio sino como quien espera el encuentro con su amado en las nubes.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cómo crees que la obsesión del mundo con las historias apocalípticas (películas, medios, etc.) influye en la forma en que las personas imaginan el fin de los tiempos? ¿Es útil o perjudicial?
- Pablo dice que los cristianos “no se entristecen como los que no tienen esperanza”. ¿Cómo se ve una tristeza llena de esperanza en la vida real, especialmente en funerales o momentos de pérdida?
- ¿Por qué crees que Pablo enfatiza que “los muertos en Cristo resucitarán primero”? ¿Qué podría decir esto sobre cómo Dios valora a quienes ya han partido?
- Imagina el momento que describe Pablo: Jesús regresa, suena la trompeta, los muertos resucitan y los vivos son arrebatados. ¿Cómo describirías esa escena a alguien que nunca ha leído la Biblia?
- ¿Qué consuelo o desafío te trae personalmente la idea de que “siempre estaremos con el Señor”? ¿Cómo moldea eso la forma en que vives hoy?
- ¿Estás viviendo como si Jesús fuera a regresar mañana? ¿Qué podrías cambiar?
El Día del Señor (5:1-11)
El Día del Señor (5:1-11)
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Puntos de conversación:
- El “Día del Señor” traerá tanto juicio para los incrédulos como salvación para los creyentes, tal como fue anunciado en el Antiguo Testamento y cumplido en Jesús. 1 Tesalonicenses 5:1-3
- Los cristianos difieren en cuanto al momento del rapto en relación con la Tribulación, pero la Escritura es clara en que nadie conoce la hora exacta. Mateo 24:36
- La historia demuestra que todos los intentos de establecer una fecha para el regreso de Cristo han fallado — lo que confirma la necesidad de estar siempre preparados en lugar de especular.
- Los creyentes están llamados a vivir alerta y con dominio propio, protegidos por la fe, el amor y la esperanza, mientras se animan unos a otros hasta que Cristo regrese. 1 Tesalonicenses 5:4-11
La semana pasada comenzamos a responder la pregunta: ¿Qué sucederá al final del mundo? Aprendimos sobre una idea bíblica que puede parecer un poco “extraña” para algunos: el rapto.
Descubrimos que los creyentes vivos, junto con los creyentes que han muerto, serán “arrebatados juntos” para “encontrarse con el Señor en el aire”. Pablo quiso asegurarles a los creyentes de Tesalónica que sus seres queridos que habían muerto no se perderían este gran acontecimiento.
Hoy responderemos una nueva pregunta: ¿Estás tú listo para el Día del Señor? Explicaremos este concepto un poco más en un momento, pero primero necesitamos abordar otro término que quizás muchos se están preguntando: tribulación.
La enseñanza sobre el rapto siempre está conectada con la tribulación. La semana pasada no dimos suficientes detalles sobre esto, así que antes de llegar al texto de hoy, permíteme darte una rápida introducción. Vamos a hablar del debate entre pretribulación y postribulación. Si quieres profundizar más en este tema, puedes explorar la serie de escatología en buscadeDios.org.
Empecemos con un curso rápido de escatología en menos de 5 minutos: La tribulación es un tiempo de juicio global, engaño espiritual y sufrimiento, basado en Marcos 13, Apocalipsis y Daniel.
Marcos 13:19-20 (NTV) Pues habrá más angustia en esos días que en cualquier otro momento desde que Dios creó el mundo. Y jamás volverá a haber una angustia tan grande.
Apocalipsis 16:1 (NTV) Entonces oí una voz poderosa que desde el santuario les decía a los siete ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas que contienen la ira de Dios».
Daniel 9:26 (NTV) …el fin vendrá como una inundación, y la guerra y sus miserias están decretadas desde ese momento hasta el fin.
Muchos estudiosos, especialmente dentro del dispensacionalismo, creen que la tribulación durará siete años, basándose en una profecía de Daniel 9:27 sobre una última “semana” (un período de siete años). Pero ¿qué es el dispensacionalismo? Es una corriente teológica cristiana que interpreta la historia de la salvación como dividida en etapas llamadas “dispensaciones”, en las que Dios se relaciona con la humanidad de manera distinta. Se caracteriza por un enfoque literal de las profecías bíblicas, una separación clara entre Israel y la Iglesia, y una fuerte expectativa escatológica, como el rapto y el reinado milenario de Cristo.
Hasta aquí todo está bien. Pero con respecto a la pregunta: ¿Pasarán los cristianos por la tribulación? Aquí es donde los creyentes discrepan. Existen tres posturas principales:
- Postribulación: Los creyentes serán arrebatados después de la tribulación. El Nuevo Testamento presenta a la iglesia como una comunidad que sufre persecución y tribulación, compartiendo en los padecimientos de Cristo.
- Midtribulación o Pre-ira: Los creyentes serán arrebatados a la mitad de la tribulación. Enfrentarán la tribulación inicial, pero serán arrebatados antes de la gran tribulación: la fase final del derramamiento de la ira de Dios.
- Pretribulación: Los creyentes serán arrebatados antes de la tribulación. Suena muy estadounidense, ¿verdad? Esta perspectiva afirma que el rapto es un evento separado de la segunda venida de Cristo, y que ocurrirá antes del inicio de la tribulación profetizada.
Notas históricas interesantes: La doctrina del rapto pretribulacional fue enseñada sistemáticamente por primera vez por John Nelson Darby (1800–1882), maestro bíblico irlandés y fundador del movimiento Hermanos de Plymouth. Darby propuso un “rapto secreto” de la iglesia antes de la tribulación — una idea nueva en ese tiempo.
Más tarde, C.I. Scofield, teólogo estadounidense, incluyó esta postura en su Biblia de Referencia Scofield (1909). Esta Biblia interpretó la Escritura según la visión de Darby y se difundió ampliamente en el siglo XX, especialmente en Estados Unidos.
La visión pretribulacional ganó aún más popularidad gracias a libros, sermones y medios de comunicación como: El gran planeta Tierra que se avecina de Hal Lindsey (1970s) y la serie Dejados atrás de Tim LaHaye (1990s–2000s), que incluso fue adaptada a películas.
Mas, ¿sabes qué? Pablo no aborda nada de esto en el texto de hoy. De hecho, hace todo lo contrario: no especula ni exagera. Mantiene el enfoque de una manera práctica. Pasemos al texto.
1 Tesalonicenses 5:1-11 (NTV) Ahora, en cuanto a cómo y cuándo sucederán estas cosas, amados hermanos, no hace falta que les escribamos.
Aparentemente, los creyentes de Tesalónica tenían preguntas sobre este tema. Y no es sorprendente: siempre ha habido especulación sobre el fin de los tiempos.
En el año 500 d.C., algunos líderes de la iglesia predijeron que Jesús regresaría exactamente 500 años después de su nacimiento. Esta no era una creencia marginal — incluso pensadores respetados como Hipólito e Ireneo coquetearon con teorías sobre fechas específicas. Pero el año 500 vino y se fue… y nada ocurrió.
Muchos siglos después, en 1844, los mileritas vendieron sus pertenencias y esperaron en los techos — solo para vivir lo que se conoce como la “Gran Decepción”. Un predicador bautista llamado William Miller estudió las profecías bíblicas (especialmente Daniel 8) y calculó que Jesús regresaría entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844.
Daniel 8:14 (NTV) «Tomará dos mil trescientos días; después el santuario será restaurado».
William Miller interpretó los “2,300 días” mencionados en Daniel como años, y fechó el inicio en el año 457 a.C., creyendo que culminaría con la segunda venida de Jesús en 1844. Cuando pasó la fecha sin incidentes, la ajustó al 22 de octubre de 1844. Como Jesús no regresó, ese día fue conocido como “La Gran Decepción”.
Muchos perdieron la fe por completo, mientras que otros formaron nuevos movimientos religiosos, incluido lo que eventualmente se convertiría en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Tras la Gran Decepción, un pequeño grupo — que más tarde incluiría a Elena G. de White — reinterpretó lo sucedido. Según ellos, Miller acertó con la fecha, pero se equivocó de evento.
El 22 de octubre de 1844 no fue la segunda venida, sino el inicio del ministerio celestial final de Cristo en el santuario celestial, doctrina conocida como el “Juicio investigador”. Esta enseñanza se convirtió en la piedra angular de lo que oficialmente se organizó como la Iglesia Adventista del Séptimo Día en 1863. ¡Hoy cuenta con más de 20 millones de miembros en todo el mundo!
En 1988, un libro titulado 88 razones por las que el rapto ocurrirá en 1988 vendió millones de copias — pero Jesús no regresó. Fue escrito por Edgar Whisenant, un ex ingeniero de la NASA. El folleto vendió 4.5 millones de ejemplares, y Whisenant declaró: “Solamente si la Biblia está equivocada, yo estoy equivocado.” Spoiler: estaba equivocado. Después revisó su predicción a 1989, luego a 1993, después a 1994, y finalmente a 1997. Cada vez, la fecha pasó sin incidentes.
Más recientemente, influenciadores en redes sociales e incluso algunos pastores han vinculado el fin de los tiempos con lunas de sangre, guerras, elecciones políticas y crisis económicas. Plataformas como TikTok y YouTube han amplificado estas voces, creando contenido viral sobre el fin — contenido que, muchas veces, carece de profundidad bíblica.
Pero mira cómo Pablo trata el tema: No alimenta teorías conspirativas ni especulación exagerada. La historia demuestra algo muy claro: todo el que predice una fecha para el regreso de Cristo termina equivocado. Jesús mismo dijo que nadie sabe el día ni la hora (Mateo 24:36).
Nuestra tarea no es adivinar cuándo, sino vivir como si pudiera suceder en cualquier momento. El punto de Pablo es este: Saber vivir ante la realidad del Día del Señor.
1 Tesalonicenses 5:2-3 (NTV) Ustedes saben muy bien que el día del regreso del Señor llegará inesperadamente, como un ladrón en la noche. 3 Cuando la gente diga: «Todo está en paz y tranquilo», entonces vendrá el desastre sobre ellos, de repente, como los dolores de parto de una mujer embarazada. No podrán escapar.
“El Día … del Señor” En el Antiguo Testamento, “el Día del Señor” se refiere a un momento futuro en el que Dios intervendrá en la historia para establecer su reinado, derrotar el mal y comenzar la restauración.
Jeremías 46:10 (NTV) Este es el día del Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, un día de venganza contra sus enemigos.
Joel 2:1 (NTV) ¡Toquen la trompeta en Jerusalén! ¡Den la alarma en mi monte santo! ¡Que todos tiemblen de miedo porque el día del Señor se aproxima!
Recuerda lo que vimos la semana pasada: la trompeta sonará antes del rapto.
Joel 2:31-32 (NTV) El sol se oscurecerá y la luna se tornará roja como la sangre antes de que llegue el grande y terrible día del Señor. 32 Pero todos los que invoquen el nombre del Señor serán salvos…
Pedro predicó este versículo en su primer sermón, el Día de Pentecostés. Desde entonces, el concepto del Día del Señor ha sido central en la enseñanza bíblica. Este día tiene dos lados: juicio para los incrédulos y salvación para los creyentes. Cuando Pablo menciona el Día del Señor en 1 Tesalonicenses 5, no está introduciendo una idea nueva, sino mostrando cómo esa antigua promesa se cumple plenamente en la persona de Jesús.
Pero surge una pregunta importante: ¿qué pasa con los creyentes gentiles en Tesalónica? Ellos no tenían ninguna categoría previa para entender el “Día del Señor” como lo enseñaban las Escrituras judías. Su religión pagana se centraba en apaciguar a los dioses, mantener el orden y buscar prosperidad — no en un Dios santo que interviene en la historia para traer juicio y salvación.
A pesar de que Pablo estuvo poco tiempo en Tesalónica, ya les había enseñado sobre el Día del Señor (ver 1 Tesalonicenses 5:1-2, “ustedes saben muy bien…”). Aunque eran nuevos creyentes, Pablo les dio una introducción a la teología del Antiguo Testamento, reconfigurada en torno a Cristo. Les mostró que este Dios no solo es justo y santo, sino también cercano y redentor.
Y nuevamente, Pablo no está especulando ni exagerando. Su enseñanza es clara y práctica. Su punto es doble: nadie sabe la fecha, así que no vale la pena perder el tiempo tratando de adivinarla; y siempre debemos estar listos, viviendo con fe, esperanza y expectativa.
1 Tesalonicenses 5:4-8 (NTV) Pero ustedes, amados hermanos, no están a oscuras con respecto a ese día, para que los sorprenda como un ladrón. 5 Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No pertenecemos a la oscuridad ni a la noche, 6 por lo tanto, manténganse alerta, no dormidos como los demás. Permanezcan atentos y sobrios. 7 La noche es el momento en que la gente duerme y los borrachos se emborrachan, 8 pero los que vivimos en la luz debemos estar lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usando como casco la esperanza confiada de la salvación.
Esta es la parte práctica. Una exhortación sencilla pero profunda para todos nosotros — especialmente para quienes disfrutan estudiar temas escatológicos. Está bien explorar todo ese contenido adicional: pretribulación, midtribulación, postribulación, el reino milenial, el dispensacionalismo… Es enriquecedor descubrir lo que creemos y entender las distintas posturas.
Pero lo más importante es mantener lo esencial en primer plano. No te sumerjas tanto en las teorías que pierdas de vista lo principal: Jesús viene de nuevo. Esa es la verdad que debe sostenernos.
Así que mantente preparado. Y también esperanzado. Porque nuestra fe no está en fechas ni esquemas, sino en una persona viva: Cristo, nuestro Salvador.
1 Tesalonicenses 5:9-11 (NTV) Pues Dios no nos eligió para derramar su enojo sobre nosotros, sino para salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo. 10 Cristo murió por nosotros para que, ya sea que estemos vivos o muertos cuando regrese, podamos vivir con él para siempre. 11 Así que anímense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.
Para los creyentes, el Día del Señor es algo bueno—es la esperanza que sostiene la fe en medio de la oscuridad. Recuerda lo que Pedro predicó: “Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” No hay distinción: todos—judíos, gentiles, ricos, pobres, rotos, restaurados—pueden ser salvos por Jesús.
Ese día está por venir. Jesús regresará con poder y gloria. Para algunos, será aterrador… un momento de juicio y verdad revelada. Pero para quienes están en Él, será liberador. El fin del dolor. El inicio de la eternidad. Para los que están en Cristo, no es algo para temer, sino algo para anhelar.
¿Estás tú listo para el Día del Señor? Ese día no será como cualquier otro. No se trata de una teoría ni de una metáfora: es una realidad que se aproxima. ¿Estás preparado para encontrarte con el Dios justo y misericordioso?
Para los que están en Cristo, será el inicio de la eternidad con Él. Para quienes aún no lo conocen, hoy sigue siendo el día de salvación. Jesús no vino a condenar al mundo, sino a salvarlo. Él te llama, no porque seas perfecto, sino porque te ama.
Si nunca has entregado tu vida a Jesús como tu Salvador, este es el momento. No porque haya miedo, sino porque hay esperanza. Él murió por ti, resucitó por ti y te ofrece vida eterna. No lo rechaces. No lo postergues. Invócalo hoy. Cree en Él. Camina con Él. Y estarás listo.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cómo afecta tu perspectiva del regreso de Cristo el saber que el Día del Señor incluye tanto juicio como salvación?
- ¿Cuáles son algunas distracciones o hábitos que podrían hacer que un creyente “se duerma” espiritualmente, y cómo podemos protegernos contra ellos?
- ¿Cuáles son algunas maneras en que los creyentes hoy pueden evitar caer en la especulación y el sensacionalismo sobre los últimos tiempos?
- Pablo dice que debemos ponernos “la armadura de la fe y el amor” y “el casco de la salvación.” ¿Cómo se vería eso en tu vida diaria?
- ¿Quién en tu vida necesita ánimo sobre la esperanza que tenemos en el regreso de Jesús? ¿Cómo puedes fortalecerlo esta semana?
- Si Jesús regresara hoy, ¿qué esperarías que Él te encontrara haciendo?
De buena a excelente (5:12-28)
De buena a excelente (5:12-28)
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Puntos de conversación:
- Pablo llama a los creyentes a honrar a los líderes espirituales no por su estatus o título, sino por su arduo trabajo y guía espiritual. 1 Tesalonicenses 5:14–15
- El liderazgo personal comienza con decisiones diarias: elegir el gozo, mantener la oración constante y mostrar gratitud en toda circunstancia como expresión de la voluntad de Dios. 1 Tesalonicenses 5:16–18
- Las iglesias guiadas por el Espíritu se caracterizan por no apagar la obra del Espíritu Santo, examinar toda enseñanza, aferrarse a lo bueno y rechazar toda forma de maldad. 1 Tesalonicenses 5:19–22
- La transformación duradera no proviene de estrategias humanas, sino de la fidelidad de Dios. Su gracia capacita a la iglesia para pasar de lo bueno a lo excelente. 1 Tesalonicenses 5:23–28
Hoy terminamos 1 Tesalonicenses. Y te pregunto: ¿Cómo pasa una iglesia de ser buena a ser excelente? Esta es una pregunta que normalmente hacen las corporaciones. Es una cuestión de “cultura laboral”. Algunos de ustedes podrían decir: “espera, la iglesia no es un lugar de trabajo”. La ven más como un club social. Pero la Biblia pinta un cuadro muy distinto. Y lo vemos claramente aquí, en la primera carta de Pablo.
Un breve recorrido por la historia de la cultura laboral:
Trabajo en fábricas en los siglos XVIII–XIX: La Revolución Industrial priorizó la producción, no a las personas. Jornadas largas (12–16 horas al día), trabajo infantil y condiciones inseguras eran normales. Los trabajadores eran vistos como piezas reemplazables de una máquina, no como miembros valiosos de un equipo.
El Efecto Hawthorne y el Movimiento de Relaciones Humanas Entre 1924 y 1927, en Hawthorne Works, una enorme fábrica de Western Electric cerca de Chicago. Investigadores (incluido Elton Mayo) querían descubrir si una mejor iluminación aumentaría la productividad. Cambiaron los niveles de luz: a veces más brillante, a veces más tenue. La productividad aumentó sin importar el cambio — ¡incluso cuando la luz se redujo a niveles similares a la luz de la luna!
Descubrimiento sorprendente: El Efecto Hawthorne: Las personas cambian su comportamiento cuando saben que están siendo observadas o que alguien se preocupa por ellas. Esto dio origen a una nueva industria de $700 mil millones: la consultoría laboral.
Años 2000: Enfoque en el compromiso del empleado y la cultura organizacional.
Un ejemplo es el libro De Bueno a Excelente de Jim Collins (2001) con más de 4 millones de copias vendidas. El libro habla de los siguientes conceptos clave:
- Liderazgo Nivel 5: Líderes humildes y determinados que priorizan el éxito de la organización.
- Cultura de disciplina: Libertad dentro de un marco de responsabilidad.
- Efecto volante: El éxito proviene de un impulso constante y acumulativo — no de victorias rápidas.
El punto es que Pablo hizo esto hace dos mil años. Pero no lo hizo para una empresa de la lista Fortune 500. Lo hizo para la pequeña iglesia que había plantado apenas 18 meses antes en Tesalónica. Les habla sobre liderazgo. Y básicamente les presenta una serie de valores organizacionales. Esto es lo que importa en la iglesia y cómo deben funcionar las cosas. Y sus enseñanzas siguen siendo relevantes para nosotros hoy.
1 Tesalonicenses 5:12-13 (NTV) 12 Amados hermanos, les pedimos que respeten a los que trabajan con esfuerzo entre ustedes, que los guían y los amonestan en la vida cristiana. 13 Ténganles en alta estima y ámenlos con todo el corazón por la obra que realizan. Y vivan en paz unos con otros.
Esta es la primera vez que Pablo menciona el liderazgo espiritual en cualquiera de sus cartas. No utiliza términos que aparecen más adelante en sus escritos, como pastores, ancianos, obispos, diáconos o maestros.
Según el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento sobre 1 Tesalonicenses 5:12, Pablo y sus colaboradores no establecieron criterios para evaluar a posibles líderes, sino que simplemente animaron a la iglesia a reconocer a quienes ya estaban surgiendo como líderes congregacionales.
No está claro si Pablo llegó a nombrar líderes durante su breve tiempo en Tesalónica después de plantar la iglesia (Hechos 17). Probablemente tenía en mente a personas como Jason, mencionado en Hechos 17. Era un hombre con recursos, tenía una casa, y posiblemente actuaba como patrocinador.
El mismo comentario señala que, dado el uso común del término y el papel prominente de los patrocinadores en el liderazgo de la sociedad en general, los candidatos más probables para liderar esta joven iglesia eran personas como Jason, que servían como patrocinadores y líderes dentro de la comunidad (Hechos 17:5–9).
Sea como sea, Pablo les está diciendo que honren a sus líderes. No por su dinero ni por su título. Sino por su trabajo. Esto nos recuerda el concepto de Liderazgo Nivel 5: líderes humildes y determinados que priorizan el éxito de la organización. Pablo dice: “Trabajan arduamente entre ustedes y les dan orientación espiritual.”
Me hace pensar en nuestros coordinadores, haciendo todo el trabajo duro detrás de escena: liderando equipos, reclutando, mentoreando, brindando cuidado pastoral… Y sí, también ayudándome con la disciplina eclesiástica (aunque nadie disfruta esa parte).
¿Honras tú a tus líderes espirituales? Sin embargo, no se trata solo de los líderes. En la iglesia, todos tienen una responsabilidad.
1 Tesalonicenses 5:14–15 (NTV) 14 Hermanos, les rogamos que amonesten a los perezosos, animen a los tímidos, cuiden con ternura a los débiles y sean pacientes con todos. 15 Asegúrense de que nadie pague mal por mal. Más bien, siempre traten de hacer el bien entre ustedes y a todos los demás.
Esto parece una lista de valores externos fundamentales para la iglesia en Tesalónica — ¡muy adelantada a su tiempo!
Diligencia: amonestar a los perezosos. Una cultura de disciplina: libertad dentro de un marco de responsabilidad. Recordemos que Pablo advierte contra el sistema de patrocinio.
Valentía: animar a los tímidos. No se trata de extrovertidos versus introvertidos. Más bien, hay un lugar para todos en el equipo. Esto se conecta con el mentoreo. Por eso Jesús llamó a los humildes y a los rechazados. Porque cualquiera puede ayudar a alguien. No es solo para los “estrellas” o los extrovertidos.
Compasión: cuidar con ternura a los débiles. Diferente de los perezosos o tímidos. Toda comunidad tendrá personas que son débiles y necesitan ayuda. Es fácil endurecer el corazón hacia ellos, especialmente en una comunidad que valora la diligencia y la valentía. Pero Pablo trae equilibrio.
Amabilidad: ser pacientes con todos. ¡Todos estamos en proceso!
Amor: hacer el bien entre ustedes (creyentes) y a todos los demás (no creyentes). Este es el enfoque más amplio. Pablo no solo está hablando de cómo tratar a los demás dentro de la iglesia. Está hablando de valores externos verdaderos. Una vez más, en su primera carta, Pablo está estableciendo las expectativas para toda la comunidad. No solo para los líderes. Todos debemos comprometernos con esto.
Luego Pablo pasa a los valores internos fundamentales: Cómo liderarte a ti mismo. Jesús dijo: ama a Dios, a los demás y a ti mismo. Un concepto muy adelantado a su tiempo.
1 Tesalonicenses 5:16–18 (NTV) 16 Estén siempre alegres. 17 Nunca dejen de orar. 18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
Liderazgo personal: Estos versículos son excelentes para memorizar. Pablo nos llama a vivir con una actitud constante de comunión con Dios:
“Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar.” ¿Por qué dejarías de hacerlo? Vivir con conciencia constante de la presencia de Dios. Comunión continua con Él a lo largo del día.
“Sean agradecidos en toda circunstancia.” Sí, es difícil hacerlo. Pero… “Pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” Supongo que no tenemos opción.
Esta última sección puede llamarse “valores espirituales fundamentales” — algo que no verías en un entorno laboral tradicional.
1 Tesalonicenses 5:19–22 (NTV) 19 No apaguen el Espíritu Santo. 20 No menosprecien las profecías, 21 sino pongan a prueba todo lo que se diga. Quédense con lo que es bueno. 22 Aléjense de toda clase de mal.
“No apaguen el Espíritu Santo. No menosprecien las profecías. Pongan a prueba todo lo que se diga.” Este es uno de mis versículos favoritos en toda la Biblia. No lo aceptes todo sin más. Pruébalo. Y luego… “Quédense con lo que es bueno. (Este vale la pena memorizarlo). Aléjense de toda clase de mal.”
La oración final de Pablo:
1 Tesalonicenses 5:23–24 (NTV) 23 Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. 24 Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.
“Dios hará que esto suceda.” Después de toda la “consultoría organizacional” que Pablo ofrece a la iglesia primitiva, les recuerda cuál es la verdadera fuerza detrás de cualquier cambio duradero: Dios mismo.
El punto es claro: las estrategias humanas son temporales y frágiles.
Veamos tres ejemplos del libro De Bueno a Excelente:
- Wells Fargo En el libro: Aplaudido por su liderazgo enfocado y crecimiento constante. Lo que ocurrió: Escándalo en 2016 — empleados crearon millones de cuentas falsas para alcanzar metas de ventas.
- Fannie Mae En el libro: Destacado por su rendimiento financiero constante y gestión disciplinada. Lo que ocurrió: Jugó un papel clave en la crisis financiera de 2008, debido a prácticas hipotecarias riesgosas. Fue puesto bajo control gubernamental para evitar el colapso.
- Circuit City En el libro: Elogiado por su excelente servicio al cliente, innovación y liderazgo disciplinado. Lo que ocurrió: Se declaró en bancarrota en 2008 y cerró todas sus tiendas a principios de 2009.
Pensamientos finales:
1 Tesalonicenses 5:25–28 (NTV) 25 Amados hermanos, oren por nosotros. 26 Saluden a todos los hermanos con un beso santo. 27 Les encargo solemnemente en el nombre del Señor que lean esta carta a todos los hermanos. 28 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.
“Gracia” — la firma de Pablo. ¿Cómo pasa una iglesia de buena a excelente? Por la gracia de Dios.
La iglesia se convierte en excelente no solo por tener estrategias brillantes, líderes carismáticos o programas bien diseñados. Se convierte en excelente cuando cada miembro —desde el líder hasta el más nuevo creyente— vive con propósito, humildad, y dependencia total en Dios.
Pablo nos da una fórmula segura: una comunidad que honra a sus líderes, cuida a los débiles, corrige con amor, ora sin cesar, y vive con gozo, gratitud y santidad. Y lo más importante: una comunidad que espera activamente el regreso de Cristo, no con miedo ni especulación, sino con esperanza y preparación.
Así que ya tienes la respuesta a la pregunta: ¿Cómo pasa una iglesia de ser buena a ser excelente?La iglesia excelente no es perfecta. Pero está rendida a Jesus. Es obediente. Está despierta. ¿Estás listo para ser parte de ella?
Y si tú aún no has puesto tu fe en Cristo, este es el momento. No esperes a tener todas las respuestas. No esperes a “arreglar tu vida”. Jesús vino precisamente por los quebrantados, los débiles, los que no encajan. Él te llama hoy a confiar en Él, a recibir su perdón, y a comenzar una nueva vida — una vida que no solo es buena, sino transformada por su gracia.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que puedes mostrar honra y amor a los líderes espirituales de tu iglesia?
- ¿Cuál de los “valores externos” que Pablo menciona en 1 Tesalonicenses 5 crees que tu iglesia practica bien? ¿Hay alguno que necesite más atención o renovación?
- A nivel personal, ¿cuál de los “valores internos” que Pablo describe te resulta más difícil de vivir? ¿Por qué?
- Piensa también en lo que significa “examinarlo todo” en la práctica: ¿cómo se ve esto cuando recibes enseñanzas espirituales o te enfrentas a mensajes culturales que parecen buenos pero requieren discernimiento?
- En tiempos de incertidumbre o cambio, ¿cómo te fortalece recordar la fidelidad y la gracia de Dios?
- ¿En qué área sientes que Dios te está llamando a crecer para que tu parte en la iglesia pase de buena a excelente?