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Puntos de conversación:
- En Marcos 9:30-50 Jesús revela una verdad que fluye del camino de Jesús a la cruz: la clave de la grandeza en el Reino de Dios es la humildad. (Marcos 9:30-32)
- Los discípulos estaban discutiendo sobre quién sería el más importante en el Reino. Jesús usa su demostración de orgullo e ignorancia para enseñarles el camino sorprendente hacia la grandeza. (Marcos 9:33-37)
- Los discípulos se sintieron ofendidos por alguien independiente que usó el nombre de Jesús. Aprendieron otra lección de humildad: el Reino de Dios era más grande que su experiencia. (Marcos 9:38-40)
- La realidad del infierno debería humillar a cualquiera que piense que la tiene ya hecha. Incluso aquellos en las posiciones más altas de la iglesia son susceptibles al pecado, especialmente al orgullo. (Marcos 9:42-48)
- Hay muchos ingredientes diferentes que hacen verdaderos y auténticos seguidores de Jesús. La humildad es el condimento que hace que todo lo que hacemos y representamos en la fe cristiana sea más aceptable para quienes nos rodean. (Marcos 9:49-50)
En Marcos 9:30-50 Jesús revela la clave de la grandeza en el Reino de Dios: la humildad. Esta verdad fluye de la sorprendente misión de sacrificio de Jesús. Mas antes que avancemos, ¿Cuál crees que es la clave de la grandeza?
Para el mundo juvenil es tener muchos seguidores en sus redes sociales, ser influyente y tener popularidad. Si eres parte del mundo deportivo, entonces la grandeza se basa en las victorias, el mayor contrato, la fama, etc. En el mundo de los negocios, la grandeza se mide por el dinero ganado, los títulos, etc. Por el contrario, en el Reino de Dios, la grandeza se basa en la humildad. Esto lo veremos en esta lección.
Marcos 9:30-32 (NTV) Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí, porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo: «El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán, pero tres días después se levantará de los muertos». Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.
Marcos cap. 8 fue el comienzo del entrenamiento de los discípulos y la preparación para el fin del ministerio de Jesús aquí en la tierra. Esa fue la primera vez que Jesús mencionó su muerte, una cruz y el costo del discipulado. Sin embargo, los discípulos todavía no veían las cosas con claridad. Esto nos muestra que la fe es una progresión desde las verdades iniciales del evangelio hasta aprender a aplicar las enseñanzas de Cristo a la vida y al ministerio.
El gran debate
Los discípulos estaban discutiendo sobre quién sería el más importante en el Reino. Jesús usa su demostración de orgullo e ignorancia para enseñarles el camino sorprendente hacia la grandeza.
Marcos 9:33-35 (NTV) Después de llegar a Capernaúm e instalarse en una casa, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué venían conversando en el camino?». Pero no le contestaron porque venían discutiendo sobre quién de ellos era el más importante. Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».
Los discípulos estaban avergonzados por su argumento, por lo que se quedaron en silencio. Pero, ¿cómo surgió esto? Revisemos: hace 2 semanas vimos que Jesús había llevado a tres de ellos a la montaña. ¿Sus preferidos? ¿O más bien, los más necesitados de su atención? La semana pasada vimos que los otros 9 no pudieron expulsar un demonio (más sobre esto más adelante), por lo que se sentían un poco inseguros.
Como siempre, Jesús se sentó y lo convirtió en un momento de enseñanza: “Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás”. Luego usó un apoyo visual para ayudarlos a entender…
Marcos 9:36-37 (NTV) Entonces puso a un niño pequeño en medio de ellos. Y, tomándolo en sus brazos, les dijo: «Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este me recibe a mí, y todo el que me recibe, no solo me recibe a mí, sino también a mi Padre, quien me envió».
Para entender esta ilustración debemos entender que en la época de Jesus, tanto los niños como las mujeres no contaban. Ellos no eran de importancia ni para la sociedad judía ni la griega. Así que cuando Jesús está diciendo que el que recibe a un niño de su parte lo recibe a él, literalmente está diciendo que el que recibe al más insignificante de entre nosotros lo recibe a él. En otras palabras, le está diciendo a sus discípulos que deben recibir a los más pequeños: a los más insignificantes, a los que no cuentan, a los que llegan de último porque estos se convertirán en los más importantes,
en los primeros. Años después, el apóstol Pedro lo pone de la siguiente manera: Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros, porque «Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes». (1 Pedro 5:5 NTV) Las palabras de Pedro, aprendidas de su Maestro, nos enseñan que los líderes deben buscar ser los más humildes, los más unificadores, los más empoderadores, los más amorosos, los mejores servidores.
Los discípulos tenían largo camino por recorrer en esta área y recibir más entrenamiento. No se trata de subir la escalera corporativa para convertirse en el que tiene sirvientes para cumplir sus órdenes. Se trata de convertirse en el que eleva a los demás, levanta a los demás (ideas, dones, oportunidades, opiniones, visión, etc.) por encima de sí mismo y sirve en lugar del que gobierna (Marcos 10:42-45).
En el nombre
Los discípulos se sintieron ofendidos por alguien independiente que usó el nombre de Jesús. Aprendieron otra lección de humildad: el Reino de Dios era más grande que su experiencia. Ellos se creían los únicos. Parece que se habían vuelto hasta un poco arrogantes e intolerantes.
Marcos 9:38-41 (NTV) Juan le dijo a Jesús: —Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera, porque no pertenece a nuestro grupo. —¡No lo detengan!—dijo Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. Todo el que no está en contra de nosotros está a nuestro favor. Si alguien les da a ustedes incluso un vaso de agua porque pertenecen al Mesías, les digo la verdad, esa persona ciertamente será recompensada.
Los discípulos estaban celosos de que este hombre pudiera hacer cosas con las que ellos estaban teniendo problemas. Tal vez, o peor aún, pensaron que era ilegítimo. Habrán pensado:¡¿él puede hacerlo pero nosotros no?!). No se daban cuenta de que es el Espíritu Santo de donde provienen todos los dones / regalos espirituales. Además, que servimos a Dios aunque de diferente maneras (1 Corintios 12:4-6).
Nota que pasa de hablar de alguien que hace milagros (tal vez esto lo consideraban ellos como grandeza) a alguien que le da un vaso de agua a sus discípulos. Con esto, Jesús les quería explicar que es el servicio humilde lo importante y por lo tanto la grandeza verdadera.
Otra cosa que notamos aquí es la idea de “pertenecer” al grupo de seguidores de Jesús. Estaban molestos porque el hombre no “pertenecía a su grupo” pero era capaz de hacer esta clase de milagros. Esta actitud era un poco elitista. Parece que ellos se creían con el derecho de ser los únicos de poder obrar milagros.
También es interesante notar lo que Jesús les dijo en el v.41. No solo porque en la misma frase hablo de hacer milagros al servicio con lo que muestra que servir humildemente es la grandeza importante. Si no que en este contexto alguien les esté dando el vaso de agua a ellos, a los discípulos. Jesús, a propósito, pone a los discípulos en el papel de destinatarios. No son ellos los que dan si no los que reciben. Esto los hace como un niño o sea como “al más insignificante”.
Mateo 25:40 (NTV) »Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.
Algo más que podemos ver en el pasaje de los v.39-41, es que el hombre desconocido que hizo la liberación pertenece a Dios aunque no al grupo de discípulos de Jesús. Él les dijo que el que no está en contra de ellos está a su favor. Esto no significa que este hombre no deba tener más claridad acerca de Jesús. Nos muestra que Dios se está moviendo en el mundo a través de todos los niveles de madurez espiritual. Ellos no tienen tiempo para corregir a todos. Hay una misión que cumplir. Y como dice Pablo en Filipenses 1 que si alguien predica de Cristo sea por las razones que sean, aún por egoísmo o vanagloria, lo importante es que el mensaje se está dando (Filipenses 1:15-18).
Pequeños
La realidad del infierno debería humillar a cualquiera que piense que la tiene ya hecha. Incluso aquellos en las posiciones más altas de la iglesia son susceptibles al pecado, especialmente al orgullo. Nadie está exento a pecar. Todavía estamos en este cuerpo habituado a pecar asi que debemos ser vigilantes. La realidad de que existe un infierno debe mantenernos humildes y libre de arrogancia y orgullo.
Marcos 9:42-48 (NTV) »Si tú haces que uno de estos pequeños que confían en mí caiga en pecado, sería mejor que te arrojaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace pecar, córtatela. Es preferible entrar en la vida eterna con una sola mano que en el fuego inextinguible del infierno con las dos manos. Si tu pie te hace pecar, córtatelo. Es preferible entrar en la vida eterna con un solo pie que ser arrojado al infierno con los dos pies. Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Es preferible entrar en el reino de Dios con un solo ojo que tener los dos ojos y ser arrojado al infierno, “donde los gusanos nunca mueren y el fuego nunca se apaga”.
Básicamente, estos versículos son una advertencia a ser piedra de tropiezo aun para el más pequeño o al que consideramos más insignificante. Debemos tener cuidado de como actuamos no sea que perdamos nuestras almas por actuar en contra de otro seguidor de Jesús. Si lo hacemos, estamos corriendo el riesgo de parar en el infierno. Y si, el infierno existe.
Jesús habló del infierno más que nadie en la Biblia. Incluso dijo más al respecto que el cielo. Si lo hace, es porque si existe. Y es un lugar de tormento donde todos deberíamos evitar ir a parar. Muchos piensan que un Dios tan bueno no puede mandar a nadie al infierno. Lo que no comprendemos es que el infierno no se hizo para nosotros sino para el diablo y sus ángeles caídos. Sin embargo, como nosotros decidimos vivir en nuestros pecados y seguir las influencia de Satanás, pues recibiremos el mismo castigo que el diablo por seguirlo.
Hay algo más de aclarar aquí. No tomemos estos versículos literales. Cuando dice que vale más entrar al reino de Dios sin una mano, o sin un pie o sin un ojo, etc. no quiere decir que debemos mutilarnos. Si miraste mal a un hermano, no tienes que ir y sacarte el ojo literalmente. Lo que nos está diciendo es que quitemos ese pecado de nosotros. Lo primero que hay que hacer es pedirle perdón a Dios. Luego pídele perdón a la persona que ofendiste o contra la que pecaste. De allí en adelante, trata de no cometer ese pecado de nuevo. Arrancarlo de tu vida trayendo en oración cada vez que te sientas tentado a cometerlo.
Mantente salado
Hay muchos ingredientes diferentes que hacen verdaderos y auténticos seguidores de Jesús. La humildad es el condimento que hace que todo lo que hacemos y representamos en la fe cristiana sea más aceptable para quienes nos rodean.
Marcos 9:49-50 (NTV) »Pues cada uno será probado con fuego. La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo la harán salada de nuevo? Entre ustedes deben tener las cualidades de la sal y vivir en paz unos con otros.
Este relato termina diciendo que seremos probados con fuego y que debemos tener las cualidades de la sal. Desglosamos esto. El “Comentario del Pilar del Nuevo Testamento” dice que “Las ofrendas quemadas de los israelitas (un toro, un carnero o un ave sin defecto) debían ser consumidas totalmente por el fuego para ser aceptables. El humo que salía del fuego consumidor era un incienso agradable a Yahvé (Lev 1). La sal también no era solo una señal del pacto (Núm. 18:19), sino que se requería que acompañara todos los sacrificios israelitas (Lv. 2:13). En otras palabras, ahora nosotros debemos presentarnos como ese sacrificio ante Dios. Ser seguidor de Jesús no es fácil. Hay un costo a pagar. Por lo tanto debemos ser pasados por el fuego, no literalmente.
Cuando decimos que debemos ser pasados por el fuego nos referimos a pruebas o circunstancias difíciles que vendrán a nuestras vidas. La prueba nos humilla y nos refina. ¡La sal es la humildad! Tener esto nos ayudará a todos a tener buen gusto o sea darle sabor a nuestras relaciones con los demás dentro y fuera de la iglesia.
¿Alguna vez cocinaste una comida elaborada que te costó tiempo y empeño y luego fuiste a disfrutarla con tu familia y te diste cuenta de que no sabía tan bien como pensabas? ¡Quizás olvidaste ponerle sal! Bueno, así es la vida cristiana. Y en el caso de la vida diaria, nosotros como seguidores de Jesús somos la sal. La sal es el ingrediente que da sabor y une todos los demás ingredientes.
La sal parece sin importancia pero es necesaria no solo para dar sabor sino que ayuda con el sistema nervioso. Parece algo tan insignificante y uno de los ingredientes más humildes en la cocina y creo que por esa característica es que se nos exhorta a ser como la sal ya que la enseñanza que Jesús trataba de darle a sus discípulos era de que el servicio humilde es lo más importante en el cielo. La humildad hará que todo lo que hagas y representes en la fe cristiana sea más aceptable para quienes te rodean. Es el ingrediente, al igual que la sal en las comidas, que lo une todo. Nos ayudará a ser enseñables, lo cual nos beneficia a medida que aprendemos a ser más como Cristo. La humildad es la que nos ayuda a vivir en paz con todos, como nos pide Jesús que vivamos.
Jesús quiere que sus discípulos entiendan y sigan sus enseñanzas. El evangelio es de suma importancia. Nuestra posición o rol en esta vida no se trata de auto importancia sino de humilde obediencia. Debemos especializarnos en las doctrinas principales y no preocuparnos por las diferencias menores. El pecado es el enemigo. El infierno es real. Luchemos por la pureza y la unidad mientras le damos la gloria a Dios.
Manten el siguiente versículo en mente;
Mateo 23:12 (NTV) pero aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados.
Esto puede ser una severa advertencia para la persona que siempre busca elevarse. En última instancia, Jesús es el que se humilló a sí mismo. Llegó a ser el último y el servidor de todos. ¡Él es entonces el que debe ser más exaltado! Debemos adorarlo y llegar a ser como él. Eso es el discipulado.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- ¿Cuáles son las claves de la grandeza según nuestra cultura actual?
- Lee Marcos 9:30-35. ¿Por qué fue tan difícil para los discípulos entender el mensaje de Jesús sobre el sufrimiento futuro? ¿Por qué crees que Jesús respondió a su debate de la manera que lo hizo?
- Lee Marcos 9:38-41. ¿Cómo pueden los cristianos ser territoriales como lo fueron los discípulos en esta historia? ¿Cómo se mide la grandeza en el reino de Dios?
- Lee Marcos 9:42-48. ¿Cuál es el punto de Jesús en estos versículos?
- Lee Marcos 9:49-50. ¿Qué representa el fuego? ¿Qué representa la sal? ¿Cómo puede nuestra humildad atraer a otros a Jesús?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?