Fe y Crecimiento

Tengamos cuidados del dolor y del daño que puede resultar cuando nos impacentamos y nos adelantamos a Dios.

Esta es la lección 4 de 5 en la serie Abraham.


Dios le prometió a Abraham que él sería el padre de una gran nación. Esa promesa requería de un heredero. Abraham y su esposa Sara finalmente se cansaron de esperar a que Dios actuara, por lo que tomaron el asunto en sus propias manos. ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a esperar en Dios para que obre en tu vida? ¿Cuánto tiempo sueles esperar antes de recurrir a tu plan B?

Esperar en Dios no es cosa fácil

Habían pasado 10 largos años desde la promesa de Dios, y Abraham y Sara todavía no tenía ningún hijo. Estaban preocupados. Sara siempre había sido incapaz de tener hijos. Ahora ambos pasaban de la edad normal para ser fértil. ¡Algo había que hacer! Así Sara trazó un plan inteligente. Pero no era el plan de Dios.

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Decidir ser tu propio Libertador es un juego peligroso

En el mundo antiguo, no tener hijos era visto como una maldición. Más allá de eso, la gran promesa de Dios nunca podría cumplirse sin concebir un heredero. Te puedes imaginar la ansiedad de Sara y cómo había meditado para llegar a una solución a este problema. Pero su plan dependía de los demás en vez de depender de Dios.

Génesis 16:1-3 Ahora bien, Sarai, la esposa de Abram, no había podido darle hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Agar. Entonces Sarai le dijo a Abram: “El Señor no me ha permitido tener hijos. Ve y acuéstate con mi sierva; quizá yo pueda tener hijos por medio de ella”. Y Abram aceptó la propuesta de Sarai. Entonces Sarai, la esposa de Abram, tomó a Agar, la sierva egipcia, y la entregó a Abram como mujer…

Las costumbres antiguas permitían que una mujer infértil eligiera a una sierva para que actuara como su sustituta. El bebé nacido sería el heredero legítimo de esa mujer. Pero de acuerdo a la Escritura, Abraham estaba mal en dormir con una mujer que no fuera su esposa. Este plan también expuso su falta de liderazgo, ya que pasivamente se dio a la maquinación de Sara. Los resultados no fueron útiles.

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Jugando a ser Dios usualmente conduce a tener relaciones rotas

Todos podemos racionalizar nuestras acciones, pero cuando nos salimos del papel que nos corresponde para tratar de jugar el papel de Dios, la gente sale herida en el proceso.

Génesis 16:4-6 Así  Así que Abram tuvo relaciones sexuales con Agar, y ella quedó embarazada; pero cuando Agar supo que estaba embarazada, comenzó a tratar con desprecio a su señora, Sarai. Entonces Sarai le dijo a Abram:—¡Todo esto es culpa tuya! Puse a mi sierva en tus brazos pero, ahora que está embarazada, me trata con desprecio. El Señor mostrará quién está equivocado, ¡tú o yo! Abram respondió: —Mira, ella es tu sierva, así que haz con ella como mejor te parezca. Entonces Sarai comenzó a tratar a Agar con tanta dureza que al final ella huyó.

Estar embarazada con el heredero de Abraham – llamado Ismael – Agar se lo restregaba a la cara de Sara. Sara culpó a Abraham por su humillación, y le pidió a Dios que lo corrigiera porque ¡estuvo de acuerdo con su plan! Abraham respondió sin compasión para ninguna de las dos. Pasivamente le dejó el problema de nuevo a su esposa.

Cuando buscamos nuestro propio plan B en lugar de confiar en el plan A de Dios, hay consecuencias. En este caso, todos estaban en conflicto. Se rompieron las relaciones.

Confiar en Dios lo suficiente como para esperarlo es siempre la mejor opción

Dios es digno de nuestra confianza porque siempre cumple sus promesas. A su propio tiempo, Dios cumplió su promesa a Abraham y Sara. Avancemos quince años, cuando Abraham tenía 100 años y Sara 90.

Génesis 21:1-2 El Señor cumplió su palabra e hizo con Sara exactamente lo que había prometido. Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez. Esto ocurrió justo en el tiempo que Dios dijo que pasaría.

El hijo de la promesa – llamado Isaac – finalmente nació. El resto de la Biblia describe cómo Dios hizo producir una vasta nación del linaje de Isaac. Así que Dios fue fiel a su palabra. ¡Su plan funcionó!

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Pero el intento fallido de Abraham y de Sara intento de llevar a cabo la promesa por su cuenta empeoró las cosas. No sólo cayó su familia en un conflicto, pero las naciones que surgieron de Ismael (árabes) e Isaac (judíos) todavía están en guerra entre sí en la actualidad. Nunca es bueno cuando nos impaciente y nos adelantamos a Dios porque resultara angustia y daños.

Lecturas diarias

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. De niño,a, ¿quién “llevaba los pantalones” en tu familia? ¿Mamá? ¿Papá? ¿Los niños? ¿Cómo se tomaban las decisiones?
  4. Lee Génesis 16:1-2. ¿Qué sugiere este plan sobre el estado emocional de Sara?
  5. ¿Qué consecuencias de su plan no logró anticipar Sara?
  6. Lee Génesis 16:4-6. Describe cómo cada persona en este triángulo expresa hostilidad o conflicto.
  7. De los tres personajes principales de esta historia – Abraham, Sara y Agar – ¿qué es lo que más te gusta? ¿y lo menos que te gustó? ¿Por qué?
  8. Lee Génesis 21:1-3. ¿Qué revela esta historia acerca de la paciencia y la fidelidad de Dios?
  9. ¿En qué área de la vida has estado esperando “10 años” a Dios para que cumpla una promesa? ¿Cómo enfrentas estos retrasos?
  10. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

Herramientas ministeriales:

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