Matrimonios y Familia

Mientras los padres luchan con la forma de disciplinar a sus hijos, surge la pregunta sobre el papel de los castigos corporales o nalgadas. ¿Qué dice la Biblia?

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Mientras los padres luchan con la forma de disciplinar a sus hijos, surge la pregunta sobre el papel de los castigos corporales o nalgadas. ¿Qué dice la Biblia?

(Para obtener el máximo valor de este artículo, primero lee “disciplina a tus hijos”.)

EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

El libro bíblico de Proverbios menciona la“vara de la disciplina” con frecuencia, se asume que esa parte de la disciplina de los padres consiste en infligir dolor físico a través de las nalgadas. La idea es que el dolor físico es un gran motivador. Especialmente para los niños que son demasiado jóvenes para entender la relación entre las acciones y sus consecuencias naturales. Las nalgadas ayuda a un niño a aprender a evitar comportamientos no deseados.

CÓMO NALGUEAR SIN ABUSO

La mayoría de los consejeros seculares y educadores desaprueban las nalgadas, probablemente en respuesta a la epidemia de abuso infantil. Pero practicado con sabiduría y moderación, las nalgadas no tienen que cruzar la línea a abuso físico. Las nalgadas pueden infligir dolor sin causar daño, si se hace dentro de los límites dictados por el objetivo amoroso de formación moral y carácter. Por ejemplo, las nalgadas nunca deben darse de manera impulsiva, o en enojo, o para vengarse de un niño. Las nalgadas siempre deben ir acompañadas de una instrucción clara y deliberada acerca de lo que estaba mal y lo que se espera. Debe ser objeto de seguimiento con expresiones de perdón, reconciliación y afecto. Las nalgadas son un hecho de corrección de calma, reflexión y con propósito que no es lo mismo que levantar una mano precipitadamente para golpear a un niño por irritación.

OTROS MEDIOS DE DISCIPLINA

Cuando los niños aprenden las consecuencias naturales de sus decisiones, otras formas de disciplinar pueden y deben ser usados. Podemos quitarle privilegios o restringir las libertades. La mejor disciplina, al ir los niños creciendo, es permitirles que experimenten las consecuencias de las decisiones que toman. Los padres que sobreprotegen a los niños de enfrentar las consecuencias (razonables, claro) dificultan su maduración. Las consecuencias duelen, y es natural querer proteger a nuestros hijos de un daño. Pero el dolor de las consecuencias a menudo es el mejor maestro. Permita que su hijo,a sufra las consecuencias de sus decisiones temprano en la vida, cuando esas consecuencias son bastante mínima, de modo que él o ella entienda el principio más adelante en la vida cuando las consecuencias puedan ser de gran importancia.

No importa lo que pienses de dar nalgadas, el punto es que la disciplina intencional – en cualquier forma que sea mejor para cada niño – es una bendición que damos a nuestros niños, ya que les ayuda a ser todo lo que Dios quiere que sean.

 

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