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Cinco características más de una iglesia saludable (Hechos 20)
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Puntos de conversación:
- La primera característica es una predicación comprometida con decir la verdad, incluso cuando no sea popular. Hoy en día, muchas iglesias aceptan la ideología progresista y tienen una mala opinión de las Escrituras. Hechos 20:20,27
- La segunda característica es la predicación que invita a una respuesta al evangelio: arrepentimiento y fe. Estos eran los conceptos básicos de la iglesia primitiva y no han cambiado en 2000 años. Hechos 20:21
- La tercera característica es la predicación que reconoce el poder detrás del evangelio: la gracia. Es fácil para las iglesias caer en el legalismo con el tiempo, pero las iglesias bíblicas lo evitan. Hechos 20:24,32
- La cuarta característica es un liderazgo saludable en la iglesia que está comprometido a hacer su trabajo: pastorear el rebaño y protegerlo de los falsos maestros. Hechos 20:28-30
- La quinta característica es un liderazgo saludable en la iglesia que administre bien las finanzas. Hechos 20:33-35
Empecemos con la pregunta de hoy: ¿Cómo sé si una iglesia es saludable? Esta es una pregunta que recibimos todo el tiempo cuando la gente se muda a una nueva área. ¿Qué debes buscar en una iglesia? ¿Cómo sabes que está funcionando bíblicamente?
Sin duda no existe una iglesia perfecta. El mensaje de hoy no pretende ser demasiado crítico ni pasar juicio a otras iglesias. Pero hay iglesias saludables y hay iglesias no saludables. La prueba de fuego para probar las que son y las que no, es más fácil de lo que crees.
Nota: Respondimos esto la primera vez en Hechos 2. La pregunta para esa lección fue: ¿Cómo se hace crecer una iglesia? La idea básica era que las cosas sanas crecen. Las siete características de la iglesia primitiva, una iglesia saludable y en crecimiento: bautismos, enseñanza bíblica, comunidad auténtica, compromiso con la oración, generosidad financiera, amistad con los de afuera y dependencia de Cristo. Hechos 2:42-47
Hoy vamos a responder la pregunta nuevamente. Esta vez, han pasado casi 30 años después de que naciera la iglesia primitiva. Los acontecimientos de Hechos 2 tienen lugar alrededor del año 30 d.C., el año de la Ascensión. Los acontecimientos de Hechos 20 tienen lugar durante el tercer viaje misionero de Pablo, que ocurrió alrededor del 53 al 57 d.C. Aquí, Pablo comparte sus pensamientos finales con los ancianos de Éfeso. De esto,extraemos 5 características de una iglesia saludable.
Hechos 20:16-17 (NTV) Pablo había decidido navegar sin detenerse en Éfeso porque no quería pasar más tiempo en la provincia de Asia. Se apresuraba a llegar a Jerusalén, de ser posible, para el Festival de Pentecostés. 17 Cuando llegamos a Mileto, Pablo envió un mensaje a los ancianos de la iglesia de Éfeso para pedirles que vinieran a su encuentro.
Pablo no quería que la iglesia lo retrasara, sino que mandó llamar a los ancianos. ¡Lo entiendo! ¡A veces es difícil salir de la iglesia debido a todas las relaciones! Entonces envió solo por los ancianos. Probablemente porque estaba trayendo ofrendas para los creyentes en Jerusalén. Un dato interesante es que Pablo escribió Romanos desde Corinto durante el período de Hechos 20. Allí nos da el contexto del pasaje leído.
Romanos 15:25-27 (NTV) Sin embargo, antes de visitarlos, debo ir a Jerusalén para llevar una ofrenda a los creyentes de allí. 26 Pues, les cuento, los creyentes de Macedonia y Acaya con entusiasmo juntaron una ofrenda para los creyentes de Jerusalén que son pobres. 27 Lo hicieron con gusto porque se sienten en deuda con ellos. Dado que los gentiles recibieron las bendiciones espirituales de la Buena Noticia por parte de los creyentes de Jerusalén, sienten que lo menos que pueden hacer por ellos a cambio es ayudarlos económicamente.
Pentecostés marcó el nacimiento de la iglesia (Hechos 2). Pero probablemente también trajo dificultades a los cristianos judíos. ¡Así que los creyentes gentiles querían bendecirlos!
Hechos 20:18-20 (NTV) Cuando llegaron, Pablo declaró: «Ustedes saben que desde el día que pisé la provincia de Asia hasta ahora, 19 he hecho el trabajo del Señor con humildad y con muchas lágrimas. He soportado las pruebas que me vinieron como consecuencia de las conspiraciones de los judíos. 20 Nunca me eché para atrás a la hora de decirles lo que necesitaban oír, ya fuera en público o en sus casas.
El v20 nos da la primera característica a buscar en una iglesia saludable:
La primera característica es una predicación comprometida con decir la verdad, incluso cuando no sea popular.
Hoy en día, muchas iglesias aceptan la ideología popular y progresista y tienen una mala opinión de las Escrituras. Debemos estar atentos a estos signos de “cristianismo” progresista (despierto):
La Biblia es tratada como un documento histórico moldeado por prejuicios humanos más que como la Palabra de Dios inspirada y autoritaria. Las enseñanzas bíblicas tradicionales sobre la sexualidad son descartadas por ser obsoletas u opresivas. El infierno, el juicio y la exclusividad de Cristo a menudo se suavizan o se niegan. La evangelización es vista como arrogante o colonialista más que como un mandato bíblico. Se fomenta la “deconstrucción” de la fe, lo que lleva a muchos a abandonar las creencias cristianas fundamentales. Pablo no cayó en esto, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
Hechos 20:26-27 (NTV) Declaro hoy que he sido fiel. Si alguien sufre la muerte eterna, no será mi culpa, 27 porque no me eché para atrás a la hora de declarar todo lo que Dios quiere que ustedes sepan.
En Alpine, por eso hicimos la serie “Política del Reino”. En Alpine estamos comprometidos a decir la verdad, incluso cuando no sea popular. Esa es la primera característica de una iglesia saludable.
La segunda característica es la predicación que invita a una respuesta al evangelio que es el arrepentimiento y la fe.
Estos eran los conceptos básicos de la iglesia primitiva y no han cambiado en 2000 años.
Hechos 20:21 (NTV) He tenido un solo mensaje para los judíos y los griegos por igual: la necesidad de arrepentirse del pecado, de volver a Dios y de tener fe en nuestro Señor Jesús.
Mira con qué sencillez Pablo enumera la respuesta de dos partes al evangelio que es arrepiéntete y cree. Ésta ha sido la sencilla invitación del evangelio durante 2.000 años. Repasa todos los sermones que hemos estudiado en Hechos y verás esto repetido.
- Primer sermón de Pedro (Pentecostés): Hechos 2:38 “Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados…”
- Segundo sermón de Pedro (templo): Hechos 3:19 “Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados.”
- Pedro a Cornelio: Hechos 10:43 “…a todo el que cree en él se le perdonarán los pecados por medio de su nombre”.
- El primer viaje misionero de Pablo: Hechos 13:38-39 (NTV) “Hermanos, ¡escuchen! Estamos aquí para proclamar que, por medio de este hombre Jesús, ustedes tienen el perdón de sus pecados. 39 Todo el que cree en él es hecho justo a los ojos de Dios, algo que la ley de Moisés nunca pudo hacer.”
- Segundo viaje misionero de Pablo (en Atenas): Hechos 17:30 (NTV) “En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.”
La predicación bíblica no sólo ofrece información. Más bien, llama a la transformación a través de una respuesta sencilla al mensaje del evangelio de Jesús. Arrepentimiento es tener la actitud correcta hacia Dios. Es tener un “cambio de opinión” que dice quiero seguir Su camino ahora. Muchas iglesias evitan esto, nunca denuncian el pecado. Hacen de la iglesia un club social. Cambian el enfoque hacia la prosperidad diciendo “sigue a Cristo y esto es lo que obtendrás a cambio.”
La otra parte de la respuesta es la fe. Fe es confiar en que Jesús es el SEÑOR. La iglesia primitiva predicaba que Jesús es el Mesías a las audiencias judías. Mas predicaban que Jesús es el Señor tanto a judíos como a gentiles. Esta era una declaración valiente dicha a los judíos. Con esto le estaban diciendo: ¡Él es más de lo que pensabas que sería el Mesías! De acuerdo al Comentario bíblico del expositor: Edición abreviada (2 volúmenes)) “El título “Señor” también fue proclamado cristológicamente en círculos judíos, con evidente intención de aplicar a Jesús todo lo que se decía de Dios en el Antiguo Testamento.” En otras palabras, el uso del título “Señor” para Jesús entre los judíos cristianos tenía la intención de identificar a Jesús con el Dios del Antiguo Testamento, afirmando su divinidad y autoridad. Es que en el Antiguo Testamento, el título “Señor” (a menudo usado para referirse a Yahvé, el Dios de Israel) es un título de gran reverencia y autoridad divina.
Al aplicar este título a Jesús en contextos cristianos, los creyentes estaban reconociendo y afirmando que Jesús poseía las mismas cualidades y autoridad divina que se atribuían a Dios en el Antiguo Testamento. Esto significa que Jesús era visto como una manifestación divina y una extensión de la divinidad de Dios.
Si tu iglesia nunca invita a la gente a arrepentirse y creer, ¡busca otra iglesia! Porque una predicación que invita a responder al evangelio arrepintiéndose y creyendo es la segunda característica de una iglesia saludable. La tercera característica amplía esto aún más.
La tercera característica es la predicación que reconoce el poder detrás del evangelio que es la gracia.
Hechos 20:24 (NTV) pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.
Es muy fácil tener la idea equivocada de que la salvación es por nuestro propio crédito. Que podamos trabajar para lograr tener una buena posición ante Dios. Casi todas las demás religiones del mundo enseñan alguna forma de esto. Un ejemplo de esto se ve en el Islam. Para el Islam, el concepto de balanza (Mīzān, ميزان) es central para la creencia en la justicia divina y la rendición de cuentas en el Día del Juicio (Yawm al-Qiyāmah). La balanza simboliza el pesaje de las acciones de una persona, tanto buenas como malas, para determinar su destino eterno.
El libro del Corán cita lo siguiente en el Sura Al-Qari’ah (101:6-9) “6. Entonces, aquel cuyas obras pesan en la balanza, 7. estará en una vida agradable. 8. Pero, aquel cuyas obras son leves en la balanza, 9. su morada será el Abismo (Hawiya).” Sin embargo, esto no es lo que nos dice Dios en la Biblia:
Efesios 2:8-9 (NTV) Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.
El poder detrás de las buenas nuevas de la Biblia es la gracia de Dios. Es un regalo. Todo el crédito es para él. Jesús + nada. No hay nada que podamos hacer para ganarla o merecerla. Sé que es fácil para algunas iglesias caer en el legalismo con el tiempo, diciendo que es cierto que la gracia es un regalo, pero que debemos “guardar nuestra salvación con temor y temblor”. Con esto, hacen ver que debemos portarnos bien para ser salvos y ¡no es así! Nos portamos bien y ya no pecamos porque ahora vivimos una vida nueva en Cristo.
Así que las iglesias bíblicas evitamos caer en esta trampa del legalismo predicando que solo es por gracia que somos salvos. ¡Esto es lo que Pablo predicó cada vez más en su ministerio!
Hechos 20:32 (NTV) »Y ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, que tiene poder para edificarlos y darles una herencia junto con todos los que él ha consagrado para sí mismo.
Así que si tu iglesia no predica la gracia, busca otra iglesia.
Las primeras tres características que hemos visto se referían a la predicación. Las dos últimas que veremos tienen que ver con el liderazgo.
La cuarta característica es un liderazgo saludable en la iglesia que está comprometido a hacer su trabajo: pastorear el rebaño y protegerlo de los falsos maestros.
Hechos 20:28-30 (NTV) »Entonces cuídense a sí mismos y cuiden al pueblo de Dios. Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios—su iglesia, comprada con su propia sangre—sobre quien el Espíritu Santo los ha designado líderes. 29 Sé que, después de mi salida, vendrán en medio de ustedes falsos maestros como lobos rapaces y no perdonarán al rebaño. 30 Incluso algunos hombres de su propio grupo se levantarán y distorsionarán la verdad para poder juntar seguidores.
Los falsos maestros hoy en día están en un extremo del legalismo o en el extremo del liberalismo. El legalismo por un lado, es la práctica de adherirse estrictamente a reglas y normas religiosas, a menudo imponiendo esas reglas como requisitos para la salvación o la aceptación por parte de Dios. Esto puede llevar a una relación con Dios basada en el cumplimiento de normas en lugar de la fe y la gracia. Veamos la advertencia que Pablo le dio a Timoteo contra el legalismo:
1 Timoteo 4:1-3 (NTV) Ahora bien, el Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios. 2 Estas personas son hipócritas y mentirosas, y tienen muerta[a] la conciencia. 3 Dirán que está mal casarse y que está mal comer determinados alimentos; pero Dios creó esos alimentos para que los coman con gratitud las personas fieles que conocen la verdad.
La advertencia de Pablo contra el legalismo en estos versículos se centra en dos aspectos principales. El primero es la imposición de reglas humanas donde los falsos maestros están imponiendo reglas y normas humanas, como prohibir el matrimonio y ciertos alimentos, que no están alineadas con la enseñanza de la gracia y la libertad en Cristo. Estas restricciones son presentadas como si fueran esenciales para la vida cristiana y la salvación.
El segundo aspecto es la desviación de la verdad. Al enfocarse en estas reglas y restricciones, estas personas se desvían de la verdadera enseñanza de la fe cristiana, que se basa en la gracia de Dios y la obra redentora de Jesucristo. Están promoviendo una forma de piedad externa que no refleja la verdadera transformación interna que proviene de la fe en Cristo.
Pablo enfatiza que todo lo que Dios creó es bueno y debe ser recibido con gratitud por aquellos que conocen la verdad. La verdadera fe cristiana no se basa en seguir reglas arbitrarias, sino en una relación viva con Dios a través de Jesucristo.
El liberalismo por el otro lado es una corriente dentro del cristianismo que enfatiza la interpretación de las Escrituras y las doctrinas religiosas de manera flexible y abierta. Los cristianos liberales tienden a adaptar sus creencias y prácticas a los valores y conocimientos modernos. El apóstol Pablo también nos advierte en contra de esto:
2 Timoteo 3:1-2 (NTV) Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. 2 Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado.
Aquí Pablo advierte sobre el comportamiento y la actitud de las personas en los últimos días. Este pasaje no menciona explícitamente el “liberalismo” como concepto moderno, sino que describe una serie de características y comportamientos negativos que serán prevalentes. Advierte sobre la decadencia moral y espiritual en los últimos días. Menciona que las personas serán egoístas, materialistas, arrogantes y desobedientes, y carecerán de respeto por lo sagrado y por sus padres.
En resumen, Pablo está advirtiendo sobre una decadencia moral y espiritual, donde las personas estarán enfocadas en sí mismas y en sus deseos, sin consideración por Dios, la moralidad o las relaciones saludables con los demás. Por lo tanto, el liderazgo saludable en la iglesia protege al rebaño de ambos extremos.
La quinta característica es un liderazgo saludable en la iglesia que administre bien las finanzas.
Esta última característica de una iglesia saludable tiene que ver con la forma en que los líderes administran el dinero:
Hechos 20:33-34 (NTV) »Yo nunca he codiciado la plata ni el oro ni la ropa de nadie. 34 Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo.
Un liderazgo saludable administra bien las finanzas de la iglesia.
Esto no significa que no puedas darle un sueldo a tus pastores. Pablo también tuvo algo que decir con respecto a esto:
1 Timoteo 5:17-18 (NTV) Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza. 18 Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano». Y dice también: «¡Los que trabajan merecen recibir su salario!».
Esto significa que tus pastores, otra palabra para ancianos, deben recibir un salario por el trabajo que hacen en la iglesia. Pero no significa que deben estar en esto por el dinero.
1 Timoteo 6:9-11 (NTV) Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción. 10 Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas. 11 Pero tú, Timoteo, eres un hombre de Dios; así que huye de todas esas maldades. Persigue la justicia y la vida sujeta a Dios, junto con la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
¡Esta es una advertencia para todos los cristianos y no solo para los pastores! Pablo advierte que aquellos que buscan hacerse ricos a toda costa caen en la tentación y son atrapados por deseos insensatos y perjudiciales que pueden llevarlos a la ruina y la destrucción. Pablo subraya que el amor al dinero es la raíz de muchos males y que algunas personas, en su afán por el dinero, se han alejado de la fe y han sufrido mucho.
Por lo tanto, un liderazgo saludable no busca hacerse rico sino cuidar del dinero de Dios y administrarlo honesta y sabiamente. Si en tu iglesia ves que el pastor o los líderes predican sobre la prosperidad y buscan hacerse ricos, ¡huye porque ya cayeron en la tentación! El evangelio no es eso.
Cerremos con la pregunta de hoy: ¿Cómo sé si una iglesia es saludable?
- Pues busca estas cinco características:
- Predicación comprometida con decir la verdad, incluso cuando no es popular.
- Predicación que invita a una respuesta al evangelio que es arrepentimiento y fe.
- Predicación que reconoce el poder detrás del evangelio que es la gracia.
- Liderazgo comprometido con pastorear el rebaño y protegerlo de los falsos maestros.
- Liderazgo que administra bien las finanzas.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
La respuesta correcta al pecado (Hechos 19)
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Puntos de conversación:
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Hoy cubrimos Hechos 19. La pregunta que responderemos es ¿Cuál es la respuesta correcta al pecado? Y es que todos pecamos. Así que lo esencial no es si pecamos o no. Lo más importante es nuestra respuesta al pecado. Algunas respuestas pecaminosas y erróneas al pecado son:
- Minimizar el pecado: “No es gran cosa”.
- Racionalizando el pecado: “Se lo merecía”.
- Cambio de culpa: “Ella me obligó”.
- Codificar el pecado: “Es una condición, no un pecado”.
- Dolor mundano: “Lamento que me hayan atrapado”.
Hoy en nuestro texto (Hechos 19) veremos dos grupos de personas quienes fueron confrontados con su problema de pecado y tuvieron que tomar una decisión. Tuvieron que responder a su pecado. Un grupo es un ejemplo de cómo responder ante el pecado. El otro grupo, que de cómo NO responder al pecado.
Empecemos con el contexto del capítulo 19. Este presenta un pecado en particular: la hechicería. Sin embargo, las lecciones que aprenderemos aquí aplican a todos los pecados y se aplican a todos en todas partes.
Contexto del capítulo 19
Hechos 19:11-12 (NTV) Dios le dio a Pablo el poder para realizar milagros excepcionales. 12 Cuando ponían sobre los enfermos pañuelos o delantales que apenas habían tocado la piel de Pablo, quedaban sanos de sus enfermedades y los espíritus malignos salían de ellos.
Estamos en Éfeso, un reconocido centro de prácticas ocultas en el antiguo mundo grecorromano. Para el mundo secular, los milagros parecen magia. Esto lo vimos con Pedro y su sombra (Hechos 5), Felipe y Simón el Mago (Hechos 8). El énfasis en todos esos casos es que Jesús es mayor que la magia. Jesús y su poder o influencia son superiores a la magia que es ilusoria o superficial en comparación. Ahora vemos lo mismo que pasó con Pedro y Felipe.Un grupo de judios que querían copiar lo que Dios hacía a través de Pablo, usaban la magia para imitar el poder de Dios. Veamos:
Hechos 19:13 (NTV) Un grupo de judíos viajaba de ciudad en ciudad expulsando espíritus malignos. Trataban de usar el nombre del Señor Jesús en sus conjuros y decían: «¡Te ordeno en el nombre de Jesús, de quien Pablo predica, que salgas!».
Nota que estos hombres no eran seguidores de Jesús, pero usaban su nombre como encantamiento. Esto hace referencia a las “”Cartas de Éfeso,” también conocidas en griego como “Cartas a los Efesios” o “Efesia gramática.” En la antigüedad, estas cartas eran un conjunto de palabras o símbolos que se creía poseían poderes mágicos. A menudo estaban inscritos en amuletos, estatuas u otros objetos. ¡No se confunda con las cartas de Pablo a los efesios!
Se debate el contenido exacto de las Cartas de Éfeso, pero fuentes antiguas sugieren que eran un grupo de seis palabras místicas: Askion, Kataskion, Lix, Tetrax, Damnameneus, Aisia. Estas palabras se consideraban carentes de significado en el lenguaje cotidiano, pero se pensaba que tenían un significado esotérico, potencialmente vinculado a rituales antiguos o a la invocación de poderes sobrenaturales. Algunos eruditos creen que estaban relacionados con el culto a Artemisa de Éfeso, la diosa patrona de la ciudad. El caso es que estos exorcistas judíos estaban usando el nombre de Jesús como si fuera una de estas seis palabras místicas.
Hechos 19:14-16 (NTV) Siete de los hijos de Esceva, un sacerdote principal, hacían esto. 15 En una ocasión que lo intentaron, el espíritu maligno respondió: «Conozco a Jesús y conozco a Pablo, ¿pero quiénes son ustedes?». 16 Entonces el hombre con el espíritu maligno se lanzó sobre ellos, logró dominarlos y los atacó con tal violencia que ellos huyeron de la casa, desnudos y golpeados.
Los Hijos de Esceva intentaron invocar el nombre de Jesús sin una fe genuina en Jesús, tratándolo como una fórmula mágica para su propio beneficio. No creían en Jesús ni reconocían Su autoridad como Señor; en cambio, vieron Su nombre como una herramienta para mejorar su reputación como exorcistas. Esencialmente lo que hicieron fue “tomar el nombre del Señor en vano” (violando el Tercer Mandamiento, Éxodo 20:7).
La humillante derrota de los exorcistas judíos por el demonio que vemos en el v.16 demostró a los efesios que el poder de Jesús es incontrolable y no servirá a quienes simplemente invoquen su nombre esperando que Jesus les haga lo que quieren como un esclavo. Ese es el contexto de nuestros dos grupos de hoy. Magia versus milagros en Éfeso. Conozcamos a nuestro primer grupo.
El primer grupo de personas que vemos en Hechos 19.
Hechos 19:17b-19 (NTV) Un temor solemne descendió sobre la ciudad, y el nombre del Señor Jesús fue honrado en gran manera. 18 Muchos de los que llegaron a ser creyentes confesaron sus prácticas pecaminosas. 19 Varios de ellos, que practicaban la hechicería, trajeron sus libros de conjuros y los quemaron en una hoguera pública. El valor total de los libros fue de cincuenta mil monedas de plata.
Hechos 19:18 nos muestra que la revelación y el fracaso de los exorcistas les hizo comprender la necesidad de reconocer su previa implicación con las prácticas mágicas. Posiblemente, habían mantenido pergaminos con hechizos como una especie de garantía, por si su nueva fe no era suficiente en alguna circunstancia. La quema de estos pergaminos simbolizaba un rechazo a su contenido y demostraba una mayor confianza en Dios para protegerlos y satisfacer sus necesidades.(Esto lo he parafraseado de algo comentado por el “Comentario del Nuevo Testamento”).
Resumamos la respuesta de este primer grupo al pecado: Temían al Señor. Hablamos de esto en Hechos 4: El temor del Señor es un temor reverente a Dios. Estas personas reconocen el poder y la soberanía de Dios. Pero no se quedaron allí solamente. Ellos confesaron y revelaron su pecado.
Sé que la NTV dice “confesaron”, pero el griego original lo amplía a: exomologoumenoi kai anangellontes en griego que significa ‘confesar y revelar’. Confesar significa decir lo mismo (como Dios o sea estar de acuerdo con Dios o alinearse con Su verdad). Revelar significa que es expuesto a la luz o sea la verdad.
En otras palabras, estas personas no usaron ninguna de las estrategias para responder pecaminosamente a su pecado. Ellos no minimizaron su pecado. No dijeron: “No es gran cosa”. Tampoco racionalizaron su pecado diciendo: “Se lo merecía”. Muchos menos codificaron su pecado. O sea que no dijeron: “es una condición, no un pecado”. Podrían haber transfirieron la culpa de su pecado diciendo: “Ella o él me obligó”. Pero tampoco lo hicieron.
Al contrario, lo revelaron. Lo admitieron. Lo expusieron en público. Ellos destruyeron su antigua manera de vivir y de ser. ¡Eran militantes! ¡Esto es la guerra! Quemaron los libros de encantamientos en una hoguera. Estas podrían haber sido las misteriosas y mágicas “Cartas de Efeso” de las que ya te mencione que no hay que confundir con las cartas de Pablo a los efesios.
No fue solo remordimiento porque los atraparon. Fue una convicción verdadera. Hicieron algo al respecto. Como el canto dice: “He decidido seguir a Cristo… no vuelvo atrás, no vuelvo atrás. Esta fue la respuesta correcta al pecado. El resultado de esta respuesta correcta al pecado:
Hechos 19:20 (NTV) Y el mensaje acerca del Señor se extendió por muchas partes y tuvo un poderoso efecto.
La palabra del Señor se extendió poderosamente y prevaleció. Derribó fortalezas. Creció. ¡Se extendió por todo el mundo!
El segundo grupo de personas que vemos en Hechos 19.
El segundo grupo que encontramos comienza en el versículo 24.
Hechos 19:23-27 (NTV) Por ese tiempo, se generó un grave problema en Éfeso con respecto al Camino. 24 Comenzó con Demetrio, un platero que tenía un importante negocio de fabricación de templos de plata en miniatura de la diosa griega Artemisa. Él les daba trabajo a muchos artesanos. 25 Los reunió a todos, junto con otros que trabajaban en oficios similares y les dirigió las siguientes palabras: «Caballeros, ustedes saben que nuestra riqueza proviene de este negocio. 26 Pero, como han visto y oído, este tal Pablo ha convencido a mucha gente al decirles que los dioses hechos a mano no son realmente dioses; y no solo lo ha hecho en Éfeso, ¡sino por toda la provincia! 27 Por supuesto que no solo hablo de la pérdida del respeto público para nuestro negocio. También me preocupa que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia y que a Artemisa—esta magnífica diosa adorada en toda la provincia de Asia y en todo el mundo—¡se le despoje de su gran prestigio!».
Observa la respuesta de este segundo grupo de personas, dirigidos por Demetrio y como respondieron al pecado: en lugar de temer a Dios, temían perder dinero. Ellos practicaban el culto a la diosa Artemisa y fabricaban templos en miniaturas y artesanías relacionados con esta diosa. En lugar de confesar su pecado, señalaron con el dedo. Transfirieron la culpa del pecado diciendo: “Pablo es el problema, no nosotros.” Pablo ha persuadido a la gente ha ya no creer en la magia
En lugar de revelar su pecado, lo defendieron. En el v.27 Demetrio dijo que se preocupaba porque el templo de la gran diosa, Artemisa será considerada inútil y será destronada si no hacían algo. En lugar de destruir su antigua forma de vivir, adoraron a la diosa aún más.
Hechos 19:28 (NTV) Al oír esto, montaron en cólera y comenzaron a gritar: «¡Grande es Artemisa de los efesios!».
Este segundo grupo de personas tomaron medidas para mantener los ídolos en lugar de destruirlos.
El resultado de esta respuesta errónea al pecado:
Hechos 19:32 (NTV) Adentro era un griterío; algunos gritaban una cosa, y otros otra. Todo era confusión. De hecho, la mayoría ni siquiera sabía por qué estaba allí.
En griego dice: “La asamblea estaba en confusión”. Asamblea es ekklēsia en griego. ¡Esta es la misma palabra que iglesia en otras partes de Hechos! Esto demuestra que cuando respondes al pecado con más pecado te unes a un grupo diferente, a una “iglesia” diferente: el mundo. Tienen sus propias creencias, valores, ideologías, etc. Van en contra de la palabra de Dios y todo vale. El resultado de esto es la confusión.
Cerremos con la pregunta de hoy: ¿Cuál es tu respuesta al pecado? ¿Responderás como el segundo grupo de personas? Esto es señalando con el dedo o defendiendo tu pecado. Si lo haces, al final terminas confundido y en el mundo. O ¿responderás como el primer grupo de personas? Temiendo a Dios, confesando y revelando tu pecado y destruyendo tu vieja manera de vivir y de ser.
Al responder de esta manera al pecado terminarás experimentando el “poderoso efecto” del mensaje de Jesús. No esperes más, y responde con la respuesta correcta al pecado; la respuesta del primer grupo de personas.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
¿Cuándo deberías “sacudirte el polvo” y seguir adelante? (Hechos 18)
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Puntos de conversación:
- Cuando Pablo enfrentó oposición en la sinagoga, sacudió el polvo de su ropa y redirigió sus esfuerzos hacia los gentiles. Sacudir el polvo no significa darse por vencido con alguien; significa reconocer cuándo redirigir tus esfuerzos. Hechos 18:1-6
- Dios respeta la elección humana y no impone su verdad a nadie, así que nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Cuando alguien tiene un corazón terco y reacio, que rechaza la verdad, es hora de seguir adelante.
- Apolos era un maestro talentoso, pero carecía de una comprensión completa del evangelio. Sin embargo, su corazón enseñable nos muestra que los dones de una persona no son el factor principal para la inversión, sino su voluntad de aprender y crecer. Hechos 18:24-26
Hoy finalmente continuamos con nuestra serie de Hechos. Pasamos diciembre en una serie navideña. Luego, en enero vimos la Política del Reino. Si recuerdan, nos quedamos con la “ronda rápida”, cubriendo un capítulo a la vez del libro de los Hechos. Hoy retomamos en Hechos capítulo 18 con la pregunta: ¿Cuándo deberías “sacudirte el polvo” y seguir adelante?
Vamos a ver esto en acción en el texto de hoy, pero primero debemos retroceder y ver de dónde viene esta expresión en la ética cristiana. Viene de la enseñanza de Jesús a sus discípulos cuando los envió a predicar:
Lucas 9:5 (NTV) Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».
Este gesto simbólico pretendía demostrar que los mensajeros habían cumplido con su deber y ya no eran responsables del rechazo del pueblo. Era una señal del juicio divino, que indicaba que aquellos que se negaban a escuchar eran responsables de su propia condición espiritual. ¡Esto parece duro! Pero tal vez hayas estado en esa posición: un familiar que ha rechazado a Jesús o un compañero de trabajo con el que has intentado compartir de Jesús. Tal vez sea alguien con un corazón testarudo y rebelde en temas candentes como lo son el aborto provocado y el cambio de género y la sexualidad.
En nuestro tema de hoy responderemos dos preguntas importantes: ¿Cuándo deberías seguir adelante cuando alguien rechaza el evangelio? y ¿Cuándo deberías quedarte e invertir tiempo y energías?
Hechos 18:1-3 (NTV) Después Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. 2 Allí conoció a un judío llamado Aquila, nacido en la región del Ponto, quien estaba recién llegado de Italia junto con su esposa, Priscila. Habían salido de Italia cuando Claudio César deportó de Roma a todos los judíos. 3 Pablo se quedó a vivir y a trabajar con ellos, porque eran fabricantes de carpas al igual que él.
Si hacemos memoria, Hechos 2 nos menciona que hubo judíos del Ponto que el día de Pentecostés se convirtieron. Quizás Aquila fuera uno de ellos. Aquila era fabricante de tiendas de profesión. Probablemente tuvo mucha experiencia viviendo en su producto en sus viajes. Si los sumamos todos, viajó 4.500 millas. Eso es una locura en ese tiempo. Aquila, junto con su esposa, ayudaron a Pablo en su misión:
Romanos 16:3-5 (NTV) Den mis saludos a Priscila y Aquila, mis colaboradores en el ministerio de Cristo Jesús. 4 De hecho, ellos una vez arriesgaron la vida por mí. Yo les estoy agradecido, igual que todas las iglesias de los gentiles. 5 Den también mis saludos a la iglesia que se reúne en el hogar de ellos. …
¿Qué hizo en todos esos viajes? Tenía un trabajo regular (era fabricante de tiendas de campaña). A la misma vez, compartía el evangelio. El punto es que era normativo hacer discípulos en la iglesia primitiva. No era sólo para los “profesionales” como Pablo (¡quién por cierto no era un profesional!). ¡Y no sólo HOMBRES tampoco! Priscilla, la esposa de Aquila, es mencionada primero 4 de 6 veces. ¡Las mujeres también hicieron discípulos!
Entonces todos deben prestar atención a la siguiente parte. Dado que se supone que todos debemos ser “enviados”, todos necesitamos saber cuándo seguir adelante y dejar atrás nuestro empeño?
Cuando Pablo enfrentó oposición en la sinagoga, sacudió el polvo de su ropa y redirigió sus esfuerzos hacia los gentiles. Sacudir el polvo no significa darse por vencido con alguien; significa reconocer cuándo redirigir tus esfuerzos.
Hechos 18:4-6 (NTV) Cada día de descanso, Pablo se encontraba en la sinagoga tratando de persuadir tanto a judíos como a griegos. 5 Después de que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo pasó todo el tiempo predicando la palabra. Testificaba a los judíos que Jesús era el Mesías; 6 pero cuando ellos se opusieron y lo insultaron, Pablo se sacudió el polvo de su ropa y dijo: «La sangre de ustedes está sobre sus propias cabezas; yo soy inocente. De ahora en adelante iré a predicar a los gentiles».
Esto claramente proviene de las enseñanzas de Jesús, como dijimos al principio. Pero aquí está lo curioso: tiene raíces judías. Los judíos se sacudían el polvo de los pies al salir de Territorios gentiles antes de entrar en Tierra Santa para evitar traer consigo contaminación “inmunda”. Simbolizaba una separación de aquellos que se consideraban fuera del pacto de Dios.
¡Pero Jesús tomó esta idea judía y le dio la vuelta! Sus discípulos estaban compartiendo la Buena Nueva con los judíos. Entonces les decía: si los judíos rechazaban su mensaje… ¿¡Trátenlos como gentiles!?
Pon esto en el contexto de lo que estamos aprendiendo en Hechos. Se está formando una nueva comunidad de Dios. Ahora son judíos junto a gentiles, ¡impensable! Aún más impensable es el hecho de que ¡habia más gentiles que judíos! No porque Dios esté en contra de los judíos, sino porque los judíos están rechazando a Dios.
Entonces Pablo toma una cosa judía: sacudir el polvo de los territorios gentiles. Y le da la vuelta: ¡sacúdete el polvo de los territorios judíos y vete a los gentiles! Es así como Hechos 18 responde a nuestra pregunta: ¿Cuándo deberíamos “sacudir el polvo” y seguir adelante?
La respuesta es cuando la persona tiene el corazón terco y no está dispuesto a escuchar. Dios no impondrá Su verdad a nadie, nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Esto es tan difícil cuando se trata de alguien a quien amamos. Por eso Jesús siempre decía: “el que tiene oídos para oír, que oiga…” Esas son las personas; las que oyen, en las que Jesús invirtió su tiempo, energías y más. Lo vemos en un tipo llamado Apolos.
Apolos era un maestro talentoso, pero carecía de una comprensión completa del evangelio. Sin embargo, su corazón enseñable nos muestra que los dones de una persona no son el factor principal para la inversión, sino su voluntad de aprender y crecer.
Terminamos el sermón saltando hasta el final del capítulo y mirando a Apolos. Este es un ejemplo de un tipo que está listo para que se invierta en él. Es por una cualidad que tiene que simplemente llamaremos “El factor Apolos”. A ver si puedes detectarlo
Hechos 18:24-26 (NTV) Mientras tanto, un judío llamado Apolos—un orador elocuente que conocía bien las Escrituras—llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto. 25 Había recibido enseñanza en el camino del Señor y les enseñó a otros acerca de Jesús con espíritu entusiasta y con precisión. Sin embargo, él solo sabía acerca del bautismo de Juan. 26 Cuando Priscila y Aquila lo escucharon predicar con valentía en la sinagoga, lo llevaron aparte y le explicaron el camino de Dios con aún más precisión.
En primer lugar, este hombre tenía dones increíbles: orador elocuente, conocía bien las Escrituras y enseñó a otros acerca de Jesús con un espíritu entusiasta y con precisión. ¿Quién no querría esos dones? Algunos lo llaman el factor “X” o “ese algo especial”. Nosotros lo llamaremos “el factor Apolos”.
Pero no es el factor Apolos lo que lo hizo digno de que Priscila y Aquila invirtieran su tiempo y energías en él. Te explico el Factor Apolos. Este hombre tenía un corazón enseñable (oídos para oír). A pesar de todos sus dones, se había perdido algo importante. El “sólo sabía del bautismo de Juan”. No estoy exactamente seguro de lo que esto significa. Quizás no entendió que el bautismo de los creyentes es diferente.
Priscila y Aquila le mostraron lo que le faltaba, y el escuchó. Nada de sacudir el polvo, nada de seguir adelante, sino dos cosas: primero, lo llevaron aparte (no le tiraron tomates podridos durante su sermón ni lo abuchearon o avergonzaron). Segundo, le explicaron el camino de Dios de una manera clara y más exacta.
Lo sobresaliente que vemos aquí es que Apolo tuvo la actitud de corazón de recibir instrucción. Eso hace que valga la pena invertir en una persona. Y contigo, ¿vale la pena invertir tiempo y energía?
Dios respeta la elección humana y no impone su verdad a nadie, así que nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Cuando alguien tiene un corazón terco y reacio, que rechaza la verdad, es hora de seguir adelante.
Necesitamos terminar con una observación más sobre sacudir el polvo y “seguir adelante”. Esta expresión simboliza aceptación y responsabilidad. Quiere decir que yo, como portador del evangelio, acepto que hice mi parte: compartí la verdad. Ahora tú, al que le comparto, eres responsable de rechazarla.
Suena tan definitivo y tan duro. Puede que digas que no suena como el Jesús que conoces. Pero si porque cada quien tiene la responsabilidad de aceptar o rechazar el evangelio de salvación. Sin embargo mira esto:
Hechos 18:19-21 (NTV) Primero se detuvieron en el puerto de Éfeso, donde Pablo dejó a los demás. Mientras estuvo en Éfeso, fue a la sinagoga para razonar con los judíos. 20 Le pidieron que se quedara más tiempo, pero él se negó. 21 Al irse, sin embargo, dijo: «Si Dios quiere, regresaré». Entonces zarpó de Éfeso.
Este es el hombre que se sacudió el polvo de la ropa y dijo: “De ahora en adelante iré a predicar a los gentiles”. (v6). 13 versículos después está de regreso en la sinagoga, compartiendo nuevamente con los judíos. Esto refleja el corazón de Dios por las personas. Quiere que todos escuchen. Sigue dándole oportunidades a la gente.
La verdad es que nunca “seguimos adelante” del todo, ni siquiera con un familiar que ha rechazado a Jesús o con un compañero de trabajo con el que has intentado compartir el evangelio. Mucho menos con alguien con un corazón testarudo y rebelde en temas candentes. Dios siempre puede cambiar un corazón. Por eso no quemamos puentes, incluso después de haber dicho o hecho todo lo que podamos. Sacudir el polvo no significa darse por vencido con alguien; significa reconocer cuándo redirigir tus esfuerzos y volver a hablarle de Jesús en otro momento. Pablo lo dijo más tarde así:
2 Corintios 5:20 (NTV) Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!».
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Alguna vez has estado en una situación en la que alguien se negó a escuchar un consejo o la verdad que intentabas compartir? ¿Cómo te sentiste y cómo respondiste?
- Lee Lucas 9:5. ¿Por qué crees que Jesús instruyó a sus discípulos a sacudirse el polvo de los pies cuando fueran rechazados? ¿Qué simboliza este gesto?
- Lee Hechos 18:24-26. ¿Qué cualidades hicieron que valiera la pena invertir en Apolos? ¿Por qué es tan importante tener un corazón enseñable para el crecimiento espiritual?
- ¿Cómo sabes cuándo es el momento de “sacudir el polvo” y dejar de compartir el evangelio con alguien? ¿Puedes pensar en una ocasión en la que tuviste que tomar esta decisión?
- ¿Por qué es importante evitar quemar puentes, incluso cuando sentimos que hemos hecho todo lo posible?
- Reflexiona sobre tu propio corazón: ¿eres de mente abierta y enseñable como Apolos? ¿En qué área podrías invitar a alguien para que te ayude a crecer?
- ¿Cómo te inspira 2 Corintios 5:20 a abordar el tema de compartir el evangelio, incluso en situaciones difíciles?