¡Feliz Día de la Madre! Hoy celebramos a las increíbles mujeres que dan forma a nuestros hogares con amor, fuerza y fe. Pero seamos honestos: el Día de la Madre puede traer emociones encontradas. Algunos de nosotros sentimos alegría y gratitud, mientras que otros sentimos el peso de la pérdida, el arrepentimiento o la decepción. Y eso está bien. La verdad es que no hay mamás perfectas, ni hijos perfectos, y definitivamente no hay familias perfectas.
Te hago una pregunta: ¿Alguna vez has visto una familia que hace las cosas totalmente diferente a la tuya? La realidad es que sólo conocemos lo que hemos visto, las familias de las que hemos formado parte. ¡Y todos somos un poco (o mucho) disfuncionales! Así que, por defecto, trasladamos esta disfunción a nuestros matrimonios.
Favorablemente, hoy veremos tres características de una familia “saludable.” Lo importante en esta clase de familias, no es lo que comen o como se visten sino: ¿Cómo interactúan los padres? ¿Cómo son los hijos? Y ¿dónde está Dios en todo esto?
Pero primero, para que todos nos sintamos un poco mejor con nosotros mismos, veamos algunas familias de las Escrituras que eran más desastrosas que la tuya. Incluso en la Biblia, las “primeras familias” estaban llenas de celos, rivalidad, engaño, traición y desintegración. Desde Adán y Eva hasta David y Betsabé, e incluso los propios discípulos de Jesús, la disfunción familiar no es un problema moderno, sino humano. Pero la buena noticia es esta: Dios no busca familias perfectas. Busca personas dispuestas a confiar en Él en medio de la adversidad.
La familia de Adán y Eva
Te resumo los eventos clave en esta familia: Caín, el hijo mayor, tuvo celos de su hermano menor Abel, cuya ofrenda fue aceptada por Dios mientras que la de Caín no. En un ataque de ira y celos, Caín asesinó a Abel. Más tarde, a Adán y Eva les nació otro hijo llamado Set, y el linaje redentor de Dios continuó a través de él.
Veamos las cualidades disfuncionales en esta familia: celos e inseguridad. Eso lo vemos en la reacción de Caín ante el favor de Dios para Abel. También se ve la incapacidad para controlar la ira que condujo a Caín al asesinato. Además, se ve una falta de rendición de cuentas ya que Caín negó tener conocimiento del paradero de Abel.
La familia de Isaac y Rebeca
Los eventos clave: los hermanos gemelos Esaú y Jacob no podrían haber sido más diferentes. Esaú era un amante de la naturaleza, mientras que Jacob era tranquilo y prefería quedarse cerca de casa. Rebeca favoreció a Jacob y lo ayudó a engañar a Isaac para que robara la bendición de Esaú, creando un profundo conflicto familiar.
Las cualidades disfuncionales en esta familia: primero, vemos favoritismo de parte de los padres. Rebeca favoreciendo a Jacob, Isaac favoreciendo a Esaú. Segundo, el engaño y la manipulación están integrados en esta familia. Lo vemos en el plan de Jacob y Rebeca para engañar a Isaac y robarle la bendición a Esaú. Por último, vemos la confianza rota entre hermanos: Jacob le quitó la primogenitura y le robó la bendición a Esaú. Estos hechos provocan una división prolongada entre los gemelos y sus familias.
La familia de David y Betsabé
Los eventos clave: El rey David tuvo un amorío con Betsabé, que estaba casada con Urías. Para encubrirlo, David dispuso que Urías muriera en batalla. Su primer hijo murió como consecuencia, pero luego tuvieron a Salomón, quien se convertiría en rey. Más adelante en la vida de David, uno de sus hijos, Absalón, encabezó un golpe de estado contra él.
Las cualidades disfuncionales que vemos aquí: abuso de poder y lujuria evidentes en las acciones de David hacia Betsabé. Engaño y encubrimiento al David asesinar a Urías, esposo de Betsabe. Por último vemos el trauma familiar y las consecuencias del pecado en la muerte del niño y rebelión de Absalón entre otras cosas horribles que le pasaron a David.
La familia de Zebedeo (Santiago y Juan)
Eventos clave en esta familia: Santiago y Juan, dos de los discípulos más cercanos de Jesús, eran ambiciosos y de mal genio. En un momento, le pidieron a Jesús que hiciera descender fuego del cielo para destruir una aldea samaritana (Lucas 9:54). En otra ocasión, ellos intentaron asegurar las posiciones más altas de honor en el futuro reino de Jesús (Marcos 10:35-37), causando celos y tensión entre los otros discípulos.
Las cualidades disfuncionales en este último ejemplo: primero, orgullo y ambición. Buscaron un estatus especial sobre los demás. También, vemos impulsividad e ira. ¡Querían que cayera fuego del cielo cuando salieron a predicar y la gente no quería escucharlos! Sobretodo, vemos
ignorancia del liderazgo de servicio. Mal interpretaron la misión de humildad de Jesús. Él vino a servir, no ha ser servido como ellos querían serlo.
Esos son ejemplos de familias disfuncionales. Pero, ¿qué hay de las familias saludables? ¿Cómo se ven? ¿Existe alguna guía bíblica sobre cómo llegar a ser familias saludables? Pues sí. Aquí te damos tres características de una familia saludable:
Característica #1: Familias centradas en Jesús
Este es el Principio #1 de la serie “Guía de Supervivencia para la Crianza“. Pero va más allá de los padres. Es para toda la familia.
Cada familia se centra en algo ya sea dinero, educación, viajes, deporte, éxito y/o la familia. Pero pocos son los que centran sus vidas en Dios. Cuando Jesús está en el centro, hace que las familias funcionen. Primero, porque la Biblia se convierte en la guía de tu hogar. No es tu verdad contra mi verdad sino la verdad de Dios, y Su autoridad.
Segundo, el Espíritu Santo se convierte en la fuente de poder. Ya no se trata solo de tu mejor esfuerzo. Estar centrado en Jesús significa que el Espíritu Santo está EN ti y te capacita para hacer todo lo que viene. En mi familia esto se refleja de la siguiente manera: con respecto a nuestro tiempo, hicimos un verdadero compromiso con la comunidad de la iglesia a asistir a los servicios y a servir. Cuando se trata de las finanzas, nos sacrificamos para ser generosos en la iglesia y se lo hicimos saber a nuestros hijos. Les enseñamos que el dinero no es nuestro sino de Dios y que cuando le damos a Dios, le estamos diciendo que confiamos en Él en todas las áreas de nuestra vida.
Por último, con nuestro ambiente. Creamos un hogar centrado en Jesús modelando disciplinas espirituales como leer la Biblia y orar. También, lo hacemos entablando conversaciones diarias y escuchando música de alabanza.
Cuando una familia tiene a Jesús en el centro de su hogar llega a ser una familia saludable. Pero ojo: digo a Jesús no una religión. Muchos piensan que con ir a la iglesia los domingos y tratar de cumplir la lista de buenos cristianos es suficiente. No lo es. Tener a Jesus en el centro de nuestra familia es amar a Dios y vivir una vida que lo honre. Es llevar imprimido Su voluntad y mandatos en tu corazón y mente como las Escrituras nos lo demandan.
Deuteronomio 6:4-9 (NTV) »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. 5 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. 7 Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. 9 Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.
Característica #2: Esposos y esposas que eligen el amor
Este es el Principio 1 de nuestra serie Principios basicos del Matrimonio. La relación más importante en el hogar es la que existe entre mamá y papá. Los niños lo notarán. Esto es saludable. Las familias fuertes se construyen sobre matrimonios fuertes. Cuando los padres priorizan la conexión, emocional, espiritual y física, los niños se sienten seguros y las relaciones florecen. Esto les enseña cómo es tener una relación amorosa.
Esto puede ser tan simple como pasar tiempo en el sofá. Esto comenzó desde que los niños eran pequeños y pasamos y seguimos pasando tiempo en pareja en el sofá casi todas las noches. ¡Cada vez que mostramos afecto, nuestros hijos vienen corriendo para ser parte de los cariñitos!
La cultura moderna describe el amor como un sentimiento que va y viene. Muchas parejas usan este estándar poco realista para medir la calidad del amor en su matrimonio. La Biblia pinta una imagen diferente del amor conyugal: El amor es una decisión, no solo un sentimiento. El amor se basa en una promesa y está representado por nuestros votos matrimoniales.
La analogía definitiva del amor es cómo Cristo ama a su iglesia. Dio su vida por su “esposa” aunque no tenía ganas o ya no lo sentía después de haberse ofrecido a morir por ella.
Efesios 5:25-26 (NTV) Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella 26 a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios.
Característica #3: Padres y madres que transfieren la responsabilidad
Esta es la ley fundamental de la crianza: Los padres saludables transfieren la responsabilidad de la vida y las decisiones de sus hijos a lo largo de 18 años. Eso es ser padres saludables en la crianza de sus hijos.
Tristemente, hay otras dos opciones un tanto extremas en la crianza de los hijos y que pueden llegar a ser tóxicas. La primera, son los padres controladores que nunca dejan que sus hijos tomen decisiones (autoritarios). La segunda, padres desinteresados a quienes no les importan las decisiones de sus hijos.
Por el contrario, un padre saludable sabe cómo transferir la responsabilidad adecuadamente a lo largo de los años. Esto funciona así:
- Etapa infantil: los padres son los dueños en un 90%
Esto quiere decir que el nivel de control y responsabilidad que tienen los padres en esta fase de desarrollo de un niño es casi total ya que este aún no puede tomar decisiones por sí mismo ni ser independiente.
- Etapa primaria: padres 70/30
En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar cierta independencia, pero aún dependen en gran medida de sus padres para la toma de decisiones importantes, el aprendizaje de valores y la supervisión de su desarrollo. El “70/30” indica que los padres todavía tienen la mayor parte del control (70%), pero los niños empiezan a participar más activamente (30%) en sus propias elecciones y responsabilidades.
- Al final de la secundaria:
El estudiante debería ser dueño de sí mismo en un 90%. Los padres transfieren la responsabilidad académica: ahora ellos gestionan las tareas, los hábitos de estudio y las calificaciones. Los padres les permiten administrar más su tiempo, por ejemplo, manteniendo un balance con el trabajo, amigos y responsabilidades. Les enseñan administración financiera a través de trabajos de medio tiempo, presupuestos o cuentas bancarias.
Los involucran en la toma de decisiones familiares y en las conversaciones importantes de la vida para fomentar la madurez. Pasan de la disciplina al diálogo: de imponer consecuencias a orientar la toma de decisiones. La disciplina debe ser constante y con propósito, buscando formar el carácter en lugar de simplemente exigir obediencia. ¿Sabes qué pasará cuando cumpla la mayoría de edad? Llegará a ser un adulto saludable. Pero para que esto suceda, tu padre y madre deben enseñarle cómo.
Proverbios 22:6 Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.
Que nuestras familias no sean como las tóxicas y disfuncionales que vimos al principio del mensaje. Al contrario, mi deseo es que lleguemos a ser familias saludables poniendo en práctica las 3 características que aprendimos hoy para ser la familia saludable que Dios quiere que seamos. Debemos ser una familia que ponga las pautas para los demás hogares. A la misma vez, estaremos sentando las bases para que nuestros hijos tengan hogares saludables también cuando les toque formar una familia. Pero todo empieza contigo desde hoy.
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