Fe y Crecimiento

La Biblia representa a cada ser humano de pie delante de Dios en su tribunal. Esta poderosa imagen nos muestra lo desesperante que es nuestra necesidad de ayuda.

De la serie: Expiación. Un de las imágenes más poderosas en la Biblia es la del tribunal. Dios es representado como el juez y todos los seres humanos están delante de él para ser juzgados. Sí esta imagen parece intimidante, es porque debería serlo. Cuando los humanos están delante del juicio de Dios, tenemos un problema: pecado.

Nuestro pecado nos hace culpables

El pecado humano nos hace culpables delante de Dios. Cada vez que pecamos, estamos rompiendo la ley de Dios. Cada vez que decimos una mentira, guardamos rencor en nuestro corazón, o codiciamos algo que le pertenece a alguien más, estamos pecando. Y cada pecado le agrega más a nuestra culpa delante de Dios.

Romanos 3:19-20 Obviamente, la ley se aplica a quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que todo el mundo es culpable delante de Dios. Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.

Muchos piensan en la ley de Dios como una escalera para trepar. Sí son los suficientemente buenos o morales, entonces serán aceptables para Dios. Este no es el propósito de la ley. La ley de Dios (sea que pensemos en los mandamientos del Antiguo Testamento o la ley escrita en nuestros corazones) está para mostrarnos lo pecador que somos y lo mucho que necesitamos de un Salvador.

Jesús fue condenado en nuestro lugar en la cruz

La buena noticia de la expiación es que Jesús vino a quitar nuestra culpa. Imagina que estás en el tribunal, viendo a Dios el juez. Él está por darte la sentencia de culpable cuando Jesús interviene y ofrece tomar tu castigo.  A pesar de que justamente eres culpable, pero por su gran amor que te tiene, Jesús tomará tu castigo, que es la muerte. Y porque Dios te ama, aceptará esa oferta. Así es como la Biblia describe este proceso:

Romanos 5:6-8 Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Al morir por la humanidad en la cruz, Jesús hizo posible que recibamos perdón de pecados. Como un resultado, una vez que alguien pone su fe en Jesús, sus pecados son perdonados y los cargos en contra de ellos son quitados, para continuar con la metáfora legal.

Colosenses 2:14  Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz.

Podemos vivir en justicia

La Biblia enseña que Dios no paró el proceso en el perdón. Dios también hace un gran intercambio con las personas cuando se hacen cristianas. En la salvación, lo pecador de una persona es transferido a Jesús y la justicia de Jesús es transferida a esa persona.  

2 Corintios 5:21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.

A esto comúnmente se le llama el Gran Intercambio. Se les da crédito a las personas por la justicia de Jesús. Cuando Dios los mira, no mira su pecado sino la buena obra de Cristo.

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. Lee Romanos 3:19-20. ¿Por qué seguir la ley de Dios no nos puede traer a la salvación?
  4. ¿Por qué crees que a las personas se les hace difícil aceptar el hecho de que Jesús tomó nuestro castigo y que no hay nada que podamos hacer para obtener perdón?
  5. Lee 2 Corintios 5:21. Explica el Gran Intercambio.
  6. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

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