La teología –el estudio de Dios y su verdad– sólo es posible porque Dios se ha revelado. De lo contrario podríamos saber muy poco acerca de Dios. Por tanto, el tema de la revelación de Dios es un buen punto de partida para la reflexión teológica. Dios se ha dado a conocer a los seres humanos de tres maneras principales.
Revelación general
Dios se ha revelado a través de la creación que ha hecho. A esto se le llama revelación “general”. Salmos 19:1-4 describe cómo “Los cielos proclaman la gloria de Dios…”. Romanos 1:19-20 declara que los seres humanos deben comprender la existencia y el poder de Dios “Por medio de todo lo que Dios hizo”. Si bien la creación puede revelar bastante acerca de Dios, muchos de sus atributos no pueden discernirse del orden creado. La creación no puede revelar la naturaleza Triuna de Dios ni la encarnación de Jesús. Mirar la grandeza de los cielos no puede ayudarnos a entender cómo estar bien con Dios.
La biblia
En contraste con la revelación general, la Biblia se considera “revelación especial”. Considera nueve verdades importantes acerca de la Biblia como la Palabra de Dios.
Inspiración: Cada libro de la Biblia tiene dos autores: divino y humano. Dios no dictó las palabras de la Biblia a sus autores humanos, sino que trabajó a través de la propia personalidad, intelecto y cultura de cada autor para que cada palabra escrita por el ser humano sea también la propia palabra de Dios (2 Tim 3:16;2 Pedro 1:21). Por ejemplo, Jesús citó las palabras de David en el Antiguo Testamento y las atribuyó al Espíritu Santo (Marcos 12:36).
Inerrancia: En sus manuscritos originales, la Biblia no afirma nada que sea contrario a los hechos. Siempre dice la verdad. La Biblia no habla sobre todos los temas imaginables, pero donde quiera que hable, lo que diga sobre cualquier tema será verdad. Esto refleja el carácter de Dios, porque Dios no puede mentir (Hebreos 6:18).
Autoridad: Debido a que la Biblia es la palabra de Dios, es nuestra fuente suprema de verdad. Esto hace que la Biblia sea nuestra autoridad final sobre lo que creemos y cómo vivimos. No creer en la Biblia es no creer en Dios (Lucas 24:25). Desobedecer la Biblia es desobedecer a Dios (2 Pedro 3:2).
Fiabilidad: ¿Se ha corrompido la Biblia? ¿Se han eliminado verdades importantes de sus páginas? Aunque no tenemos manuscritos originales de la Biblia, tenemos motivos para confiar en la confiabilidad de las Biblias que tenemos. Nuestra confianza se basa en tres factores. El primero es el meticuloso proceso de transmisión. Los escribas que copiaron la Biblia observaron normas muy estrictas de exactitud. Debido a esto, cualquier error cometido al copiar es claramente identificable como lapsus calamis o sea errores no intencionales del escriba, y nunca se ha demostrado ninguna corrupción intencional. En segundo lugar, considera la coherencia de los manuscritos durante largos períodos de tiempo. Por ejemplo, cuando fue descubierto, el rollo de Isaías de los Rollos del Mar Muerto era anterior al manuscrito de Isaías más antiguo existente en casi 1,000 años. Sin embargo, los dos son casi idénticos, con sólo diferencias triviales. El tercer factor que genera confianza es la abundancia de evidencia manuscrita disponible. Existen miles de manuscritos de la Biblia, algunos muy antiguos. Al comparar manuscritos, se puede establecer un texto confiable.
Claridad: No todo lo que hay en la Biblia es igualmente claro o fácil de entender. Pero los autores de la Biblia esperaban que la gente fuera capaz de entender sus palabras y actuar en consecuencia (Deuteronomio 6:6-7). Todo lo que una persona necesita para la salvación y la vida cristiana puede ser entendido por cualquiera que lea la Biblia, si pide la ayuda de Dios y está dispuesto a seguirla.
Necesidad: Necesitamos la Biblia. Sin ella, nadie puede saber cómo estar bien con Dios, cómo mantener una relación con él, o lo que Dios manda o desea de nosotros (Mateo 4:4;Salmos 119:1;1 Juan 5:3).
Suficiencia: La Biblia es suficiente. Contiene todo lo que necesitamos que Dios nos revele para nuestra salvación eterna (2 Timoteo 3:15), Necesitamos cualquier otra cosa para conocer y confiar en Dios o para obedecerle (Salmos 119:9; 2 Timoteo 3:17). Podemos estar completamente satisfechos con la Biblia. No necesitamos depender de otras fuentes de verdad o guía igual a la Biblia, para cualquier asunto sobre el cual la Biblia habla.
Eficacia: La Biblia tiene poder para cumplir los propósitos de Dios (Isaías 55:10-11). Más que simples palabras en una página, la Biblia transmite el poder del Espíritu Santo a la vida del lector (Hebreos 4:12). Transforma la mente y el corazón (Salmos 19:7-11) y equipa a las personas para conocer y vivir para Dios (2 Timoteo 3:16-17).
Canonicidad: ¿Está completa la Biblia tal como la tenemos ahora? La palabra “canon” significa regla o estándar. La canonicidad se trata de si un libro que dice ser Escritura cumple con ese estándar. Por lo general, un libro se incluía en el canon basándose en dos pasos. La iglesia primitiva no creó el canon de las Escrituras pero reconoció la inspiración divina de ciertos libros y rechazó otros, basándose en cinco pruebas.
- Universalidad. ¿Reflejaban los escritos en cuestión la visión unificada de todo el cuerpo de cristianos?
- Origen apostólico. ¿Fue escrito por un profeta o apóstol conocido, o por un colaborador cercano que refleja la perspectiva del apóstol?
- Ortodoxia. ¿Las doctrinas y los valores expresados son consistentes con el resto de las Escrituras (Deuteronomio 13:1-3)?
- Eficacia divina. ¿Tuvo el mensaje del libro un poder transformador en la experiencia de las personas?
- Antigüedad. ¿Se originó en tiempos bíblicos o fue compuesto mucho después?
La autorrevelación de Dios en Jesucristo
La forma final y definitiva en que Dios se ha revelado a la humanidad es a través de Jesucristo. En él, Dios se hizo humano y vivió entre nosotros.Juan 1:18 explica que nadie ha visto jamás a Dios, pero Jesús “nos ha revelado a Dios”. Jesús dijo a sus discípulos: “Los que me han visto a mí han visto al Padre” (Juan 14:8-9).Hebreos 1:1-3 explica que, si bien Dios se dio a conocer en el pasado a través de los profetas, “en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo”, porque Jesús “irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios”. Por tanto, la mejor manera que tiene Dios de darse a conocer no es la Biblia, sino la persona de Jesucristo.
El estudio de la teología comienza con la revelación de Dios. La Biblia es la forma en que sabemos quién es Dios, porque la Biblia revela la mente, el corazón y la voluntad de Dios. También revela la persona y obra de Jesucristo, quien es la más alta revelación de Dios. La teología sólida se basa en lo que la Biblia dice como la última palabra sobre lo que creemos y enseñamos.