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¿Qué piensa Dios sobre las mujeres?
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Puntos de conversación:
- La primera bendición de Dios fue la igualdad: creó a las mujeres y los hombres a la imagen de Dios, haciéndolos iguales en dignidad y valor. Mucha gente cree erróneamente que la Biblia enseña que las mujeres son menos valiosas que los hombres.
- La segunda bendición de Dios fue la diferenciación: creó a las mujeres diferentes a los hombres a propósito para que pudieran complementarse. Parte de esta bendición es el llamado a los hombres a ser líderes servidores de las mujeres.
- Las bendiciones llegan cuando los hombres se someten a Dios y dicen la verdad. Las maldiciones vienen cuando los hombres se hacen a un lado y no lideran.
Adaptado de la Semana 3 de Antropología: (haga clic para 5 características de una mujer según Proverbios 31)
Hoy responderemos la pregunta: ¿Qué piensa realmente Dios de las mujeres? La cultura suele decir que el cristianismo bíblico degrada y menosprecia a las mujeres, pero ¿es eso cierto? Para algunas iglesias eso es cierto y esto muestra que existe una masculinidad tóxica. Pero la respuesta bíblica es clara: Dios ama a las mujeres y desde el principio ha trabajado para bendecirlas.
Juan 10:10 (NTV) El propósito del ladrón es robar, matar y destruir. Mi propósito es darles una vida rica y satisfactoria.
Ese propósito refleja el corazón de Dios por la humanidad en Génesis capítulos 1-2. Pero mira cómo el ladrón (Satanás) está trabajando en contra de este plan, ¡y también lo ha estado haciendo desde el principio! Lo veremos hoy en Gen capitulo 3. Empero, mucha gente piensa que la Biblia rebaja y denigra a las mujeres. Esto es lo que se esperaría de un documento antiguo, que refleja antiguas normas sociales.
Aquí te damos algunos ejemplos de estas normas sociales antiguas. El primer ejemplo viene de un antiguo proverbio sumerio (hacia 2100 a. C.). Este dice: “La mujer es una trampa, un agujero, una zanja.” “La mujer es una daga de hierro afilada que corta el cuello de un hombre”.
Otro ejemplo lo vemos en Timeo de gran filósofo Platón (alrededor de 360 a. C.). Dice: “Y si un hombre viviera bien… y según la suerte que le correspondiera… lo volverán a hacer hombre en su próxima encarnación… pero si vivió cobardemente y una vida injusta… le hacen mujer.”
Otro gran filósofo es Aristóteles. Él escribió lo siguiente en Política (hacia 330 a. C.): “El hombre es superior por naturaleza y la mujer inferior; uno gobierna y la otra es gobernada”.
Sin embargo, hoy veremos que desde el primer capítulo de la Biblia, Dios comienza con una declaración opuesta al pensamiento antiguo. Eso es increíble si lo piensas. El propósito de Dios desde el principio fue darles a las mujeres una vida plena y abundante. La palabra para esto es “bendición”, y la vamos a dividir en dos partes.
La primera bendición de Dios fue la igualdad: creó a las mujeres y los hombres a la imagen de Dios, haciéndolos iguales en dignidad y valor.
Mucha gente cree erróneamente que la Biblia enseña que las mujeres son menos valiosas que los hombres. Hasta algunas iglesias cristianas tienen esta mentalidad errónea. Creen que masculinidad significa ser el macho alfa que manda a la mujer y la mujer tiene que decir sí a todo lo que él le dice. Esta es una masculinidad tóxica y no bíblica. Leamos lo que dice Dios sobre la igualdad entre hombres y mujeres:
Génesis 1:26-27 (NTV) Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. … 27 Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó.
Ante Dios todos valemos lo mismo, tanto hombres como mujeres tenemos el derecho a la dignidad y a ser valorados. Por si no sabían, este es el tema #3 titulado “Imago Dei” de la serie La búsqueda. Imago Dei simplemente significa a la imagen de Dios. Esto significa que somos como Dios en ciertas maneras, como mentalmente. En otras palabras tenemos la capacidad de pensar y crear. También de una manera relacional ya que fuimos diseñados para estar en relación con los demás. Sobre todo, somos semejantes a Dios de una manera espiritual porque hay una parte de nosotros que vive para siempre.
Imago Dei es también una referencia a la responsabilidad de la humanidad de “reinar” y representar a Dios ante el resto de la creación. Eso aplica a todos nosotros: hombres y mujeres. Pero no a los animales. Somos diferentes del resto de la creación porque nosotros somos hechos a la imagen de Dios.
Imago Dei nos distingue porque nos muestra que las personas le importan a Dios, tanto los hombres como las mujeres. De hecho, una y otra vez la Biblia eleva a las mujeres al mismo nivel que los hombres, algo impactante para la literatura antigua.
Por ejemplo, en el Antiguo Testamento tenemos Mujeres héroes. Tenemos a Ester, Débora, Noemí, Rahab, Ana, Abigail y muchas más. En el Nuevo Testamento tenemos a María, Ana, María Magdalena, Marta, Priscila, Lidia, Febe, etc,
Además, las mujeres fueron las primeras testigos de la resurrección y se les asignó la importante tarea de proclamar la buena nueva a los discípulos. Dios valora tanto a la mujer que hasta se preocupó por su situación financiera, por ejemplo en el caso de los Derechos de propiedad.
En general, la herencia pasaba por la descendencia masculina. Los hijos heredaban tierras, dinero y otros bienes de sus padres. Este sistema fue diseñado para mantener la propiedad dentro de la línea familiar paterna y garantizar la estabilidad económica de las familias. Pero en los planes de Dios, las mujeres contaban. Consideremos las hijas de Zelofehad (Números 27):
Números 27:4 (NTV) ¿Por qué debería desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su clan solo porque no tuvo hijos varones? Dennos una porción de terreno entre el resto de nuestros parientes».
Dios no sólo concedió su pedido de tierra, sino que también le ordenó a Moisés que la hiciera parte de la ley para todo Israel: ¿¡las hijas tendrían derechos de herencia!? Entonces, para que quede claro, la primera bendición de Dios a la humanidad fue la igualdad. Él creó a las mujeres y a los hombres a imagen de Dios, haciéndolos iguales en dignidad y valor.
La segunda bendición de Dios fue la diferenciación: creó a las mujeres diferentes a los hombres a propósito para que pudieran complementarse. Parte de esta bendición es el llamado a los hombres a ser líderes servidores de las mujeres.
La visión original de Dios para la mujer y el hombre era la asociación. Mejor dicho, somos un equipo y tenemos una armonía. Creó un entorno en el que debían prosperar juntos. La imagen era armoniosa en Gen 1.
Aquí hay un resumen de este capítulo. Dios hizo con sus manos a Adán y creó a los animales y fue bueno. Mas faltaba algo. Dios hizo a Eva y encargó a Adán y Eva que se reprodujeran. Dios les dijo fructifiquense y multiplíquense; llenen la tierra. Les dirijo que gobernaran sobre la creación. También les dijo que disfrutaran cuando les dijo que comieran los alimentos que Dios les había proporcionado. ¡Luna de miel! Ahora todo estuvo “muy bien”
Pasamos a Génesis 2 y da más detalles al relato de Gen 1. Es interesante. Este capítulo hace un énfasis en la provisión de Dios, preparando el ambiente para los humanos. Luego vemos esta secuencia: Dios hizo a Adán del polvo (Génesis 2:7). Sopló aliento de vida en la nariz del hombre y el hombre se convirtió en una persona viviente. Dios puso a Adán en el jardín. En otras palabras, les dio provisión y propósito (Génesis 2:15). Sin embargo, Dios le dio a Adán una orden.
Génesis 2:16-17 (NTV) pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás»
Después Dios hizo a Eva. En otras palabras, primero Dios le dio el mandato de no comer del fruto del árbol del bien y del mal. Luego hizo a Eva para que él la protegiera del castigo, enseñándola y guiándola a no romper el mandato dado por Dios.
La enseñanza de este versículo es que los hombres de Dios se someten a Él y luego el guía su casa con amor. Esto es parte de la bendición de lo que llamamos la diferenciación. Dios creó a los hombres para que se involucren activamente con Dios y con los demás.
Muy diferente a la mentira de hoy en dia de que la iglesia es para mujeres
Entonces, ¿qué sucede cuando los hombres no logran mantenerse comprometidos e involucrados con Dios y con los demás? La bendición de Dios da paso a una maldición.
Veámoslo:
Las bendiciones llegan cuando los hombres se someten a Dios y dicen la verdad. Las maldiciones vienen cuando los hombres se hacen a un lado y no lideran.
Génesis 3:1 (NTV) La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?
Nota que lo primero que hace el enemigo en el mundo: atacar el modelo de Dios (los hombres se someten, luego lideran con amor)
Génesis 3:6 (NTV) La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.
¿Has notado esto antes? ¡El hombre estaba allí! Fue pasivo, no intervino para que la mujer no fuera engañada. Ella comió primero y luego se lo dio. Aquí está el resultado de la maldición del pecado:
Génesis 3:16 (NTV) Luego le dijo a la mujer: «Haré más agudo el dolor de tu embarazo, y con dolor darás a luz. Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti».
Miremos la maldición versus la bendición.
- Bendición: fructifiquense y multiplíquense.
- Maldición: será doloroso dar a luz
- Bendición: gobernar juntos, dos se vuelven uno (armonia)
- Maldición: hostilidad – querrás controlar a tu marido
Dios le dijo a la mujer que su marido la gobernará y esto es lo que causa la hostilidad. Se ha convertido en una lucha donde el hombre no quiere someterse a Dios y la mujer no quiere someterse al hombre. Recordemos que la sumisión es para protección y no humillación. Algo que tiene que quedar en claro es que tanto mujeres como hombres quedaron rotos a causa de la caída. Hoy en día es mucho más fácil hablar de masculinidad tóxica que de feminidad tóxica. Pero (lo siento mamás), las mujeres están tan rotas como los hombres.
Para recapitular en este punto: las bendiciones llegan cuando los hombres se someten a Dios y dicen la verdad. Las maldiciones vienen cuando los hombres se hacen a un lado ya sea por pereza, debilidad, irresponsabilidad, etc. y no lideran.
Adán y Eva pecaron cuando creyeron una mentira y elevaron sus deseos por encima del mandato de Dios. El resultado fue una maldición. En lugar de armonía, ahora habría hostilidad entre los sexos.
Hombres, ¿quieren darles un regalo a sus hijos y esposas en el Día de la Madre? Toma en serio tu relación con Dios. Levántate al lugar que Dios te dio desde la creación. Toma tu lugar como cabeza de tu hogar. Crece en Dios sometiéndote a Él. Dirige y lidera tu hogar con amor.
Las buena noticia es que
A través de Jesús, la maldición se revierte y somos libres de regresar al plan original de Dios de bendecir a las mujeres y a los hombres).
Esta maldición no tiene la última palabra. Dios tenía un plan incluso en Génesis para lidiar con esta hostilidad entre mujeres y hombres. Estas buenas noticias, se ven insinuadas en el versículo anterior al 16:
Génesis 3:15 (NTV) Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».
La hostilidad es más profunda que la del hombre contra la mujer. Es el bien contra el mal. Y el bien triunfará. Eso es lo que dice este versículo. Está hablando de Jesús, de lo que haría. Nacería de una mujer. Satanás le golpearía el calcañar (crucifixión). Jesús se golpearía la cabeza (resurrección). La hostilidad puede terminar.
Entonces, ¿qué piensa realmente Dios acerca de las mujeres?
Dios ama a las mujeres y desde el principio ha trabajado para bendecirlas. Finalmente lo hizo a través de Jesús:
Gálatas 3:26-28 (NTV) Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Y todos los que fueron unidos a Cristo en el bautismo se han puesto a Cristo como si se pusieran ropa nueva. Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
Ver también:
- Serie Antropología
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cuáles son algunas de las cosas que has oído decir a la cultura sobre el trato que el cristianismo da a las mujeres?
- Explica “Imago Dei”. ¿Cómo habla esta verdad bíblica de la igualdad entre hombres y mujeres? Génesis 1:26-27
- Lee Génesis 2:18. La visión original de Dios para la mujer y el hombre era la asociación y la armonía. ¿Cuáles son algunas de las cosas del mundo actual que van en contra de esa visión?
- Explica los diferentes aspectos de la relación entre el hombre y la mujer y cómo pasaron de ser bendecidos a ser maldecidos. Génesis 3:6
- Lee Génesis 3:15. ¿Cuál es la buena noticia descrita en este versículo?
- Volviendo a leer la pregunta de hoy, ¿cómo la responderías después de esta conversación?
Si Dios es bueno, ¿por qué existe el mal?
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Puntos de conversación:
- Es fácil para nosotros cuestionar la bondad de Dios frente al mal, pero la vida de Jesús nos muestra que Dios es poderoso y compasivo. Él está a tu favor, no en tu contra. Mateo 8:2-3
- La mayoría de nosotros trazamos una línea sobre el pecado y le pedimos a Dios que se ocupe de los pecadores que están al otro lado de la línea, pero en realidad todos estamos en el lado equivocado de la línea; todos merecemos el juicio de Dios. Romanos 5:12
- En definitiva, Jesús es la respuesta al mal. Al morir en la cruz, ofrece una manera para que las personas sean salvas y perdonadas. Esto muestra cómo Dios aborda el problema del mal de una vez por todas. Romanos 5:6
A los escépticos y burladores les encanta desconcertar a los cristianos con esta pregunta: Si Dios es bueno, ¿por qué existe el mal? Los filósofos han planteado el problema de la siguiente manera:
- Si Dios es capaz de prevenir el mal, pero no está dispuesto a hacerlo, él mismo es malo.
- Si Dios está dispuesto a prevenir el mal, pero no puede, es impotente.
A primera vista, esta paradoja parece imposible de responder. Pero echemos un segundo vistazo a la Biblia y no sólo encontrarás sentido a esta difícil pregunta… encontrarás una respuesta que puede cambiar tu eternidad. Encontraremos la respuesta de hoy en 2 Pedro capítulo 3, y llegaremos a eso al final de la lección. Pero contextualicemos toda esta pregunta con este versículo:
2 Pedro 3:3 (NTV) Sobre todo, quiero recordarles que, en los últimos días, vendrán burladores que se reirán de la verdad y seguirán sus propios deseos.
Un “burlador” hace la pregunta sin querer realmente saber la respuesta. Ya han tomado una decisión y simplemente quieren contender y rechazarla. Un buscador genuino es diferente. Hace la pregunta de buena fe y tienen un corazón dispuesto a someterse a Dios. Espero que esta sea la actitud que tengas al abordar la pregunta de hoy.
Es fácil para nosotros cuestionar la bondad de Dios frente al mal, pero la vida de Jesús nos muestra que Dios es poderoso y compasivo. Él está a tu favor, no en tu contra.
Comencemos con la primera parte de la pregunta:
(Si) Dios es bueno.
Y por supuesto que Dios es bueno. ¡Esto lo sabemos con seguridad! Jesús nos mostró la bondad de Dios en su vida. Él nos dejó claro que Dios está a tu favor, no en tu contra. A través de su vida y enseñanzas, Jesús conmocionó al mundo religioso con su actitud hacia los perdidos y los no religiosos. Invitó a humildes pescadores y despreciados recaudadores de impuestos –no a expertos religiosos– a formar parte de su círculo íntimo. Y luego anduvo codeándose con borrachos, sanando a los endemoniados y tocando a los intocables. Jesús no evitó a los quebrantados y perdidos, los buscó. Aquí hay un ejemplo perfecto de su bondad:
Mateo 8:2-3 (NTV) De repente, un hombre con lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor—dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio. Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero—dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.
El leproso sabía que Jesús tenía la capacidad de sanar; simplemente no sabía si tenía la voluntad de hacerlo. Para la mayoría de las personas, es más fácil creer que Dios es poderoso que creer que es bueno. Pero aquí está la verdad: ¡él es ambas cosas! Consideremos cómo Jesús sanó al leproso: lo tocó. Eso era impensable en los días de Jesús.
Ahora a la segunda parte de la pregunta:
¿Por qué existe el mal?
Esta parte de la pregunta requiere algunas explicaciones. Pero considera esto: Dios sí erradica algo del mal. Ya verán porqué digo algo y no todo.
Génesis 6:5-8 (NTV) El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo. Entonces el Señor lamentó haber creado al ser humano y haberlo puesto sobre la tierra. Se le partió el corazón. Entonces el Señor dijo: «Borraré de la faz de la tierra a esta raza humana que he creado. Así es, y destruiré a todo ser viviente: a todos los seres humanos, a los animales grandes, a los animales pequeños que corren por el suelo y aun a las aves del cielo. Lamento haberlos creado». Pero Noé encontró favor delante del Señor.
Esta es la culminación del pecado en la tierra. Comenzó con Adán y Eva, luego Caín mata a Abel. Sigue con la perversión sexual descrita al comienzo del capítulo 6. ¡El mal abundaba (y abunda)! Dios dijo “¡Basta!”
Así que mandó un diluvio que arrasó con todo ser vivo, incluyendo al ser humano. Solamente se salvaron Noe y su familia y una pareja de cada especie de animal. Noé encontró favor delante de Dios (¿lo habrías hecho TÚ?). Así que con agua limpio la tierra de la maldad. Empero, pasaron los años y nos encontramos en la misma maldad.
Génesis 18:20-21 (NTV) Así que el Señor le dijo a Abraham: —He oído un gran clamor desde Sodoma y Gomorra, porque su pecado es muy grave. Bajaré para ver si sus acciones son tan perversas como he oído. Si no es así, quiero saberlo.
Creo que conocemos la historia de Sodoma y Gomorra. La gente allí vivía a su manera, dándole rienda suelta a sus deseos carnales. (Muy similar a nuestros días.). Había una depravación sexual entre toda la gente. Continuando con la lectura del Génesis 18, vemos que Abraham intercede por esas dos ciudades. Apela a la bondad de Dios cuestionando que si destruiría la ciudad si hubiera 50 justos entre los pecadores. No lo había. Abraham continúa negociando: 45, 40, 30, 20, 10 justos. Y para sorpresa y dolor de Abraham, no había ni siquiera 10 justos. Así que:
Génesis 19:24-25 (NTV) Enseguida el Señor hizo llover de los cielos fuego y azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra. Las destruyó por completo, junto con las demás ciudades y aldeas de la llanura. Así arrasó a todas las personas y a toda la vegetación;
Una vez más, Dios erradica con la maldad a una escala más pequeña que en los tiempos de Noe. En esta ocasión, solo se salvaron Lot y su familia, ¡menos de 5 personas! Y esto porque Lot era primo de Abraham.
Entonces, me pregunto: ¿es esto lo que Dios debería hacer siempre? Porque claro está, que el denominador común entre los dos escenarios de destrucción para erradicar la maldad es el ser humano.
Si Dios erradicara la maldad de una vez por todas, ¿te salvarías como Noé y Lot? La realidad es que todos merecemos el juicio. Mas Dios es tan bueno que no nos erradica o destruye por completo por amor. Por eso es que Dios destruye algo de la maldad y no toda de una vez por todas. Más nos indignamos y cuestionamos la bondad de Dios diciendo que si Dios fuera bueno no habría maldad. Esto lo hacemos, porque de cierto modo, creemos que nosotros no somos tan malos como otros.
La mayoría de nosotros trazamos una línea sobre el pecado y le pedimos a Dios que se ocupe de los pecadores que están al otro lado de la línea, pero en realidad todos estamos en el lado equivocado de la línea; todos merecemos el juicio de Dios.
Y es que marcamos una división imaginaria entre “ellos” y “nosotros”. A este lado de mi línea traza estamos los buenos. Al otro lado de la línea, están “ellos” los pecadores. Como nos creemos buenos, y consideramos a los demás pecadores, hasta nos atrevemos a pedirle a Dios que castigue a los pecadores. A veces, hasta oramos pidiendo protección para el lado de nuestra línea y juicio para los del otro lado. Mas no nos damos cuenta que todos somos pecadores desde el día que Adán pecó.
Romanos 5:12 (NTV) Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.
Lo que leímos son malas noticias para todos porque TODOS estamos en el lado equivocado de la línea; todos merecemos el juicio de Dios. Por consecuencia, Dios tiene todo el derecho de juzgarnos y erradicar el pecado y la maldad del mundo. Miremos lo que dice el apóstol Pablo al respecto:
2 Pedro 3:5-7 (NTV) …hace mucho tiempo Dios hizo los cielos por la orden de su palabra, y sacó la tierra de las aguas y la rodeó con agua. Luego usó el agua para destruir el mundo antiguo con un potente diluvio. Por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen han sido reservados para el fuego. Están guardados para el día del juicio, cuando será destruida la gente que vive sin Dios.
Lo que está diciendo Pedro es que la palabra de Dios es lo suficientemente poderosa como para crearlo todo. Esa misma palabra es lo suficientemente poderosa como para juzgarlo todo. ¡Algún día el mal será definitivamente eliminado!
Medita en eso por un minuto. Tan seguro como Dios creó todo, Dios juzgará todo. Si alguna vez has sentido que la gente que no sigue a Jesús no le pasa nada por su maldad, dejame decirte que un día se verán con Dios. Serán juzgados por él. Así que no guardes una raíz de amargura por esto. La venganza es del Señor. Si alguna vez has sido lastimado, usado, abusado, etc., Dios algún día lo arreglará. Él es justo. La justicia prevalecerá.
Nota algo clave aquí: Dios es el autor de la creación y de la justicia. Pero él no es el autor del mal.
Entonces, ¿por qué Dios no pone fin a todo lo malo? Bueno, no lo hace, y esta es la buena noticia. Terminamos el punto 1 diciendo que la mala noticia es que todos somos pecadores y merecemos ser juzgados y castigados. Sin embargo, hay esperanza porque…
En definitiva, Jesús es la respuesta al mal. Al morir en la cruz, ofrece una manera para que las personas sean salvas y perdonadas. Esto muestra cómo Dios aborda el problema del mal de una vez por todas.
Cuando Jesús murió en la cruz, llevó cautiva la maldad y el pecado. Esto es una buena noticia, porque aquellos que hemos confiado en Jesús para recibir nuestra salvación hemos sido perdonados de nuestros pecados. Jesús los llevó sobres si en la cruz del calvario y con su sangre derramada nos lavó. Así que, ahora, ya no somos sometidos a juicio aunque por naturaleza somos pecadores. Y este regalo de perdón y salvación es para todos sin importar quien sea. Dios quiere que todos vengan al arrepentimiento para ser salvos por el sacrificio de Jesús en la cruz. Por esa razón de amor es que él no termina con la maldad de una vez por todas.
2 Pedro 3:9 (NTV) En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan.
¡Pedro parece estar diciendo que Dios ni siquiera quiere que los burladores (algunos) sean destruidos! Por eso es que no cumple su promesa de erradicar el mal de una vez por todas. Dios no quiere que ninguno, pecadores o no, sean destruidos. Él quiere que todos acepten el sacrificio de su Hijo Cristo en la cruz y puedan arrepentirse y ser salvos como reitera Pedro:
2 Pedro 3:15 (NTV) Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. …
El mal existe porque la gente existe. El pecado es lo que quebró al mundo, y Dios está siendo paciente con las personas para darles la oportunidad de arrepentirse. Él podría erradicar el mal nuevamente, pero ¿qué pasaría contigo? La verdad es que Dios definitivamente trató con el mal en la cruz.
Romanos 5:6 (NTV) Cuando estábamos completamente indefensos, Cristo vino en el momento justo y murió por nosotros, los pecadores.
Si no te has arrepentido de tus pecados y no has puesto tu confianza en Jesús para ser salvo, hazlo hoy que todavía hay tiempo.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Antes de ver este tema, ¿cómo respondías la pregunta “¿por qué el mal todavía existe?” ¿Te considerarías un buscador, un escéptico o ambos? Explica.
- Comparte un momento en el que cuestionaste la bondad de Dios. ¿A qué conclusión llegaste, si es que llegaste a alguna?
- Lee Mateo 8:2-3 y 2 Pedro 3:9. ¿Qué dicen estos versículos sobre la naturaleza de Jesús y cómo nos impacta eso?
- Lee 1 Juan 1:8. ¿Cómo has sido culpable de minimizar tu propio pecado mientras juzgabas a otros por los de ellos? ¿Por qué es esta una práctica peligrosa?
- Si sentías que ya sabías la respuesta a la pregunta sobre el mal, ¿qué nuevos conocimientos has aprendido de este tema y cómo los aplicarás en tu vida en el futuro?
¿Habla Dios todavía a través de los profetas?
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Puntos de conversación:
- El significado de profeta en el Antiguo Testamento es diferente al del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, los profetas no eran simplemente adivinos, sino mensajeros elegidos por Dios para traer al pueblo de regreso a Él. Ezequiel 2:3-5
- En el Nuevo Testamento, sin embargo, la profecía adquirió un significado y un propósito completamente nuevos cuando el Espíritu Santo fue dado a cada creyente. Hechos 2:17-18
- Hay dos tipos diferentes de profetas: un profeta con “P” mayúscula que habla con autoridad de parte de Dios (Efesios 2:19-20) y un profeta con “p” minúscula que habla lo que Dios ya ha hablado (Efesios 4:11-12).
Algunas iglesias afirman tener profetas que hablan con autoridad en nombre de Dios. Pero ¿es eso realmente cierto ? Si no, ¿cómo escuchamos a Dios? La pregunta principal que contestaremos hoy es: ¿Habla Dios todavía a través de los profetas? O ¿es esto cosa del pasado? Para comenzar,leamos un un pasaje que parece responder a la pregunta:
Efesios 4:11 (NTV) Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros.
Basados en este versículo parece claro que sí, ¿verdad? Los profetas todavía existen. Entonces, las iglesias que dicen tener profetas y apóstoles ¿son las iglesias más bíblicas? No tan rápido. Analicemos este versículo. El significado de profeta en el Antiguo Testamento es diferente al del Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento, los profetas no eran simplemente adivinos, sino mensajeros elegidos por Dios para traer al pueblo de regreso a Él.
Estos profetas o mensajeros eran elegidos por Dios para ser su portavoz, para guiar, consolar, traer juicio y llamar a la gente a apartarse de su pecado y malas acciones y volver a Dios.
A continuación, hay algunos ejemplos de profetas del Antiguo Testamento. El primer ejemplo es Moisés. Casi todos conocemos la historia de Moisés y de como Dios lo uso para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
Éxodo 3:9-10 (NTV) ¡Mira! El clamor de los israelitas me ha llegado y he visto con cuánta crueldad abusan de ellos los egipcios. Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel.
Dios usó a Moisés para ser su portavoz. Lo llamó para ser el consolador y para llamar a libertad al pueblo. También fue escogido para ser el guía de su pueblo en su éxodo de Egipto. Moisés fue el profeta más grande del A.T.
Otro profeta es Ezequiel. Leamos cómo fue que Dios lo llamó:
Ezequiel 2:3-5 (NTV) «Hijo de hombre—me dijo—, te envío a la nación de Israel, un pueblo desobediente que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus antepasados se han puesto en mi contra hasta el día de hoy. Son un pueblo terco y duro de corazón. Ahora te envío a decirles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”. Ya sea que te escuchen o se nieguen a escuchar—pues recuerda que son rebeldes—, al menos sabrán que han tenido un profeta entre ellos.
Medita en esto: Dios está llamando a Ezequiel no a que haga un sin número de predicciones a la gente ni que adivine el futuro. Dios llama a Ezequiel para que vaya a su pueblo, Israel, y les recuerde que son su pueblo y los llame a volverse a Él. Ellos necesitaban oír lo que se les había dicho a las generaciones previas y de lo cual se habían olvidado. Ellos se habían vuelto rebeldes y necesitaban ser exhortados a regresar a los caminos de Dios. Así que Dios usó a Ezequiel para que sea su portavoz para que fuera a la gente por él.
El tercer ejemplo es el profeta Oseas.
Oseas 1:2 (NTV) Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: «Ve y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en prostitución. Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del Señor y al rendir culto a otros dioses».
Este llamado es un poco extraño y hasta cierto punto descabellado. Dios le dice, Oseas, te haré una metáfora viva para mi pueblo. Ve y cásate con una prostituta y ten hijos con ella. Esto era para mostrar cómo el, Dios, se sentía con la traición de su pueblo. Él consideraba a Israel como su esposa, la cuidaba, protegía y amaba, pero su pueblo, al igual que la prostituta, esposa de Oseas, lo dejaba y se iba por los caminos a prostituirse con cualquiera. Esta era una metáfora para representar lo que hacía Israel: se prostituían adorando otros dioses, dándole adoración y culto a ídolos. Entonces, Oseas, es usado para llamar al pueblo a apartarse de su horrendo pecado y advertirles que se regresará al Dios verdadero. En ninguna parte vemos que fue enviado a predecir el futuro.
El último profeta que veremos, es probablemente el más conocido por nosotros. Se trata del profeta Jonás. El capítulo 1 nos dice cómo fue el llamado de Jonás.
Jonás 1:1-2 (NTV) El Señor le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitai: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto lo perversa que es su gente».
Una vez más, al igual que con Ezequiel y Oseas, es llamado a advertir, esta vez no a Israel, pero a la gente de Nínive y anunciarles juicio.
En los ejemplos anteriores, hemos visto que Dios usó a sus profetas para consolar, guiar y exhortarlos a dejar su pecado y volver a él. No eran adivinos prediciendo riqueza a los oyentes. Al contrario, fueron palabras fuertes, algunas veces hasta de juicio como en el caso de Jonás.
Los profetas fueron el instrumento que Dios usó para que su pueblo volviera a él. Algunas veces sí recibieron revelaciones nuevas, como en el caso de Moisés que recibió los 10 mandamientos. Pero la mayoría de las veces, con los profetas postreros, los usaba para decir lo que ya Dios había dicho a través de otros profetas.
Así que ese era el papel de los profetas del AT, pero ¿qué en el Nuevo Testamento? ¿Cómo era la profecía y el papel de los profetas diferente en el NT?
En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo fue dado a cada creyente, y esto hizo que la profecía adquiriera un significado y un propósito completamente nuevos.
En el NT también tenemos profetas. Uno es Juan el Bautista. Juan el Bautista fue comisionado, similar a los profetas del AT, a llamar a la gente al arrepentimiento y a volverse a Dios. Pero su mayor llamado fue a preparar el camino para Jesus.
También vemos un par de profetas como Ágabo en Hechos 21. Es en este libro que se menciona por única vez.
Hechos 21:10-12 (NTV) Varios días después, llegó de Judea un hombre llamado Ágabo, quien también tenía el don de profecía. Se acercó, tomó el cinturón de Pablo y se ató los pies y las manos. Luego dijo: «El Espíritu Santo declara: “De esta forma será atado el dueño de este cinturón por los líderes judíos en Jerusalén y entregado a los gentiles”». Cuando lo oímos, tanto nosotros como los creyentes del lugar le suplicamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
Ágabo le da esta profecía de algo que pasará al apóstol Pablo. Así que todavía pasa algo de eso en el NT pero en general no vemos esa clase de profecía del AT en el NT. La razón es, y esto es muy importante, en el NT Dios le ha dado Su Espíritu Santo a todo creyente. En el AT, el Espíritu descendía en los profetas por un motivo específico. Pero en el AT, cada creyente recibe el Espíritu Santo. Esto fue prometido por Dios a través del profeta Joel y cumplido en el Día del Pentecostés.
Hechos 2:17-18 (NTV) “En los últimos días—dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos—hombres y mujeres por igual— y profetizarán.
No era una cosa de un momento específico. El Espíritu Santo mora dentro de todo aquel que ha recibido a Jesús. Como resultado, la profecía toma un significado y propósito diferente. Y para entender esto, debemos hacer una diferencia entre dos tipos de profetas.
Hay dos tipos diferentes de profetas: un profeta con “P” mayúscula que habla con autoridad de parte de Dios y un profeta con “p” minúscula que habla lo que Dios ya ha hablado.
La clave para responder a la pregunta de hoy: ¿Habla Dios todavía a través de los profetas? es considerar los dos tipos de “profeta”. La primera es “P” mayúscula. Esta es la persona que habla con autoridad en nombre de Dios. Es lo que vemos en Efesios 2.
Efesios 2:19-20 (NTV) Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo.
A lo que me refiero con Profetas con “P” mayúscula: aquellos que hablaron con autoridad y sentaron el fundamento. El fundamento fue asentado por los profetas del AT. Hombres como Moisés a quien se le revelaron los 10 Mandamientos. Dios estaba hablando con autoridad revelando cosas a través de hombres como él. Más en el NT, hombres como Pablo, Pedro y Juan entran en escena. Y Dios les revela aún más información nueva a estos Profetas del NT. Pablo lo describe más detalladamente en el siguiente capítulo:
Efesios 3:5 (NTV) Dios no se lo reveló a las generaciones anteriores, pero ahora, por medio de su Espíritu, lo ha revelado a sus santos apóstoles y profetas.
Allí está la clave: a los apóstoles y profetas. Esto es lo que llamamos profetas con “P” mayúscula. Es a los que Dios les reveló el plan de salvación. Ve y lee Efesios 3 por ti mismo. Él está hablando del plan de salvación revelado por Dios a través de Pedro, Juan, Pablo y los demás apóstoles donde judíos y gentiles son salvos. ¡Esta es la Buena Noticia! ¡La salvación no era solo para los judios sino para todos! Claro que esto no era lo que la gente esperaba porque los judios del AT no entendieron el plan de salvación. Pero en NT la totalidad de su plan es revelada. Este evangelio fue revelado. Y esto es profeta con “P” mayúscula y la “A” mayúscula de apóstoles.
Esta fue una revelación profética. Nueva revelación. De esto es lo que habla el apóstol Pablo en Efesios capítulo 2 y 3. “Ha sido revelado a los santos apóstoles y profetas”. Quiero que escuches muy bien lo siguiente: este trabajo está hecho. Completado. Terminado. El profeta con “P” mayúscula está completado y terminado. El trabajo de apóstol con “A” mayúscula está completado y terminado. Dios no necesita revelar nada nuevo a través de los profetas y apóstoles hoy en día. Esa es la primera parte de la respuesta para la pregunta de hoy.
Dios ya NO habla a través de profetas con “P” mayúscula. Dios ya no habla a través de esta clase de profetas. Esos profetas que hablaban con la autoridad de Dios ya no existen. La revelación nueva ya está completada y terminada. Por lo tanto ya no existen esa clase de profetas. Ya no necesitamos profetas con “P” mayúscula en la iglesia. Si eres parte de una iglesia que dice “nosotros tenemos un profeta que habla autoritativamente de parte de Dios”, te digo: no estás en una iglesia bíblica. Busca otra iglesia. Dios ya no habla autoritativamente.
Pero eso es diferente al don de profecía en la iglesia local. De eso es de lo que habla Pablo en Efesios 4, el pasaje con el que comenzamos hoy. Ahora estamos listos para leerlo en contexto:
Efesios 4:11-12 (NTV) Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo.
Esto es lo que llamamos profetas con “p” minúscula: aquellos que hablan a cada nueva generación y congregación de lo que Dios ya ha dicho. Esto es un profeta con “p” minúscula y apóstoles con “a” minúscula. Eso es algo que Dios todavía hace. Él todavía habla su verdad a través de personas que tienen el don de hablar y llamar a las personas de regreso a Dios declarando lo que ya Dios ha declarado.
Esto es lo que hace un pastor que da un mensaje. Está hablando la verdad de Dios que está escrita en la Biblia. En mi caso, ya que predico la verdad de Dios, puedo decir soy un profeta con “p” minúscula. Empero nunca me puedo parar en frente de la congregación y decir “soy el profeta” con “P” mayúscula y “Dios me ha dado una revelación nueva”. “Sé que él ha dicho tal cosa en la Biblia pero ahora dice esto porque yo hablo autoritativamente por él..” !¡Jamás! Eso no es cierto.
Lo que yo hago cuando me paro a predicar es ejercer el don de profecía con “p” minúscula en el sentido de llamar a la gente a que vuelvan a Dios. No estoy dando ninguna revelación nueva. Estoy hablando lo que Dios ya ha dicho. Estoy llamando a la gente a que regresen a Dios. Les estoy recordando lo que Dios ha dicho ya. Mas no estoy añadiendo nada nuevo. No puedo añadir nada a la canonicidad de las Escrituras. La canonicidad de la Escritura está cerrada. Si yo escribo un libro o el libro que el pastor Bryan ha escrito y decimos “el profeta Bryan” escribió este libro, jamás se podría elevar al estándar de la Biblia ni mucho menos hacerlo parte de las Escrituras. Dios ya no habla de esa manera. Los libros de la Biblia están completos.
Entonces, que quede claro, ya no necesitamos profetas en el sentido de la “P” mayúscula porque el “Profeta” supremo es el mismo Jesús.
Hebreos 1:1-2 (NTV) Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. …
Encontraremos toda la revelación que necesitamos en Jesús. Búscalo a él para obtener tus respuestas.
Nota para el lector: Canonicidad: ¿Está completa la Biblia tal como la tenemos ahora? La palabra “canon” significa regla o estándar. La canonicidad se trata de si un libro que dice ser Escritura cumple con ese estándar. Por lo general, un libro se incluía en el canon basándose en dos pasos. La iglesia primitiva no creó el canon de las Escrituras. Pero reconoció la inspiración divina de ciertos libros y rechazó otros, basándose en cinco pruebas.
- Universalidad. ¿Reflejaban los escritos en cuestión la visión unificada de todo el cuerpo de cristianos?
- Origen apostólico. ¿Fue escrito por un profeta o apóstol conocido, o por un colaborador cercano que refleja la perspectiva del apóstol?
- Ortodoxia. ¿Las doctrinas y los valores expresados son consistentes con el resto de las Escrituras (Deuteronomio 13:1-3)?
- Eficacia divina. ¿Tuvo el mensaje del libro un poder transformador en la experiencia de las personas?
- Antigüedad. ¿Se originó en tiempos bíblicos o fue compuesto mucho después?
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Antes de leer este tema, ¿en qué pensabas cuando escuchabas la palabra “profeta”? En tus propias palabras, describe la diferencia entre los profetas con P mayúscula y los profetas con p minúscula.
- Lee Hechos 2:17-18. ¿En qué se diferenciaba la profecía del Antiguo Testamento de la profecía del Nuevo Testamento? ¿Qué papel juega el Espíritu Santo en esto?
- Lee Efesios 4:11-12. ¿Quién en tu iglesia ejercita estos dones? ¿Cómo te equipan para hacer la obra de Dios (v.12)?
- Hebreos 1:1-2. ¿Qué significa que Jesús es el Profeta Supremo? ¿Por qué esto importa?