Vida y Relaciones

[Mira abajo para ver y discutir este tema.]

Esta es la Lección 2 de 3 en la serie  Enfrentando la duda. Ver también la Edición Infantil y la Edeción Juvenil  de esta serie.

Enfrentando la duda

Esta es la lección 2 de 3 en la serie Enfrentando la duda.

La duda nos puede invadir incluso después que nos convertimos en cristianos. Muchos cristianos se enfrentan a preguntas como: ¿Cómo sé si estoy realmente un cristiano? ¿Qué pasa si algunos días no me siento como un cristiano? ¿Qué pasa si no quiero orar, leer la Biblia, o ir al grupo de conexión? Estas son dudas espirituales y son muy comunes. . Afortunadamente, Dios acepta a las personas con este tipo de dudas.

Jesús te acepta a ti y a tus dudas.

Jesús encuentra a un escéptico espiritual en Marcos 9:14-29. Este hombre era padre de un niño poseído por un demonio. En nuestro mundo anti sobrenatural, es difícil de entender cosas como la posesión demoníaca, pero la Biblia nos recuerda las realidades del mundo espiritual. Esta condición había afectado al niño desde la infancia. La gente de su comunidad había considerado este sufriendo como un castigo, ya sea que el niño o sus padres habían pecado. Pero no es así como Jesús interpreta la situación.

[Recursos relacionados: ¿Qué es la posesión demoníaca?

En un desesperado grito de ayuda, el padre se acerca a Jesús buscando compasión. Jesús le asegura al padre que si él simplemente cree, entonces Dios puede hacer un milagro. El padre ofrece una respuesta clásica:

Marcos 9:24 Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!

En este momento de honestidad, podemos vernos en el padre. Queremos creer, pero no siempre estamos seguros si podemos. Nota que Jesús no desecha al padre porque tambalea en creer. Él sana al muchacho. Jesús no nos hace a un lado tampoco debido a nuestras dudas.

Está bien si tu fe comienza de a poco.

Esta historia nos recuerda que la fe, a menudo, comienza de manera pequeña. Afortunadamente, sólo se necesita una pequeña medida de fe con el fin de iniciar una relación con Dios. Jesús señala que se puede lograr mucho con sólo un poco de fe. Y una gran fe necesita tiempo para desarrollarse a través de muchos pequeños actos de obediencia:

Lucas 17:6 El Señor respondió: —Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y échate al mar”, ¡y les obedecería!

[Recursos relacionados: ¿Qué necesito saber para ser salvo?]

El propósito de nuestra fe es más importante que el tamaño de nuestra fe

Si Dios exigíera una fe inquebrantable de sus seguidores, entonces, muy pocos cristianos llegarían al cielo. En vez, lo que le importa a Dios es el objeto de nuestra fe. ¿Confiamos en nosotros mismos, en nuestra capacidad, en nuestro nivel de fe, o en nuestras buenas obras para ser salvos? Si es así, entonces seremos decepcionados porque estas cosas nunca nos salvarán. Pero si ponemos nuestra esperanza en Jesucristo, entonces no tenemos que preocuparnos. Podemos tener una fe fluctuante y aun así estar bien con Dios. Esto se debe a que nuestra esperanza no se basa en nuestra capacidad de confiar sin tener duda, pero en la capacidad de Jesús para poder salvar.

Actúa basado en tu fe no en tus dudas

El padre de esta historia podría haber dejado que sus dudas lo dominaran. Podría haber elegido confiar en su duda y no haber ido a Jesús por un milagro. Pero entonces se habría perdido la bendición y su hijo nunca hubiera sido curado. No dejes que tus dudas o tu fe te impida buscar de Dios. Cuando una persona lucha contra la duda espiritual, pueden verse tentados a dejar de ir a la iglesia o a un grupo de conexión. Resiste esta tentación. Trae tus preocupaciones e inquietudes a Dios. Ofrécele cualquier fe que puedas tener. Recuerda, tu esperanza está en Dios, no en tu capacidad de vivir sin lugar a dudas.

VER Y COMENTAR:

Enfrentando la duda

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. Lee Marcos 9:24. ¿Qué haces tú cuando sientes que tu fe en Dios tambalea? ¿Vas con un amigo? ¿Hablas con Dios del problema?
  3. ¿Qué tan cómodo te sientes venir a Dios cuando estás batallando con dudas y tu fe se debilita? Si te sientes incómodo viniendo a Dios en esos momentos, ¿por qué?
  4. Describe una vez cuando estuviste en una situación donde sólo Dios podía ayudarte. ¿Qué hizo Dios en ese momento?
  5. Lee Lucas 17:6. ¿Puedes pensar de un momento cuando tuviste poca fe? ¿Cómo trabajó Dios en ese momento a pesar de que tu fe era poca?
  6. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

 

HERRAMIENTAS MINISTERIALES:

Print Friendly, PDF & Email