A muchos nos han dicho que si realmente confiamos en Dios, nunca tendremos preguntas ni dudas. Pero eso simplemente no es verdad. La verdadera fe no significa no tener dudas sino elegir confiar en Jesús incluso cuando tenemos muchas preguntas.

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Puntos de conversación:

  • Nuestra doctrina puede estar “en construcción” sin poner en riesgo nuestra salvación. Hechos 2:36–39
  • La duda a menudo surge cuando nuestra imagen de Jesús no coincide con la realidad. Mateo 3:12
  • Juan enfrentó sus dudas más profundas en prisión—un recordatorio de que las temporadas difíciles ponen a prueba la fe. Mateo 11:2–3
  • Jesús no rechaza ni avergüenza por las preguntas sinceras; al contrario, nos guía de nuevo hacia la verdad y la evidencia.. Mateo 11:4–6
Discusión:
  1. Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
  2. ¿Alguna vez has pensado que tener dudas te hace menos cristiano? ¿Cómo desafía esa idea la historia de Juan el Bautista?
  3. ¿Qué expectativas has puesto sobre Jesús que no coinciden con quién es Él realmente?
  4. ¿Cómo afectan a tu fe tus “temporadas de prisión” —esos tiempos oscuros y desalentadores?
  5. ¿Por qué crees que Jesús nos señala la evidencia de su obra en lugar de reprendernos por nuestras dudas?
  6. ¿Cómo podemos crear un espacio seguro donde otros puedan compartir sus preguntas y luchas sin sentir vergüenza?
  7. ¿Cuál es un área de tu vida en la que hoy necesitas confiar en Jesús, incluso con tus dudas?
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