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Puntos de conversación:
- El gobierno es idea de Dios, y toda autoridad fluye de la autoridad de Dios. El propósito del gobierno es proteger los derechos y hacer cumplir la ley moral.
- Los cristianos son primero ciudadanos del cielo, donde Cristo ya es rey. Los creyentes están llamados a obedecer los gobiernos y las leyes terrenales, pero deben priorizar la obediencia a Dios cuando surgen conflictos. Filipenses 1:27, 3:20, Romanos 13:1-7
- Anarquía, espíritu rebelde, desobediencia
- La Biblia enseña a los creyentes a trabajar por el bien de los lugares donde viven, incluso si esos lugares no siguen a Dios (Jeremías 29:7). La Biblia describe formas de ser buenos ciudadanos, incluyendo orar por líderes (1 Timoteo 2:1-2), pagar impuestos (Marcos 12:17) y trabajar por la justicia y la paz (Miqueas 6:8).
Esta sección de Los cuatro tipos de gobierno en la Biblia: cómo ser un ciudadano bíblico está inspirada en el podcast: Podcast del constructor de muros.
¿Deberían los cristianos involucrarse en política? ¿No se supone que debemos mantener separados a la iglesia y al estado? ¿Qué dice la Biblia sobre todo esto? En nuestra última lección hablamos sobre los principios bíblicos sobre los cuales se fundó Estados Unidos. En esta lección hablaremos sobre la superposición entre la política terrenal y el pensamiento celestial mientras respondemos la pregunta: ¿Qué dice la Biblia sobre la ciudadanía? Encontramos la respuesta cuando entendemos los cuatro tipos de gobierno en la Biblia.
La Biblia presenta un marco integral para entender el gobierno, no simplemente como una invención humana sino como algo divinamente instituido. Cuando pensamos en esta palabra, normalmente la aplicamos sólo al gobierno civil, pero la Biblia nos muestra que hay mucho más. Comencemos con una definición básica: Gobernanza es dirigir los asuntos de un individuo o grupo bajo principios y leyes establecidos.
Lo opuesto a la gobernanza se puede describir como anarquía o caos, donde hay falta de estructura, dirección o control. La anarquía implica la ausencia de autoridad o principios establecidos para guiar el comportamiento y la toma de decisiones. En un sentido bíblico, la ausencia de gobierno a menudo conduce al desorden y a la ruptura de la armonía social, como se ve en casos como la época de los jueces, cuando “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). Esto resalta la necesidad de un gobierno ordenado por Dios –vinculado a su ley moral fija– para mantener el orden y el bienestar.
En el centro de este marco está la verdad fundamental de que Dios creó a la humanidad para gobernar la tierra bajo Su autoridad. En Génesis 1:28, Dios ordena a Adán y Eva:
Génesis 1:28 (NTV) Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».
Y Génesis 2:15 destaca su papel como mayordomos: “El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara;”. Este mandato divino establece la responsabilidad de la humanidad de ejercer un gobierno sabio y fiel sobre la creación. Esto se manifiesta a través de cuatro tipos distintos de gobierno enumerados en la Biblia: autogobierno, gobierno familiar, gobierno civil y gobierno de la iglesia. Cada uno juega un papel importante en el diseño de Dios para el orden y el bienestar. Así que definamos los cuatro tipos de gobierno en la Biblia.
El primer tipo de gobierno bíblico es el autogobierno: la base de toda gobernanza.
El concepto de autogobierno se introduce por primera vez en Génesis 3, cuando Dios coloca a Adán y Eva en el Jardín del Edén con un mandato claro: cuidar el jardín y abstenerse de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:16-17). Este mandato requería responsabilidad personal y moral. Cuando Adán y Eva no lograron gobernarse a sí mismos, el pecado entró en el mundo (Génesis 3:6-7), destacando el papel fundamental del autogobierno para mantener la armonía con Dios y la creación.
El autogobierno es la piedra angular del gobierno bíblico. Se ve enfatizado en Proverbios.
Proverbios 16:32 (NTV) Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.
El Nuevo Testamento subraya aún más la importancia del autogobierno a través del fruto del Espíritu, que incluye el autocontrol (Gálatas 5:22-23). Una sociedad prospera y crece cuando los individuos practican la autodisciplina y alinean sus vidas con la ley moral de Dios.
El segundo gobierno bíblico es el gobierno familiar: la primera institución.
La familia es la primera institución humana establecida por Dios, comenzando con la unión de Adán y Eva (Génesis 2:24). En Génesis 4, la narrativa de Caín y Abel revela la dinámica de las relaciones familiares y las consecuencias de no cumplir con las responsabilidades familiares.
El Nuevo Testamento proporciona más orientación para el gobierno familiar. Efesios 5:22-6:4 describe los roles y responsabilidades dentro de la familia: los esposos deben amar a sus esposas como Cristo ama a la iglesia, las esposas deben respetar a sus esposos y los padres deben criar a sus hijos en la “educación e instrucción del Señor.” Esta estructura refleja el diseño de Dios para nutrir a personas que puedan practicar el autogobierno y contribuir positivamente a la sociedad.
Tercer tipo de gobierno bíblico es el gobierno civil: la provisión de Dios para la justicia y el orden
El gobierno civil se establece en Génesis 9, después del diluvio. El pacto de Dios con Noé incluye la institución de la autoridad humana para defender la justicia: Génesis 9:6 (NTV) Si alguien quita una vida humana, la vida de esa persona también será quitada por manos humanas. Pues Dios hizo a los seres humanos a su propia imagen.
Este versículo subraya el papel del gobierno civil en la protección de la vida y la administración de justicia. Romanos 13:1-7 amplía el propósito del gobierno civil, describiéndolo como siervo de Dios para hacer el bien y castigar las malas acciones. Las autoridades civiles tienen la tarea de mantener el orden y garantizar la justicia, actuando como agentes de la gracia común de Dios. Sin embargo, el gobierno civil no es autónomo; es responsable ante Dios y debe operar dentro de los límites de Su ley moral. Por lo tanto, debemos, primero:
Respetar a las autoridades terrenales.
Aunque pertenecemos al cielo, la Biblia nos dice que respetemos a los líderes y a los gobiernos. Leamos lo que nos dice el apóstol Pablo:
Romanos 13:1-7 (NTV) Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios.
Sin embargo, Dios debe ser primero. En Hechos 5:29, Pedro dice: “Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a cualquier autoridad humana” cuando las reglas de este mundo van en contra de los mandamientos de Dios. La historia de Daniel (Daniel 6) y las valientes acciones de las parteras hebreas (Éxodo 1) nos recuerdan que debemos defender la voluntad de Dios cuando sea necesario. Por lo tanto debemos:
Trabajar por el bien
La Biblia también enseña a los creyentes a trabajar por el bien de los lugares donde viven, incluso si esos lugares no siguen a Dios. Cuando los israelitas fueron llevados al exilio en Babilonia, Dios les dio un mensaje a través del profeta Jeremías:
Jeremías 29:7 (NTV) Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad donde los envié al destierro. Pidan al Señor por la ciudad, porque del bienestar de la ciudad dependerá el bienestar de ustedes.
Aunque Babilonia era una nación pagana, los israelitas fueron llamados a contribuir positivamente construyendo casas, plantando jardines y criando familias allí (Jeremías 29:5-6).
Esto enseña a los cristianos de hoy a invertir en sus comunidades, trabajar por la paz y la justicia y orar por los lugares donde viven, incluso si esos lugares no honran a Dios. Al hacerlo, los creyentes reflejan el amor de Dios y permanecen fieles a Su misión en cada situación.
El cuarto (y último) tipo de gobierno bíblico es el gobierno de la iglesia: pastoreando al pueblo de Dios.
El gobierno de la Iglesia se instituye para proporcionar supervisión y guía espiritual. La declaración de Jesús en Mateo 16:18: “Edificaré mi iglesia”, establece a la iglesia como una entidad distinta bajo Su autoridad. La estructura de la iglesia primitiva se detalla en el Nuevo Testamento, con funciones como las de ancianos, diáconos y pastores descritas en pasajes como 1 Timoteo 3 y Tito 1.
La función principal del gobierno de la iglesia es pastorear al pueblo de Dios, asegurando una enseñanza sólida, administrando los sacramentos y fomentando el crecimiento espiritual. Hebreos 13:17 insta a los creyentes a que
Hebreos 13:17 (NTV) Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que ellos dicen Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen que rendir cuentas a Dios… El gobierno de la Iglesia opera en asociación con el gobierno familiar y civil, abordando asuntos espirituales y promoviendo una vida que honra a Dios.
Estos cuatro tipos de gobierno (auto, familiar, civil y eclesiástico) son interdependientes y deben operar en armonía para que la sociedad funcione como Dios planeó. El autogobierno es fundamental y permite a las personas contribuir positivamente al gobierno familiar, civil y eclesiástico. El gobierno familiar nutre y entrena a las personas en la rectitud. El gobierno civil mantiene la justicia y el orden, mientras que el gobierno eclesiástico proporciona guía y supervisión espiritual.
Cuando cada esfera respeta los límites y responsabilidades que Dios le ha dado, la sociedad florece. Como creyentes, comprender y abrazar estos principios nos prepara para vivir fielmente y abogar por una visión de gobierno basada en la Biblia en cada aspecto de la vida.
Ahora que ya exploramos los diferentes tipos de gobiernos bíblicos, hablemos de nuestra ciudadanía en el cielo. La Biblia enseña que los creyentes son primero ciudadanos del cielo. En Filipenses 3:20, Pablo escribe: “En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo;…”. Esto significa que nuestro enfoque principal debe ser vivir para Dios. Luego agrega:
Filipenses 1:27 (NTV) Sobre todo, deben vivir como ciudadanos del cielo, comportándose de un modo digno de la Buena Noticia acerca de Cristo.
Saber que pertenecemos a Dios cambia la forma en que vivimos y tratamos a los demás. Además, debemos entender que como ciudadanos del cielo, nunca nos sentiremos completamente a gusto en nuestra nación terrenal. Ni deberíamos estarlo. Efesios 2:19 dice:
Efesios 2:19 (NTV) Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios.
Por lo tanto, ahora somos extranjeros y nómadas en esta tierra.
Hebreos 11:13 (NTV) Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido, lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo.
Y como extranjeros y nómadas de esta tierra, debemos anhelar una patria mejor: la Patria Celestial. Así que, una vez fuimos extranjeros para Dios pero ahora somos extranjeros para nuestro entorno terrenal.
Así que para concluir, hablaremos de cómo ser un buen ciudadano. La Biblia nos da algunas maneras claras de ser buenos ciudadanos en nuestras comunidades:
Orar por los líderes
1 Timoteo 2:1-2 dice que oremos por “…los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila…”. La oración nos ayuda a confiar en Dios y a apoyar a quienes nos están dirigiendo.
Pagar impuestos
Jesús dijo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Marcos 12:17). Pagar impuestos ayuda a respaldar los servicios que mantienen todo funcionando sin problemas.
Trabajar por la justicia y la paz
Miqueas 6:8 nos dice que “…hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.“. Jeremías 29:7 también dice que trabajes por el bien de tu comunidad.
Como ciudadanos tanto del cielo como de la tierra, los cristianos están llamados a vivir con propósito, integridad y amor. Al respetar a las autoridades terrenales, trabajar por el bien de sus comunidades y priorizar el reino de Dios por encima de todo, los creyentes pueden ser un testimonio poderoso para el mundo.
Romanos 13:1 (NTV) Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios.
Cuando vivimos de esta manera, honramos a Dios, bendecimos a otros y compartimos la esperanza y la luz de Jesucristo dondequiera que vayamos.
1 Pedro 2:11-12 (NTV) Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. 12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo
Al respetar las leyes terrenales y someternos a ellas, estamos respetando a Dios, quien fue el arquitecto de esta estructura y a la misma vez, somos ejemplos para los que nos rodean. No solo eso, sino que Dios también le ha dado la autoridad al gobierno para castigar las malas acciones civiles.
Romanos 13:2 (NTV) Por lo tanto, cualquiera que se rebele contra la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido, y será castigado.
Dios no le ha dado esta autoridad a la iglesia. Lo contrario también es cierto: Dios ha dado autoridad espiritual a la iglesia, no al gobierno. Esta es la separación de la iglesia y el estado. Tanto la una como la otra deben mantenerse en sus respectivos carriles.
El Capítulo 23, Sección 3 de la Confesión de Fe de Westminster (1647) establece que los magistrados civiles (líderes gubernamentales) no pueden asumir la autoridad para administrar la Palabra de Dios (predicación) o los sacramentos, ni pueden interferir con asuntos de fe; sin embargo, tienen el deber de proteger a la Iglesia y garantizar la pureza de la doctrina cristiana mediante la supresión de la blasfemia y la herejía y la promoción de prácticas de culto adecuadas dentro de su jurisdicción.
Cerremos con una advertencia: ¡cualquier gobierno puede convertirse en un instrumento del mal! Ejemplos: las tonterías de género y sexualidad (semana 3) y el nuevo holocausto: el aborto sancionado por el Estado (semana 4). Aqui es donde los cristianos debemos pararnos firmes porque antes de someternos a la autoridad gubernamental terrenal, nos sometemos a la autoridad de Dios. Así que mantengámonos firmes en lo que Dios dice en su Palabra. Te dejo el siguiente pasaje bíblico para que te mantengas firme en la ley de Dios y no sedas a leyes antiCristo y antibiblicas.
Efesios 6:10-12 (NTV) Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder. 11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. 12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos.
- Cuando escuchas la palabra “gobierno”, ¿qué te viene a la mente? ¿En qué se alinea o difiere de la perspectiva bíblica sobre el gobierno?
- Lee Proverbios 16:32. ¿Cómo puede la práctica del autogobierno afectar tus relaciones personales y tu crecimiento espiritual? ¿Qué pasos puedes dar para fortalecer la autodisciplina o autocontrol en tu vida?
- ¿Cómo prepara el gobierno familiar a las personas para la vida en sociedad? Menciona algunas formas en que una estructura familiar mal construida puede dañar a una persona?
- Lee Romanos 13:1-7. ¿Por qué es importante que los creyentes respeten y apoyen a las autoridades civiles, incluso cuando puedan estar en desacuerdo? ¿Cómo deben responder los cristianos cuando las autoridades civiles actúan de maneras que contradicen los mandatos de Dios?
- Hebreos 13:17 habla de confiar y someterse a los líderes de la iglesia. ¿Cómo equilibras esto con el discernimiento y la responsabilidad personal?
- ¿En cuál de las cuatro formas de gobierno (propio/auto, familiar, civil, eclesiástico) te sientes más llamado a crecer, y qué pasos específicos puedes dar para alinearte con el diseño de Dios?