La Biblia enseña claramente que las personas fueron hechas para las relaciones. El propósito de Dios es que su pueblo experimente una alta calidad de vida relacional. En ninguna parte se ve esto más claro que en los mandamientos del Nuevo Testamento de “los unos a los otros”.  Estos mandamientos proporcionan la pauta de cómo experimentar grandes relaciones. También demuestran todas las diferentes maneras en que necesitamos a los demás, y la importancia que las relaciones pueden tener en nuestras vidas.

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La frase de “unos a otros” (o “unos con otros”, “unos por otros”) aparece unas 100 veces en el Nuevo Testamento. 47 de estos versículos dan instrucciones a los seguidores de Jesús, abarcando más de dos docenas de aspectos distintos de relación. Apunta a las relaciones interactivas y recíprocas entre los seguidores de Jesús.

Cuando vivimos de esta manera, las personas quieren estar juntas, porque están experimentando estímulo, cuidado, ayuda, corrección, consuelo, motivación, hospitalidad, y una serie de otros beneficios. Y otros se dan cuenta de esto. Al demostrar el amor y la gracia de Cristo en acción, nuestras relaciones se convierten en un factor importante para atraer a la gente a Jesús.

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