Cuando decimos que “Jesús salva”, a menudo pensamos que esto sólo quiere decir que estamos siendo perdonados de nuestros pecados. Pero la idea bíblica de la salvación es mucho mayor: ofrece un rescate que afecta todo.
Cuando decimos “Jesús salva”, a menudo lo primero que pensamos es que nuestros pecados son perdonados. Aunque eso es importantísimo, hay mucho más a lo de la “salvación” que sólo el perdón de nuestros pecados. “Salvar” es similar a la idea de “rescatar.” Implica algún tipo de situación calamitosa o peligrosa- como el héroe que salva a la damisela en apuros.
Jesús nos rescata del poder del mal de este mundo.
Gálatas 1:4 (NTV) Tal como Dios nuestro Padre lo planeó, Jesús entregó su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo de maldad en el que vivimos.
Jesús dio su vida por nuestros pecados. Eso sucedió en la cruz. Pero al hacerlo, también Jesús nos libró del poder de este mundo malo en el que vivimos. El mundo que nos rodea está lejos de Dios. Sus costumbres y prácticas son corruptas y malvadas. Pone una presión impía en nuestras vidas. Separados de Cristo, somos seducidos por las mentiras del mundo y esclavizados a sus caminos. Pero Jesús nos ha librado de este mundo malo. Todavía vivimos en él. Pero Jesús nos ha liberado de su poder, nos protege de su influencia, y un día nos llevará a un mundo mejor.
Jesús nos libra de la maldición de la ley.
Gálatas 3:13 (NTV) Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: “Maldito todo el que es colgado en un madero”.
Cuando Dios le dio su ley a Israel en el Antiguo Testamento, pronunció las bendiciones de la obediencia y las maldiciones por la desobediencia. Por ejemplo, si las personas se rebelaban contra Dios y sus caminos, ellos sufrían hambre, sequía, derrota militar, y, eventualmente, la destrucción de la nación. Al igual que Israel, toda la humanidad ha desobedecido a la ley de Dios, por lo que todos merecemos ser maldecidos también. Sin embargo, cuando Jesús murió en la cruz, tomó la maldición de la ley sobre sí mismo en lugar nuestro. Y porque él mismo nunca quebrantó la ley de Dios, fue capaz de soportar la maldición de la ley a nuestro favor.
Jesús nos rescata del poder de Satanás.
Colosenses 1:13-14 (NTV) Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.
En nuestra condición natural estábamos cautivos bajo el poder y dominio de Satanás. Nuestro pecado nos ató a él, y su plan era nuestra destrucción. Jesús nos rescató y nos hizo libres del reino de Satanás. Ya no nos gobierna porque Jesús ha triunfado sobre Satanás. Los que confían en Jesús están ahora bajo su gobierno y su protección. Su plan es nuestra redención y nuestra vida ahora sirve a sus propósitos en lugar de los del diablo.
Jesús nos rescata del justo juicio de Dios.
1 Tesalonicenses 1:10 (NTV) También comentan cómo ustedes esperan con ansias la venida, desde el cielo, del Hijo de Dios, Jesús, a quien Dios levantó de los muertos. Él es quien nos rescató de los horrores del juicio venidero.
En algún momento en el futuro, Jesús va a venir otra vez. Cuando él venga, establecerá su gobierno y conquistará a sus enemigos. Allí es cuando Dios juzgará a toda la humanidad. Los que desprecian la autoridad de Dios y siguen su propio camino serán expuestos ante el gobernante santo y juez del universo. Serán condenados y castigados con terribles consecuencias eternas. Los que pertenecen a Jesús son rescatados de este juicio venidero.
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- Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
- ¿Cuál de los cuatro peligros descritos anteriormente es el más alarmante para ti?
- ¿Puedes pensar en otros peligros de los que Jesús nos ha librado?
- ¿Por qué crees que es más común que se piense de la salvación en términos de perdón de los pecados? ¿Cómo estos otros aspectos de rescate de parte de Dios se relacionan a esa idea?
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