Vida y Relaciones

¿Qué te ha enseñado tu cultura familiar acerca de la comunicación y el conflicto? Toma lo que era bueno, pero dejar atrás lo que era malo.

La familia en la que crecemos nos enseña más de lo que pensamos. Nuestra cultura familiar moldea nuestras expectativas matrimoniales, la comunicación, el conflicto e incluso los papeles que desempeñan los cónyuges. Aquí está el problema con esto; muchas veces nuestras familias nos enseñan las cosas malas.

Identifica lo que tu familia te enseñó al ir creciendo

Tómate el tiempo para identificar lo que aprendiste de tu familia. ¿Los conflictos eran algo de evitar ya que sólo llevaban a alzar la voz y a gritar? ¿Tinian las personas la libertad de compartir sus verdaderos sentimientos o se le animaba a callarlos? ¿Tus padres mostraban afecto y disfrutaban de pasar tiempo juntos? Estas son todas buenas preguntas para ayudarnos a entender quiénes somos y cuáles son las expectativas para nuestro propio matrimonio. Sin embargo, el trabajo no se detiene allí. Una vez que identificamos lo que nos ha influenciado, tenemos que luchar por no repetir los patrones no saludables con nuestro cónyuge.

Deuteronomio 24:16 “Los padres no deben morir por los pecados de los hijos, ni los hijos deben morir por los pecados de los padres. Los que merezcan la muerte serán ejecutados por sus propios delitos.”

No resistas a la ardua labor de la comunicación

La comunicación construirá o destruirá un matrimonio. Debemos evitar repetir los patrones no saludables de nuestras familias. Debemos sentirnos cómodos con la conversación honesta y abierta donde podamos expresar nuestros verdaderos sentimientos y también nuestra pareja pueda hacer lo mismo. Esto nos ayudará a evitar los arranques tontos que nos descarrilan de hablar de los problemas verdaderos. El trabajar en ser buenos comunicadores nos ahorrará de tener más conflictos en el futuro, aunque parezca más atractivo evitarlos.

Santiago 1:19-20 Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea.

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. Describe cómo era la comunicación y el conflicto tu familia de niño,a. ¿Cómo han influido esa dinámica en tu matrimonio?
  4. Lee Deuteronomio 24:16. ¿Qué crees que este versículo está diciendo? ¿Has usado tu crianza como una excusa para como actúas en tu matrimonio?
  5. Describe un argumento típico con tu cónyuge. ¿Qué generalmente te descarrila de tener una conversación productiva?
  6. Lee Santiago 1:19-20. Identifica los consejos útiles en estos versículos. ¿Cómo pueden ayudarte en tu próxima conversación?
  7. ¿En qué pueden ambos trabajar para evitar que continúen los patrones no saludables?
  8. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

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