¿Cómo debo dar?

La Biblia da varios principios simples de cómo expresar generosidad. Por ejemplo, considera 1 Corintios 16: 2: “El primer día de cada semana, cada uno debería separar una parte del dinero que ha ganado. ….”

En primer lugar, de este versículo vemos que dar iba a ser regularmente – en el primer día de la semana, cuando la iglesia se reunía para el culto. Nuestro reto es ir más allá de actos esporádicos de generosidad, como durante la temporada de Navidad, a dar en una base regular y consistente.

En segundo lugar, aquí vemos que dar iba a ser proporcional. Se nos enseña a apartar dinero de acuerdo con lo que “ha ganado”, lo que significa que das un porcentaje fijo de lo que Dios te ha bendecido. Por tanto, si Dios te da mucho, debes dar mucho. Si Dios te da poco, sólo da poco.

En tercer lugar, la Biblia nos enseña a dar con sacrificio. Jesús elogió a la viuda que dio dos monedas pequeñas de cobre para el tesoro del templo, en comparación con los ricos que dieron mucho, porque “ella,con lo pobre que es, dio todo lo que tenía” (Lucas 21: 4). En 2 Corintios 8: 2-3, el apóstol Pablo elogió a los cristianos macedonios porque aunque estaban “siendo probadas con muchas aflicciones y además son muy pobres; pero a la vez rebosan de abundante alegría, la cual se desbordó en gran generosidad” pues “dieron no solo lo que podían, sino aún mucho más. Y lo hicieron por voluntad propia.” ¿Por qué es elogiado el dar con sacrificio? Porque aumenta nuestra dependencia de Dios. Experimentamos la alegría y el privilegio de ver como Él provee. Es un antídoto contra el egoísmo, haciéndonos volver a evaluar lo que gastamos en nosotros mismos. Nos ayuda a mantenernos a salvos de quedar atrapados en el materialismo de nuestra cultura. Y la generosidad sacrificial nos pone en sintonía con el corazón de Dios mismo, como se demuestra en la ofrenda sacrificial de su Hijo Jesucristo.

¿Dónde debo dar?

La gente suele preguntar dónde deben dirigir su generosidad. Comienza con tu iglesia local. Ahí es donde te nutres y te alimentas. Cuando estamos trabajando juntos hacia un mismo objetivo, y uniendo nuestros recursos, podemos tener un impacto para Cristo en nuestra comunidad. 

Cuando el rey Ezequías estaba sacando a la nación de Israel de la idolatría, para ser totalmente dedicados a Dios otra vez, 2 Crónicas 31: 4-5 dice: “Además, exigió al pueblo de Jerusalén que llevara una parte de sus bienes a los sacerdotes y levitas, para que ellos pudieran dedicarse por completo a la ley del Señor. Cuando los israelitas escucharon estos requisitos respondieron con generosidad; dieron la primera porción de su grano, vino nuevo, aceite de oliva, miel y de todo lo que producían sus campos…. ” La abundante generosidad del pueblo permitieron que sus líderes espirituales estuvieran totalmente dedicados a su ministerio . 1 Corintios 9: 7-11 y 1 Timoteo 5: 17-18 extienden este principio hasta el Nuevo Testamento. El pueblo de Dios debe apoyar generosamente el ministerio de su propia comunidad de fe, incluyendo sus líderes espirituales.

Después de la iglesia local, hay muchos otros ministerios valiosos que avanzan el reino de Dios en su comunidad y en el extranjero y que son dignos de tu generosidad. Y mientras haces un compromiso regular con tu iglesia, refleja el corazón de Dios cuando das de manera espontánea por encima y más allá de lo que ya das dondequiera que Dios abre una puerta de oportunidad. Dios te usará para difundir Sus recursos y Su bendición donde quiera que tú vayas.

Un corazón amplio

La generosidad en última instancia no se trata de la cantidad, sino de la actitud. Alguien puede dar mucho y no ser generoso, o dar sólo una pequeña cantidad y ser muy generoso. A menudo la gente piensa que si tuvieran más dinero, darían más. Pero en realidad, si no eres generoso con poco, no será generosa sí tienes un montón. Es un asunto del corazón. En la sociedad estadounidense, los que tienen la mayor cantidad de dinero son menos generosos (comparando el porcentaje de sus recursos) que las personas de ingresos medios o bajos. Se generoso con lo que tienes ahora, sea lo que sea. No te limites por un porcentaje. Vive con la mentalidad de ser tan generoso como puedas, para bendecir a tantas personas como sea posible, y para impactar la eternidad con cada dólar que puedas. 

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