Fe y Crecimiento

La confesión puede ser atemorizante e intimidante. Definitivamente es difícil hacerlo pero vale la pena confesar tus pecados – y no sólo a Dios sino a otros.

La confesión es uno de los primeros pasos en el arrepentimiento verdadero. También puede ser uno de los pasos más difíciles de tomar para apartarse del pecado. La confesión puede ser algo temible cuando no es solo entre tú y Dios.

[Relacionado: ¿Cuál es el arrepentimiento verdadero?]

Es bueno confesar nuestros pecados a Dios.  

Una vez que has pecado pueda que te sientas como que la culpa te consume. Aquí es donde la confesión es muy importante. Una vez que le entregas esos pecados a Dios puedes ser perdonada. Esto te liberará de tu culpa y te permite tomar un paso hacia él arrepentimiento.

Salmos 32:3-5  Mientras me negué a confesar mi pecado,  mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: “Le confesaré mis rebeliones al Señor”, ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció.

También es bueno confesar nuestros pecados a otras personas.

Dios no es el único que debe saber de nuestros pecados. En algunas religiones la gente se confiesa con un sacerdote o con una figura de autoridad maxima, pero eso no es de lo que estamos hablando.

Debes confésalos a alguien de confianza que te pueda ayudar.

Déjame decirte que el pecado no confesado puede bajarte la moral e incluso puede enfermarte físicamente como le pasó al salmista. Así que encuentra un confidente o alguien que te ayude. Esta persona puede ser un consejero espiritual, el cónyuge, o a un amigo de confianza. Puede ser difícil hacerlo pero vale la pena.

Santiago 5:16 Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.

Sin embargo, confesarte con alguien de confianza es sólo la primera parte.

Confiésate con las personas contra quien has pecado.

Hacer esto es lo correcto, y honra a Dios.

Se trata de restablecer la relación, por tu bien y por el bien de la otra persona.

Proverbios 28:13 Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.

La confesión puede ser atemorizante e intimidante. Definitivamente es difícil hacerlo pero vale la pena confesar tus pecados – y no sólo a Dios como ya lo hemos visto. Así que confiésate con Dios que te perdonará. Pero también confiesa tu pecado sí lo has cometido contra alguien para que puedas crecer y prosperar.

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. ¿Alguna vez has confesado un pecado? Si es así, ¿cómo te afectó? ¿Cómo afectó a la situación?
  4. ¿Qué dificulta que confieses tus pecados?
  5. Habla de alguna vez que no confesaste un pecado pero de todos modos se dieron cuenta de este. Cómo te afectó el no confesarlo?
  6. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

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