Fe y Crecimiento

Cada vez que queremos controlar algo que no es para que controlemos, estamos tratando de ser como Dios. Y eso es un problema.

Esta es la parte 3 de 3 en la serie Yo elijo.


Todos tienen un monstruito controlador en su interior. Tanto si se está tratando de controlar al cónyuge o a los hijos o los amigos o al futuro, pero cada monstruo controlador, con el tiempo, aprendera la misma lección: tú no eres Dios, y no estás en control. Cuanto antes aprendas esto, más rápido encontraras el camino hacia la verdadera paz y la libertad. La Biblia habla de este mismo asunto.

Proverbios 3:5-6 Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.

Cada vez que tratamos de controlar algo que no es para que nosotros controlemos, estamos tratando de ser como Dios. Y eso es un problema. Esto crea un ciclo de miedo: cuanto más tratamos de controlar, más tenemos miedo de perder el control. Cuanto más tenemos miedo de perder el control, cuanto más tratamos de controlar. Pronto nuestro miedo nos controla. El único camino a la libertad es rendirnos y confiar en el Señor.

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Así que, ¿cómo saber si es el momento de elegir la entrega por encima del control? Aquí hay algunas sugerencias.

No te preocupes por las pequeñeces
En todos los ámbitos de la vida debemos elegir nuestras batallas. Algunos problemas simplemente no merecen nuestro tiempo ni preocupación. Jesús le enseñó esta lección a un par de hermanas hace 2000 años.

Lucas 10:39-42 Su hermana, María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme. El Señor le dijo: —Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.

Marta estaba estancada en los detalles, pero María había  entendido lo que era realmente importante. Eso que estás tratando de controlar en este momento … ¿vale la pena? Rendirse a Dios comienza con la evaluación de lo que realmente importa en la vida.

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Asume responsabilidad donde se debe
Una vida de entregada a Cristo trata de esperar y dejar que Dios haga todo el trabajo. Hay muchos problemas en la vida donde Dios nos llama a tomar responsabilidad de nuestras decisiones y acciones.

Filipenses 2:12-13 …Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.

Esforzarse para hacer nuestra parte resulta de confiar en la obra o el trabajo que Dios está haciendo en nosotros. Así, los estudiantes deben tomar responsabilidad de su ética de trabajo. Los cónyuges deben tomar responsabilidad de su actitud. Los adictos deben responsabilizarse de los pasos que deben tomar con el fin de encontrar la libertad. Pero no actuamos de manera autosuficiente. A medida que nos rendimos a Dios para hacer lo que nos ha dado que hagamos, también confiamos en Dios para que nos de el deseo y el poder para hacer esas cosas.

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Deja las cosas de Dios a Dios
Al final del día, siempre hay problemas que son simplemente demasiados grandes para que resolvamos por nuestra cuenta. Estas son las cosas que están a la altura de Dios y que necesitamos rendirlas completamente a Dios. Tú no puedes cambiar el corazón de tu cónyuge. No puedes controlar a tu jefe o a tu profesor o entrenador. No puedes curar a alguien de cáncer. Pero si puedes traerlas a Dios en oración.

Filipenses 4:6-7 No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.

¿Has sido torturado por una situación en tu vida que has tratado de controlar? ¿Es hora de que la entregues a Dios en oración? Cuanto antes lo hagas, más pronto experimentarás la paz y la libertad que sólo viene de Cristo.

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. Lee Proverbios 3:5-6. Comparte acerca de alguien en tu vida que refleja perfectamente este pasaje. ¿Por qué crees que son tan buenos en confiar en el Señor?
  4. Describe el “ciclo de miedo” en tus propias palabras. ¿Cuándo has experimentado este ciclo en tu propia vida?
  5. Lee Lucas 10:39-42. ¿Te relacionas más a María o Marta? Explica.
  6. Lee Filipenses 2:12-13. ¿Cómo puede una persona tomar una acción responsable, y también rendirse a Dios al mismo tiempo?
  7. Haz dos listas. En la primera, las áreas donde tienes que asumir responsabilidad de tu parte. En la segunda, las áreas que debes entregar a Dios y permitir que él haga su parte.
  8. Lee Filipenses 4:6-7. Según este pasaje, ¿qué medidas de acción debemos tomar cuando nos enfrentamos a la preocupación? ¿Qué beneficios nos vendrán como resultado?
  9. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

Herramientas ministeriales:

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